El domingo, el ex-Puma Agustín Pichot puede transformarse en el hombre más fuerte del deporte de la ovalada a nivel mundial. El emblemático capitán del seleccionado argentino es uno de los candidatos a quedarse con la presidencia de la World Rugby, donde competirá con el inglés Bill Beaumont, actual titular. Luego de marcar un antes y un después con su actuación en el combinado nacional, Ficha se transformó en una persona que comenzó a tener mucha injerencia en el rugby del hemisferio sur. Tal es así que fue partícipe necesario en la inclusión de Los Pumas en el Rugby Championship (ex-Tres Naciones) y de los Jaguares en el Súper Rugby.
Rugby: un padrino que puede controlar todo
Por Mauro Meyer
Una vez que se alejó de las canchas, Pichot comenzó su carrera dirigencial ganándose de a poco un lugar en la entidad que maneja los destinos de este deporte a nivel mundial. En ese proceso también participó de diferentes actividades a lo largo y ancho del país, ya que el exmedio scrum fue invitado por diferentes clubes para dar conferencias donde habló de su experiencia como jugador. Siendo un símbolo, la mayoría de los asistentes a esas charlas fueron chicos que estaban haciendo sus primeras armas dentro del rugby y que lo tenían como un verdadero ídolo.
En ese marco, el Club de Rugby Curiyú de Chajarí se contactó con Pichot para invitarlo a una disertación en la ciudad entrerriana y además le propusieron ser el padrino rugbístico de la entidad. La respuesta que encontraron fue un sí rotundo, por lo que enseguida los dirigentes comenzaron a trabajar en una fecha para la llegada del ex-Puma. Así fue que, un 22 de abril de 2010, uno de los mejores jugadores que vistió la camiseta Albiceleste pisó Entre Ríos y revolucionó en pocos minutos la vida del Verdiblanco.
“La verdad es que todavía no caímos de lo que vivimos. Tener una persona de este nivel como padrino es algo increíble. La idea surgió de una charla entre los dirigentes, hicimos el contacto a través de un amigo y él accedió sin ningún tipo de problemas”, recordó por aquel entonces Ariel Confalonieri, uno de los dirigentes que estuvo metido de lleno en la organización del padrinazgo de Pichot en el diálogo que mantuvo con Ovación.
“Vino 15 minutos antes de la hora señalada en avión, nosotros estamos funcionando en el Aeroclub y por eso le quedó todo a mano. Brindó una conferencia de prensa, firmó autógrafos, charló con los chicos y todo con una sencillez enorme, una calidez humana que nos sorprendió a todos. Lamentablemente se tuvo que ir antes de lo previsto porque en Chajarí estaba lloviendo y amenazaba una tormenta”, recordó Confalonieri.
La visita de Pichot ayudó para cimentar el crecimiento de Curiyú, una entidad que por ese entonces trataba de ganarse un nombre dentro del rugby provincial. Además, pocos años después de la visita del excapitán de Los Pumas, la entidad volvió a nombrarse por ser el club de origen de Nahuel Lobo, quien también vistió la camiseta del seleccionado argentino.
Un poco de historia. En el año 1988, un grupo de jugadores pudo reunirse y armar el equipo de Primera División al cual llamaron Curiyú, nombre que se formalizó recién el 2 de agosto del año 2006 cuando el club logró obtener la personería jurídica quedando inscripto como Club de Rugby Curiyú. Con esta iniciativa surgió la primera camiseta oficial con los colores verde y blanco. Luego, en el año 2007, se incorporó el hockey, deporte que también tuvo un crecimiento muy significativo. En sus comienzos los entrenamientos deportivos se realizaron en distintos lugares de la ciudad hasta que, en el año 2011, gracias a las gestiones del entonces intendente Juan Javier García, se obtuvo la donación de un predio de tres hectáreas ubicado en Lombardía y 1º de Mayo para el funcionamiento de Curiyú.