Lo que hace tres años parecía una caso cerrado ahora tiene un final abierto que se conocerá con la sentencia del Tribunal el miércoles 22 de febrero. Facundo Siegfried había sido detenido por asesinar a Alejandra “Rucu” Silva el 25 de septiembre de 2018, en el barrio El Morro de Paraná. Tras finalizar el juicio que se desarrolló durante toda esta semana, la Fiscalía pidió ayer la pena máxima de prisión perpetua para el joven. Consideró que estaba probado tanto la autoría del disparo por parte del acusado, como los agravantes de la relación de pareja con la víctima y el contexto de violencia de género. La defensa oficial marcó las dudas que dejó la investigación, sostuvo que no se sabe quién mató a la Alejandra y que los testigos fueron contradictorios entre ellos y con la prueba.
Pidieron prisión perpetua y absolución para el acusado de asesinar a "Rucu" Silva
La etapa de los alegatos duró varias horas, desde la mañana de ayer, en el salón de audiencias de los Tribunales de Paraná. Los fiscales Matilde Federik y Gonzalo Badano valoraron las más de 20 declaraciones testimoniales de quienes depusieron en el debate y afirmaron que se demostró que Siegfried fue quien ejecutó de un disparo en la nuca a Alejandra, aquella noche en que la joven cumplía 28 años, y desmintieron la versión que había dado el imputado acerca de que el asesino es su hermano.
Esto estaba claro que iba a ser así. Lo más intrincado de esta causa desde el inicio tiene que ver con los agravante del delito de homicidio simple. Por un lado, el de la relación de pareja (sea actual o del pasado) entre víctima y victimario. La Fiscalía afirmó que los testigos fueron claros en apuntar que ambos habían mantenido una relación, más allá del vínculo en relación a la venta de drogas que encabezaba Siegfried.
Por otro lado, respecto al contexto de violencia de género. Aquí la acusación pública también consideró demostrado que el imputado ejercía tal violencia hacia la mujer, lo cual no sólo se demostró con los testigos sino con el informe de la autopsia al cuerpo de la víctima que evidenció golpes y hematomas de tiempo atrás, consecuencia del accionar de Siefried.
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Por esto, pidieron la prisión perpetua, a lo cual el abogado querellante, Javier Aiani, en representación de la madre de la Silva, adhirió.
A su turno, el defensor oficial Jorge Sueldo, quien al inicio del juicio parecía tener todo en contra, expuso los agujeros que quedaron sobre el hecho tras el debate. Inicialmente, cuestionó directamente la autoría del hecho por parte de Siegfried y aseguró que no se sabe con la certeza necesaria para una sentencia quién mató a “Rucu” Silva. Ya se sabía que no había testigos presenciales directos del momento del disparo mortal, pero sí de quienes habían observado los instantes posteriores que incriminaban al imputado. No obstante, Sueldo marcó que los testigos fueron contradictorios tanto entre sí como respecto de la prueba científica y pericial. Por ejemplo, explicó que ni siquiera se sabe el lugar donde la víctima fue ultimada, ya que algunos sostienen que fue en la parte exterior de la vivienda y otros dijeron haber visto al acusado y su hermano sacando el cuerpo del interior de la casa.
Luego, el defensor cuestionó que no se demostraron los hechos ni circunstancias de los agravantes planteados por la Fiscalía: sobre si existió una relación de pareja entre ambos quedaron muchas dudas y más aún sobre la violencia de género. Afirmó que quedó claro que había violencia pero era en relación al contexto de narcotráfico en que vivían todos.
A mediados de 2019, Siegfried había confesado y aceptado cumplir 18 años de prisión por el asesinato, tras un acuerdo de juicio abreviado con la Fiscalía, donde todos se pusieron de acuerdo en que se trató de un homicidio simple, sin agravantes. Ahora la historia se revirtió: la Fiscalía pidió la perpetua, el imputado inculpó a su hermano y la verdad será dirimida por el Tribunal integrado por Alejandro Grippo, Gervasio Labriola y Walter Carballo.
Cabre recordar que el muchacho ya tiene una condena por narcomenudeo y balaceras, que está terminando de cumplir, por la cual recibió cuatro años de prisión.