Emojis: el mate es tema
Emojis: el mate es tema
Por Tirso Fiorotto
28 de julio 2018 · 08:33hs
Si el mate fuera incluido pronto entre los emojis convencionales se convertiría en un quintacolumna de los saberes milenarios dentro del apuro moderno, como un sereno resplandor que se resiste al ruido de las luminarias y la compraventa.
El mate pertenece a otro mundo de armonía y diálogo cara a cara, un mundo que no extirpa al ser humano del paisaje: lo devuelve a las fuentes. El mate recupera un clima para el antiguo y vigente "conócete a ti mismo", es una vía de la hermandad.
Si el ícono estuviera en la nómina de caritas y cositas que se usan en los mensajes del celular y las demás tecnologías podría ser un puente, llamar a ese ámbito donde no mandan los deseos inmediatos, la lectura rápida ni la tecnología.
El lenguaje icónico se va imponiendo. Con el mate reconocerá sus límites. Es cierto: la imagen de una calabacita cargada con yerba espumosa y una bombilla dirá más que mil palabras, para los que comprendamos. Pero al modo de las obras de la dramaturgia, se completará con una rueda de mate, es decir, con un encuentro sin plazos, sin prejuicios, sin reproches, un encuentro en el parque de la amistad, donde nos miremos a los ojos, compartamos silencios, y en presencia de energías vitales superiores.
La mayor corrupción
El mate es un código con diferentes significaciones sociales, según su temperatura, composición, momento del día, lugar, como ha mostrado Amaro Villanueva, y en lo más hondo trasciende lo social y rompe fronteras de tiempo y espacio. En el equilibrio (que es la fuente), las personas, los pájaros, el río, la hierba, los antepasados, los que vendrán, están presentes. Por eso nos convidamos unos mates para compartir penas y alegrías, para abordar los asuntos más delicados sin esos intereses personales que, como dice Krishnamurti, son la mayor corrupción porque fragmentan y distorsionan.
Si algunos emojis exponen un estado de ánimo pasajero, el mate dirá en cambio una condición, un estar siendo en comunidad, una conversación que no se circunscribe a letras y palabras porque en el ofrecer y recibir un mate se crea una sinergia capaz de superar los lenguajes. El mate es un símbolo, entra en rincones vedados a la palabra.
La poesía no es ajena, y no son ajenas al mate la experiencia, la emoción, la ciencia, los saberes del ambiente, las estaciones, las ondas que nos contienen, el amor. Si por siglos se dudó y discutió acerca del canal de la luz, entre nosotros sabemos que el sustrato es el mate, por allí fluye el diálogo, y alumbra.
Diálogo con uno mismo y con el "otro" que puede ser una mujer, una mariposa, una estrella, un niño, por encima de la vida y la muerte.
El oriental Gonzalo Abella nos relató unas ruedas de mate con pueblos del monte, donde quedaron raíces de nuestra conducta en torno del mate. Las presencias convocadas por el ritual nos sacan de las rencillas y nos acompañan como lo hacen siempre. (No lo notamos por los entuertos que nos entretienen en banalidades).
El emoji no reemplazará al mate, porque dice a distancia en tecnologías con filos, cuando el mate pasa de mano en mano con lenguajes cuidados, sin desconfianzas ni anonimatos. Alguien pensará que nuestras comunidades son un paraíso de amistad, que este es el reino de la gauchada, si ignora que el sistema ha atravesado los corazones y nos tiene en jaque, banalizando también el mate, colocando este ritual milenario al servicio de propagandas, turismos y otras ventas del día. He ahí un riesgo. El mate/emoji puede ser tan universal como el rostro del Che en las camisetas, con el precio en el orillo.
Si el consorcio Unicode acepta por fin el mate (porque este mundo tiene coladores), podremos reencontrarnos por una vía inesperada con nuestra naturaleza. No será el primer símbolo que miramos mejor cuando se empolva en otras geografías.
Matear a solas no equivale a estar solo. Rueda de mate no es bullicio. Responder con la imagen de un mate será motivo de encuentro, sobre las diferencias. Si el sistema digital de íconos ha menospreciado por ahora al Abya yala del sur, presentarnos con el mate será un resumen auténtico y sencillo. No hay ámbito fuera de la Pachamama, y la red digital se parece a los enredos del monte, por ahora.