La vuelta a la presencialidad en las aulas es ahora el punto central de discusión; y si no es el único, es uno de los dos puntos centrales, junto a la cuestión salarial. Lo cierto es que la medida parece generar un amplio consenso, ya que durante 2020 quedó expuesto con claridad que la virtualidad que impuso la pandemia profundizó la desigualdad y la exclusión en el proceso educativo.
Volver a la presencialidad: más compromiso y responsabilidad
Por Carlos Matteoda
La falta de dispositivos informáticos y de conexión a internet marcaron centralmente esa diferencia durante el año pasado entre los que pudieron acceder y los que no; una diferencia que también se notó en que muchos niños o jóvenes –aún teniendo la posibilidad de conectarse– no tuvieron familiares que los acompañaran en la realización de los trabajos, o no contaron con un ambiente adecuado para hacerlo.
Está claro que el garantizar el derecho a la educación pasa también por garantizar el acceso a la tecnología. Durante el año pasado los docentes sostuvieron el proceso con un enorme esfuerzo, sin el cual hubiera colapsado, pero está claro que pese a esa gran tarea, muchos chicos quedaron excluidos o transitaron un año lectivo de numerosas dificultades.
Hoy la necesidad de la presencialidad como elemento ordenador del sistema educativo es respaldada por diferentes sectores, algunos vinculados más directamente al proceso y otros tal vez no tanto, pero en coincidencia con la importancia de recuperar horas de vínculo directo entre el docente y el alumno.
La modalidad a aplicarse, con grupos pequeños y de manera alternada; junto a otras disposiciones, busca dar garantías respecto de atenuar la circulación del virus en un contexto de pandemia donde nadie tiene mayores garantías. El retorno de las diferentes actividades laborales implicó también adoptar medidas para minimizar los riesgos, y en este caso no será diferente.
El gobierno provincial viene informando cómo se trabaja en refacciones de escuelas para permitir ese funcionamiento diseñado para la pandemia.
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Deberá asumir también con responsabilidad la provisión de elementos de limpieza y de prevención sabiendo que todo el sistema estará permanentemente en riesgo, que diariamente deberá analizarse el funcionamiento, al menos hasta que la vacunación de todos los docentes sea una realidad, lo que posiblemente no ocurra –de acuerdo a la información disponible ahora– hasta dentro de un par de meses por lo menos. Ayer el presidente Alberto Fernández sostuvo que para fines de marzo se normalizarían las entregas comprometidas de la vacuna rusa, además de dar cuenta de los avances para comprar vacunas chinas. Y por supuesto que el operativo de vacunación también demanda tiempo.
Para la Comisión Episcopal de Educación, que dio a conocer su postura este fin de semana en favor del retorno a la presencialidad, la escuela también desempeña un rol muy importante como lo es el proceso de socialización. “Las virtudes sociales como la solidaridad, el respeto por el otro, la paciencia, la tolerancia, el saber compartir, etc., necesitan de un ámbito de encuentro de las personas. La escuela no sólo brinda conocimiento, sino que forma personas que puedan integrarse plenamente en la vida de la sociedad”, explicaron los obispos. Posiblemente ese señalamiento no constituya una novedad para ningún docente, pero es claro que alude a una de las dificultades que también se acrecentaron el año pasado.
La comisión hizo también referencia a la importancia de que los docentes “sean remunerados acorde con la responsabilidad” que significa desempeñar su rol de educadores.
En la Provincia la negociación paritaria pasó a un cuarto intermedio y la posibilidad de llegar a un acuerdo es todavía una incógnita. La pandemia deprimió la economía y eso significa una dificultad para alcanzar esa remuneración deseada.
La coincidencia de diferentes sectores en cuanto a la necesidad de recuperar la presencialidad posible implica mayores responsabilidades para todos, primero para el gobierno, pero también para las familias, para los sectores políticos de la oposición e incluso para los credos religiosos que han manifestado su postura en estos días. Un compromiso que deberá renovarse diariamente con seriedad y trabajo, para estar a la altura de lo que por estas horas entienden que representa el acceso al sistema educativo.
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