En el año 2007, una mañana de junio el centro de Paraná había amanecido empapelado por afiches del peronismo con motivo de un nuevo aniversario de la muerte de Carlos Gardel y una grotesca integración a la movida para reformar la constitución provincial. Decía: "Cada día canta mejor. Si Gardel viviera, diría Sí a la reforma". Una lógica propagandística que intentaba dejar un mensaje elemental como "la reforma es popular".
¡Omitir Anuncio! Los spots de la vergüenza
18 de agosto 2017 · 09:12hs
¿Adónde quedó esa chispa del peronismo entrerriano? Los spots publicitarios del oficialismo provincial, a la medida de Durán Barba, no se entendían si querían mostrar candidatos onda gente común comprometida, o mostrar personas en quienes, ahora sí, se puede confiar. Camisas sin corbata, sonrisas distendidas en un parque, frases de backstage en escala de grises y otros elementos vacíos de política, arrojaron por la borda la clásica épica que el peronismo le imprimió a su propaganda.
Cómo deben extrañar los recientes años pasados cuando alcanzaba con colgarse del diseño publicitario del relato kirchnerista de Pepe Albistur y Javier Grosman, entre otros cráneos. Además, tener que hacer spots de "conociendo al candidato" cuando se trata de casi todos funcionarios con muchos años en cargos públicos, evidencia que tienen un problema.
Ni qué decir del radicalismo que, si en los últimos años le costó horrores o no le interesó demasiado transmitir ideas convincentes en su propaganda, el video selfie de los dos principales candidatos daba un poquito de vergüenza ajena. Si no están para esos trotes, no se hagan los millennials, por favor. A la luz de los resultados, los salvó el final con el sello de Cambiemos.
En cualquiera de los casos, ninguno valía lo suficiente para interrumpir un tutorial o una aventura de Pocoyó en Youtube. Se hacían eternos los seis segundos hasta que al fin aparecía el ansiado "Omitir Anuncio". La efectividad de la publicidad por los medios sociales aún está en discusión, tanto para vender un producto como para buscar votos. Es más barato y cómodo que otras formas de llegar a los electores, y concentra la inversión publicitaria en los gigantes de internet, pero todavía no garantiza la atención como otrora la televisión.
En la batalla de spots, ganó el MST. No se le puede adjudicar directamente a esto el crecimiento en votos, pero una consigna simple, objetivos sin vueltas y reclamos sentidos en la gente, junto a imágenes y candidatos más empáticos, sin duda ayudaron. La lista de Encuentro Social apareció con un video con un ojo abriéndose y luego la imagen de tres de los candidatos. Después ajustaron con la idea de la alternativa al ajuste macrista y la corrupción kirchnerista. Le faltó en consignas e imágenes para tener un mensaje que espabile al internauta alejado de las dos principales opciones del sistema.
Agradecidos los ecologistas y los barrenderos municipales, en la previa de las PASO los panfletos brillaron por su ausencia (al menos en comparación con campañas anteriores). La mudanza militante a las redes sociales, donde la tendencia es comunicarse con quienes piensan igual, viene contribuyendo a la ausencia de debate político, donde aquello de que se habla lo sigue marcando TN.