Como un hecho fortuito, a Nicolás Paya Pagliaruzza se le presentó la oportunidad de poner en funcionamiento su gimnasio para brindar entrenamiento de boxeo en el Parque Berduc de Paraná. No contaba con un empleo hasta entonces pero analizó las alternativas posibles que tenía al alcance de su mano y fue así que abrió las puertas de su propio gimnasio en abril de este año donde se desempeña como profesor.
Nicolás Pagliaruzza: "Di boxeo en los barrios para sacar a los chicos de la calle"
Actualmente, se encuentra realizando un curso de crossfit que culminará a fin de año. Además recientemente finalizó una formación en entrenamiento funcional. Su presente es próspero y altamente positivo debido a la afluencia de personas que se han sumado a entrenar a su espacio denominado Paya Box. Allí brinda clases de lunes a viernes de 9.30 a 11.30 y por la tarde de 17 a 20. En tanto que los martes y jueves tiene un turno más de 14 a 15.
No obstante, su vida se ha caracterizado también por atravesar diferentes situaciones complejas de las cuales pudo salir, y que espera poder contribuir para que otros chicos y adolescentes que viven en contextos vulnerables no pasen por vivencias similares. Con 26 años, Paya, como todos lo conocen contó en una entrevista a la Revista Tuya! Cómo llegó al boxeo, deporte al cual se dedica actualmente de forma amateur, sus proyectos a futuro, sus intereses en relación a los chicos y la práctica del deporte como forma de reducir el tiempo en las calles.
—¿Qué hizo que te acercaras al boxeo?
—Yo empecé a hacer boxeo por rehabilitación de mi pierna porque a mí me balearon cuando yo era más chico y quedé un poco rengo. Por ello empecé Kick Boxing. El doctor me lo recomendó como deporte a practicar y me empezó a gustar el hecho de entrenar. También comencé a pelear. Después por necesidad conseguí este lugar (gimnasio del Parque Berduc).
—¿Ya contabas con los elementos para equipar el gimnasio?
—Yo venía comprando bolsas para entrenar y las dejaba en casa. Además justo estaba sin trabajo y dije sé hacer esto, tengo estos elementos en casa y voy a poner un gimnasio.
—¿Anteriormente dabas boxeo?
—Sí, anteriormente tenía dos escuelas de boxeo en los barrios Pancho Ramírez y Lomas del Mirador con clases gratuitas y después de entrenar le ofrecíamos una merienda a los chicos porque lamentablemente había chicos que no tenían sustento para comer o estaban mal alimentados. Por la pandemia no pudimos dar más.
—¿Cuánto tiempo estuviste dando clases en esos dos barrios de Paraná?
—Estuve como un año en las dos. Primero empecé en Lomas del Mirador que es el barrio donde crecí toda mi vida y después fui al Pancho Ramírez. Tenía las dos escuelas al mismo tiempo.
—¿Por qué nació tu interés en dar boxeo recreativo en dichos barrios?
—La iniciativa de dar boxeo recreativo en los barrios fue para sacar a los chicos de la calle, de las adicciones que en mi caso tuve consumos problemáticos cuando fui chico. En aquel momento no tenía ningún incentivo o contención, mas allá de mi familia que estuvo siempre conmigo. Pero una actividad o pasatiempo donde yo pudiera enfocarme no tenía.
—¿Tenés la intención de dar continuidad a esas experiencias?
—Sí, más adelante tengo ganas de retomar y con los alumnos que yo tenía en estos barrios traerlos para acá, porque allá no teníamos lugar donde poner las bolsas para entrenar y no contaba con todo este equipo que tengo ahora.
—¿Qué rescatás de esa experiencia? ¿Qué sentías cuando ofrecías esos espacios gratuitos?
—Yo era un niño más entre ellos. Por ahí jugaba y me recordaba a mí cuando era chico. Y pensaba: ojalá hubiera tenido esto cuando yo era chico, lo cual me hubiese evitado un montón de cosas. Aunque por supuesto no me arrepiento de la vida que he tenido.
—¿Te dejó otros aprendizajes el contacto con los niños?
—Siempre se aprende de los chicos, de las historias de vida que cada uno tiene que son diferentes y que si bien uno cree que tiene problemas, al conocer las realidades de otros ve que un problema es pequeño comparado con el de otra persona.
—¿Qué potencialidades tiene el boxeo recreativo?
—Es sin contacto pero se trabaja todo el cuerpo. En el gimnasio brindamos calentamiento físico, una parte de funcional y otra específica de boxeo que es la técnica. En cuanto a los beneficios te puedo decir que sirve para el bienestar, para la salud, para descargarte. Para mí esto es mejor que un psicólogo, y tampoco demanda demasiado dinero.
—Mencionabas el problema de adicciones que tuviste ¿Cómo te acompañó tu familia en ese momento?
—Mi familia siempre estuvo presente. Ellos no dormían hasta que yo llegaba, me preguntaban dónde andaba y con quien, me inculcaron que estudie y que trabaje. Pude terminar la escuela, yo había dejado y después Daiana, mi pareja, me alentó y acompañó para que yo terminara la escuela.
—Actualmente ¿cuántos alumnos tenés en Paya Box?
—En estos momentos tengo 42 alumnos. Los primeros días éramos 4 o 5 y de a poco se fue sumando la gente.
—¿En lo que es la parte técnica quiénes te han enseñado?
—Yo entrené con Roque Gastaldo, y con Fabricio Pistrilli. Después cuando hice Kick Boxing tuve dos profesores.
—Como boxeador amateur, ¿cuántas peleas tenés y qué balance hacés?
—Ahora voy bien, tengo 13 peleas realizadas de las cuales 9 ganadas y 3 perdidas, y una empatada. Voy bien pero pelee el mes pasado y perdí por algunos puntos. Pero todo suma como experiencia. Acá no se pierde, se aprende.
—¿Cuáles son tus objetivos próximos a corto plazo?
—Por ahora quiero pelear, seguir aprendiendo y el día de mañana tener a mis propios boxeadores. Todo de a poco.
—Nunca pensaste que ibas a llegar a tener tu propio gimnasio ¿Qué análisis hacés de tu presente y de todo el recorrido realizado?
—Considero que siempre con voluntad y esfuerzo se puede salir adelante y solamente hay que tener dedicación y perseverancia.