Hasta los 6 años vivió en la ciudad de Chajarí, de esa época asegura que le quedó en el recuerdo “los hermosos cielos nocturnos que miraba de chica”. Gloria Dubner es una física reconocida en el mundo por su trabajo, investigaciones, estudios y porque un asteroide lleva su nombre, en reconocimiento a su contribución a la astronomía argentina. En diálogo con UNO habló de su libro “Supernovas, el espectacular fin de las estrellas” y también de la extensa trayectoria que abrió un camino a la mujer en la ciencia.
Gloria Dubner dedicó su vida al estudio de las estrellas
Por Dina Puntín
Al recordar su vida en Entre Ríos, Gloria expresó: “Siendo muy chica me mandaron a la escuelita particular de la señorita Adalgisa Luvisaro para comenzar la primaria directamente, supongo que porque en esa época no había jardines de infantes en el pueblo y porque me aburría en casa. Con ella cursé los dos primeros grados entre los 4 y los 6 años. Después mi familia se mudó a Buenos Aires y seguí mi escolaridad aquí. Chajarí, seguramente me ayudó en la inspiración para dedicarme a la astrofísica con el recuerdo que me quedó de los hermosos cielos nocturnos que miraba de chica”.
—¿Qué le llamaba la atención? Porque es una carrera con muchísimas aristas.
—Yo soy física, y cuando buscaba un tema para hacer mi tesis doctoral me atrajo la astrofísica por distintos motivos. Algunos más ligados a la curiosidad e interés científico, ya que el cielo es un laboratorio de física excepcional y prácticamente infinito en la riqueza de fenómenos para explorar. Otros motivos fueron mucho más prácticos. Elegía mi tema de investigación futura en épocas de dictadura militar en el país, y necesitaba evadirme de alguna manera del horror que me rodeaba. El estudio de astronomía era un refugio. Así que terminé dedicándome a la astrofísica más por circunstancias que por búsqueda. Luego elegí dedicar mi vida a seguir estudiando el tema central de mi tesis doctoral: las explosiones de estrellas y sus consecuencias en el espacio.
—¿Qué se forma después de la explosión de una estrella?
—Exactamente, tras la explosión de una estrella se produce una gran variedad de fenómenos físicos en el espacio, se crean nebulosas bellísimas, se crean rayos cósmicos, se liberan al espacio todos los átomos que se fabricaron en las estrellas durante miles a millones de años, se crean enormes burbujas en el gas que hay entre estrellas, etc. Una riqueza de fenómenos fascinante. Eso me gustó del tema.
—¿Cuántos años le llevó la carrera? ¿Fue insertándose paralelamente a la investigación?
—Estudié la Licenciatura en Física en la Universidad de Buenos Aires durante 6 años. Luego seguí en Doctorado en Física en la Universidad de La Plata, un lugar que elegí a propósito para poder tomar cursos de Astronomía en la Facultad de Astronomía y Geofísica de esa Universidad. El doctorado me llevó casi 7 años. Fue largo porque en ese momento habían quedado muy pocos profesores para dictar materias de posgrado y además me casé y tuve una hija. Todo era más difícil.
La investigación la inicié con el trabajo de tesis doctoral, y la hice con becas que gané de la Comisión de Investigaciones Científicas de la Prov. de Buenos Aires (CIC) y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Después de doctorada ingresé como investigadora científica en CONICET y allí fui transitando todos los niveles hasta el máximo.
—¿No se termina nunca de estudiar? ¿O usted se considera muy curiosa?
—Cuando el trabajo de una es ser investigadora científica no se puede dejar de estudiar nunca. En todo caso se deja de rendir exámenes, pero estudiar es fundamental para avanzar en el trabajo. Hay que saber qué se hizo hasta el presente sobre un tema para poder definir exactamente dónde y cómo aportar nuevos estudios para avanzar en el conocimiento. La curiosidad es indispensable y es un buen motor, pero no el único.
—¿Cómo surgió la idea del libro? ¿Las infinitas investigaciones la motivaron a escribir Supernovas, el espectacular fin de las estrellas?
