José Amado / De la Redacción de UNO
En la vereda de la esquina de calles Ñandubay y Siria todavía quedan restos de la sangre de Samuel Sosa, el joven de 22 años que fue acribillado a balazos el viernes a la noche. Ayer, en el barrio Paraná XVI, todo parecía haber vuelto a la normalidad, pero los vecinos se preguntaban hasta cuándo seguirá la violencia en esta zona del oeste de la capital provincial.
Oficialmente no hay sospechosos por el homicidio, ya que hasta ahora nadie declaró ante la Policía quién disparó. Sin embargo, según los testimonios anónimos que pudo reunir UNO, las miradas apuntan a un joven del barrio que ya ha protagonizado otros hechos de violencia con armas de fuego. Por este motivo, pocos se animarán a incriminarlo ante la Justicia.
Sosa estaba parado en la mencionada esquina, mirando hacia el río y las luces que brillaban del lado santafesino. De repente se le acercó alguien de atrás y le dijo: “El que las hace las paga”, y lo ejecutó con un tiro en la nuca, y otros más en el cuerpo. Luego se largó una carcajada y se fue.
Al menos esto es lo que se pudo reconstruir a partir de lo que vio un chico de 10 años, a pocos metros de donde cayó herido Sosa. Luego corrió hasta su casa en estado de shock, y le contó a su familia lo que sucedió. Su hermana, quien fue amiga de Sosa en la infancia, corrió hasta la esquina y vio al joven tirado en el suelo. Intentó socorrerlo pero solo alcanzó a sentir el último suspiro. Cuando llegó la ambulancia ya había fallecido.
Según se informó a UNO, era alrededor de las 22 y había movimiento en la calle. Los comentarios y mensajes de texto corrieron rápido en el barrio, y la mayoría apuntaba a un joven que integraría una banda conocida como “Los del taller”. Este nombre se lo adjudicaron debido a que tendrían un desarmadero de motos en la zona.
Se comentó que no es la primera vez que el mencionado joven le dispara a la víctima, sino que en otra oportunidad también lo había herido, como así también a otras personas. No está claro por qué había bronca entre ambos, aunque algunos dicen que el sospechoso envidiaba que Sosa sobresaliera en el barrio, y también se comentó la disputa que tuvieron en el pasado por una chica.
En la investigación del hecho intervino el personal de la División Homicidios de la Policía (Dirección Investigaciones), en coordinación con el Juzgado de Instrucción Nº 6 en turno, a cargo de la jueza Marina Barbagelata. Se informó que no había testigos presenciales del hecho, al menos que hayan querido declarar, por lo que habrá que esperar algunos días para que surjan pruebas, se produzcan novedades en la causa y se ordenen medidas respecto de algún sospechoso.
Tras el crimen de un joven de 22 años, vecinos apuntan a un menor
“Wachiturro”
Sosa nació y se crió en el Paraná XVI, luego se mudó a Buenos Aires y regresó al tiempo. “Lo apodaron Wachiturro, porque fue el primero que trajo esa onda acá”, contó una amiga del joven. Una vecina contó que esa noche les extrañó verlo en el barrio, ya que no frecuentaba la zona debido a los problemas que tenía con quien lo mató. Incluso ya no vivía en la casa de su familia porque le habían tiroteado el frente y todos corrían peligro, por lo que se mudó a una casilla por el barrio Vicoer. Poco antes de ser asesinado, saludó a su familia, le dio un fuerte abrazo a su hermana y caminó hacia la esquina donde lo mataron. “Parecía que sabía lo que le iba a pasar”, contaron.
Otros vecinos, que tratan de no meterse en el asunto, dudaban de quién fue el autor del crimen ya que “había varios que lo andaban buscando” por diferentes cuestiones del ambiente delictivo. “Él robaba y tenía problemas con las drogas”, mencionó una vecina, quien entendió el final del muchacho como la consecuencia de la vida que llevó.
Datos
* El asesinato ocurrió alrededor de las 22 del viernes, en la esquina de Ñandubay y Siria, a una cuadra de la comisaría 16ª.
* En la investigación intervino la División Homicidios de la Policía, que actúa en conjunto con el Juzgado de Instrucción Nº 6 en turno a cargo de Marina Bargagelata.
* Oficialmente no hay ningún imputado ni sospechoso en la causa, aunque de los testimonios anónimos recolectados por UNO se habla de un joven que tenía problemas con la víctima desde hacía un tiempo.
El dolor en Facebook
En las redes sociales, los amigos de Samuel Sosa expresaron su dolor. Algunos comentarios fueron:
“Siempree Presentee En Miii Corazoon Mii Amoor Te Amoo Nunca Tee Olvidaree”.
“A pesar de todo siempre estuviste, fuiste mi compañero, mi amigo, mi consejero, & la persona que me conoce mas que nadie...”
“Amigo cómo explicar este gran dolor que siento en mi corazón. No caigo todavía por qué Dios te llevó a vos, Es tan injusta esta vida loco. Donde quieras que estés se que vas a estar bien angelito hermoso. Nunca te Voy a olvidar. Q.P.Samuel Olivera (Wachiturro).“Es imposible dejar de llorar...:’-(, en el paredón de la esquina...!”












