Mientras Carlos Mariano Cano se encontraba en la cárcel de Concordia cumpliendo una condena por venta de drogas, armó una banda que distribuía, fraccionaba y vendía cocaína en el barrio Fátima, encabezada por sus dos parejas, que volvió a ser desarticulada. Por las dos causas le unificaron la pena en 13 años de prisión, monto que alcanza las más altas condenas por narcotráfico en la provincia.
Unifican en 13 años las penas a jefe narco que traficaba en barrios y desde la cárcel
La primera causa fue investigada por la Policía Federal hasta el allanamiento en la casa de Cano, en mayo de 2015. El hombre y su entonces pareja, Yohana Luján Fernández, fueron juzgados en el Tribunal Oral Federal de Paraná, en 2016. En ese debate, el fiscal general José Ignacio Candioti resaltó que la investigación policial pudo determinar que el hombre de 35 años era un importante distribuidor y proveedor a varios kioscos de droga de Concordia. A su vez, se estableció que el estupefaciente era fraccionado y acondicionado en una casa sobre la ruta nacional 14. Se remarcó que Cano no repartía en persona la droga, sino que utilizaba soldaditos y otras personas que lo protegían. Asimismo, en ese expediente surgió que el jefe narco tenía 12.700 pesos sin ninguna actividad lícita conocida, y que la cocaína que vendía tenía un alto grado de pureza, del 98 %.
Las pruebas y testimonios fueron contundentes, por lo que Cano fue condenado a cinco años de prisión, y Fernández a cuatro años. No obstante, en vez de replantearse sus vidas, perfeccionaron el negocio delictivo.
Según se estableció en la pesquisa de la Policía provincial, Cano desde la Unidad Penal Nº 3 de Concordia dirigía las acciones de una organización narco que se desplegaba principalmente en el barrio Fátima, y que su presencia en el exterior estaba representada por sus parejas Yohana Fernández y Lucrecia Trabichet, quienes junto a otras personas cumplían las actividades coordinadas y ordenadas por el jefe de la banda. En el juicio, el fiscal Francisco Bernhardt sostuvo que se trató “uno de los hechos más relevantes que se han juzgado hasta el momento, denotando un manejo de impunidad absoluta”, por lo que pidió que “se libren los recaudos pertinentes a fin de advertir al director de la Unidad Penal que deberán extremarse los controles efectuados a los internos para evitar que desde una unidad carcelaria se dirija una organización criminal como esta”.
El año pasado juzgaron a todos los implicados, donde Cano volvió a ser condenado, esta vez a nueve años de prisión, por el Tribunal Oral Federal de Concepción del Uruguay. A mediados de agosto se realizó la audiencia de unificación de las dos penas. La Fiscalía solicitó que Cano reciba una pena única y total de 16 años de prisión efectiva, lo cual sorprendió porque eran dos años más que la suma de las dos condenas (que daba 14). Esto fue cuestionado por el defensor, quien pidió que el hombre reciba en total 10 años de cárcel.
Los vocales del TOF consideraron justa la pena de 13 años de prisión efectiva total para las dos sentencias, de la cual ya llevaría cumplida más de cinco años. Se trata de una pena que iguala la más alta impuesta en la provincia, recibida por Daniel Tavi Celis en las causas Narcoavioneta y Narcomunicipio en Paraná.
La Fiscalía también había pedido la unificación de las penas recibidas por Fernández (en la segunda causa la sentenciaron a siete años de prisión), pero el tribunal coincidió con la defensa en que la primera condena ya estaba concluida.