—Llegué a una altura de mi carrera que me dije ahora es tiempo de trabajar de una manera distinta, en lugar de comunicar mi trabajo para un núcleo de entendidos en el mundo, quiero hacerlo en castellano y para todo público. La divulgación de la ciencia es importante y necesaria, pero muy difícil. Ojalá logre llegar a un grupo amplio de lectores con este libro y poder transmitirles algo de las maravillas del universo.
—¿De qué manera invitaría a los lectores para que se sumerjan en la lectura del libro? ¿Cuáles son las claves de lectura? ¿El espacio, las galaxias, datos curiosos?
—El libro comienza contando la visión sorprendida y fascinada de los pobladores de este planeta hace mil años o más, cuando asistían a uno de los espectáculos celestes más impresionantes, que es la explosión de una estrella en el cielo. A partir de allí se hace un recorrido breve por el nacimiento y vida de las estrellas, para guiarlos hasta las distintas formas de final de las mismas y detenerme en la muerte explosiva, el fin más espectacular de las estrellas. Uno de los eventos más poderosos del universo.
—Un asteroide lleva su nombre. ¿Qué significa para usted? ¿Es algo común en la astrofísica?
—Mi nombre en un asteroide es un reconocimiento a mi contribución a la astronomía argentina y el trabajo por la mayor participación de la mujer en la ciencia. Hay varios astrónomos argentinos que han sido distinguidos con este honor.
—¿Por qué decidió sumar a su actividad, el análisis de la problemática relacionada con género y ciencia?
—Porque fue un tema que me preocupó durante toda mi carrera profesional. Soy madre de tres hijos y conjugar la vida familiar con el trabajo de investigación, viajes frecuentes a observatorios del mundo, participación en congresos, no me fue fácil. Sigo trabajando para buscar políticas y acciones que valoricen el trabajo de la mujer, que asistan en las tareas de cuidado intra-familiar y que se elimine cualquier tipo de barrera que pueda limitar un desarrollo exitoso de la carrera de mujeres científicas.
—Es considerada una figura de primer nivel en la materia. ¿Siente que tuvo en la provincia de Entre Ríos o en su ciudad, el reconocimiento a su trabajo?
—No me parece que haga falta ningún reconocimiento especial. Me fui de Entre Ríos hace demasiado tiempo y la gente allí no me conoce. Aunque para mí mi origen es importante y siempre digo que Chajarí es mi patria chica.
GloriaxGloria
—¿Cómo es un día suyo hoy? Porque imagino que cuando arrancó la carrera, el estudio y las investigaciones siempre estuvo más ocupada.
—Ahora trabajo mucho más tranquila. Estoy jubilada como investigadora, pero sigo manteniendo mi oficina en el Instituto de Astronomía y Física del Espacio, en Ciudad Universitaria y allí continúo estudiando para futuros libros. Soy además miembros de distintas comisiones asesoras en el país y para congresos y reuniones en el exterior, así que tengo bastante trabajo de evaluación y asesoramientos.
—¿Fue complicado dirigir el Instituto de Astronomía y Física del Espacio y la familia?
—Fue complejo en el sentido que un doctorado en física no te prepara para hacer gestión; tuve que aprender muchas cosas. La familia fue un sostén y apoyo importante. Los hijos ya son grandes y no me quitan tiempo sino que además de la compañía, aprendo mucho de ellos.
—¿Vuelve seguido a Chajarí?
—Lamentablemente no. Ya no queda nadie de mi familia viviendo allí. Uno de estos días tengo llegarme hasta allá.
—¿Tiene algún objetivo pendiente?
—Escribir un libro nuevo. Esta vez me gustaría explorar orígenes y fin del universo, cuáles son las teorías que mejor lo explican al presente. Otro tema en el que estoy trabajando es en las mujeres astrónomas a través de la historia. Hay historias fascinantes del trabajo y aporte de muchas de ellas.
—¿Qué le gusta hacer en su tiempo libre?
—Caminar al aire libre, ir al cine, ir a recitales de música, encontrarme con amigas y leer, leer, leer.
—Hay millones de artículos sobre usted. ¿Qué le gusta leer sobre su trayectoria, su carrera?
—No me gusta en general leer sobre mí; me da timidez, vergüenza. Me cuesta ver las fotos. No hace mucho junté muchos de esos artículos y los puse en carpetas pensando que a lo mejor a mi nieta le podría gustar verlo alguna vez.