El arzobispo de Paraná, Juan Alberto Puiggari, celebró ayer a las 10 la misa de Pascuas en la capilla Cristo Rey, ubicada en Antonio Crespo 9003.
Puiggari celebró la misa de Pascuas en la capilla Cristo Rey
La ceremonia se levó a cabo en este templo en el marco de los actos de desagravio y reparación por el robo que se perpetró en el lugar durante el domingo de Ramos, y tras el cual monseñor Puiggari había manifestado: “Este hecho no solo nos llena de dolor, sino que también afecta a los sentimientos más nobles de los fieles”.
La misa, que comenzó a las 10, contó con una masiva concurrencia, alentada por la presencia del arzobispo, quien compartió su mensaje recordando el significado que esta fecha tiene para los cristianos, en el que puso el énfasis en la resurrección de Cristo “como un acto de esperanza para crecer en el amor y fortalecer la fe”.
“Para nosotros tiene que ser un renovar de la vida cristiana. Como tanto insiste el papa Francisco, en el compromiso de demostrar nuestro amor a Jesús, en el servicio de prójimo. Que Cristo resucitado nos llene de alegría e ilumine nuestras vidas”, expresó.
Mensaje de reparación
“Monseñor Puiggari nos brindó un mensaje muy especial a quienes concurrimos a la capilla Cristo Rey y recibimos el saludo especial que nos dio como comunidad. Nosotros lamentamos lo que habíamos perdido durante el robo que sufrimos, pero no tanto en el aspecto material, sino sobre todo el hecho de que se hayan llevado el cuerpo y la sangre de Cristo, ya que habían sustraído las hostias y otros elementos que se utilizan para las misas”, comentó a UNO Liliana Yonson, ministra de Comunión de esta parroquia.
También participaron en esta celebración el padre Miguel Guarascio, referente de la capilla, y otro grupo de sacerdotes.
En tanto, en la catedral metropolitana, la misa se llevó a cabo a partir de las 11, y fue oficiada por el padre Silvio Fariña. Los fieles colmaron el lugar para escuchar la homilía, que hizo referencia sobre todo al hecho de renovar la fe en esta fecha particular.
Francisco rezó para que se termine con el hambre y las guerras
Al celebrar el Domingo de Pascuas, el papa Francisco brindó su mensaje a más de 150.000 fieles apostados en las inmediaciones de la Basílica de San Pedro y llamó a: “Derrotar el flagelo del hambre, agravado por los conflictos y los inmensos derroches de los que a menudo somos cómplices”.
“Haznos disponibles para proteger a los indefensos, especialmente a los niños, a las mujeres y a los ancianos, a veces sometidos a la explotación y al abandono”, agregó en su segunda Semana Santa al frente de la Iglesia Católica, consignó Télam.
El sumo pontífice, vestido con hábitos blancos y sin prendas del tradicional dorado, hizo un llamamiento a “que cesen todas las guerras, toda hostilidad pequeña o grande, antigua o reciente”, y enumeró los principales conflictos armados en el mundo. Entre ellos, destacó el conflicto que aqueja a Venezuela y pidió que “los ánimos se encaminen hacia la reconciliación y la concordia fraterna”. Luego elevó sus plegarias por el fin de la violencia fratricida en Irak, el cese del “uso de la fuerza para sembrar muerte en Siria” y un punto final para “los enfrentamientos en la República Centroafricana”. También se hizo lugar para reclamar por el conflicto palestino-israelí y al invocar a Dios, el pontífice dijo: “Te pedimos que ilumines e inspires iniciativas que fomenten la paz en Ucrania, para que todos los implicados, con apoyo de la comunidad internacional, hagan todos los esfuerzos posibles para impedir la violencia”.
Vestido con hábitos simples litúrgicos blancos y amarillo pálido, y no dorados, como suele ser la tradición, el argentino ingresó a la plaza junto con numerosos cardenales y obispos. El lugar estuvo adornado con más de 35.000 flores blancas y amarillas (los colores del Vaticano).