El ciberdelito crece y parece que nadie puede frenar a los delincuentes. Ahora, las víctimas son las personas con Instagram con miles de seguidores: hackean la cuenta y piden dinero para el rescate, y además utilizan el perfil para estafar a quienes las siguen. Esta semana fue público el caso de la reina del Carnaval de Gualeguaychú, y lo mismo le pasó a la influencer de Paraná Ana Laura Castillo, quien contó lo sucedido a UNO y advirtió: “Están vendiendo contenido con mi imagen y estafando gente”.
Influencer de Paraná hackeada: "Hacen estafas muy grandes"
La modelo Caterina Pugin, otra víctima del ciberdelito.
La cuenta hackeada es @anna_laura.ar, que tiene más de 640.000 seguidores.
La joven es maquilladora y modela con indumentaria de locales de la zona. El miércoles se encontraba realizando un maquillaje cuando recibió un mensaje de WhatsApp donde le pedían “1 millón de pesos argentinos” para devolverle la cuenta.
“Cuando recibí el mensaje quedé paralizada, eliminé todo por si me estaban hackeando, pero ya me habían hackeado. Estuvieron cinco días para hackearme porque estaba re asegurada la cuenta, entonces entraron por mi hotmail, por mi facebook, yo cambié contraseñas pero igual me las sacaron. Y al final no accedí, no dejé que me llamen porque tengo mensajes que decían ‘te llamo y arreglamos’”, recordó Ana Laura.
Tras el primer mensaje, la joven intentó ingresar a su Instagram pero ya estaba inhabilitado. “Me cambiaron todo de un momento a otro, cuando yo me descuidé y no estaba en línea, no tuve tiempo de reaccionar”, lamentó.
Luego, contó cómo fueron esos primeros minutos y el intento del ciberdelincuente: “Primero fue un mensaje de WhatsApp que eliminé, y después yo iba eliminando porque estaba paralizada, asustada, y en otros mensajes me decían ‘si no contestás ¿cómo vamos a llegar a un arreglo? ¿Querés que te llame?’ Y a la noche empezaron a subir contenidos pornográficos usando mi imagen para vender el contenido. Y Facebook no lo puede eliminar porque yo no tengo multas, no tengo nada que haga dudar que no sea yo, porque lo suben a las historias, se han hecho muchas denuncias pero no lo pueden eliminar”.
Esta situación evidencia la lentitud y hasta desidia de uno de los gigantes de la era digital, que no cuenta con recursos ni medidas necesarios para dar respuesta inmediata a las víctimas. Y que las cuentas y los sistemas de seguridad siguen siendo muy falibles. Hasta la cuenta de Wanda Nara fue hackeada esta semana, pero contó con los medios para recuperarla en breve.
Ana Laura radicó la denuncia el mismo miércoles en la Policía para curbrirse ante posibles acusaciones por estafas, y la misma ya llegó a la Unidad Fiscal de Paraná, aunque la traba está en la empresa de la red social que ralentiza la respuesta y solución. “Se demoran dos meses, es mucho tiempo en resolver, se necesita que se resuelva lo más rápido posible porque están haciendo estafas grandes y usando mi imagen”, dijo la joven de Paraná.
“Mi problema no es la cuenta en sí. Necesito que la cuenta tenga un parche o algo porque hay muchas estafas. Están usando mis fotos para vender contenidos pornográficos, usando mi imagen, y mandando enlaces a otras personas para robarles información. Mi cuenta sigue abierta, siguen ensuciando mi imagen y la de otras personas, porque hay una agencia de modelos y gente que está muy expuesta en este momento”, advirtió Ana Laura.
“Entonces, lo que yo quiero es que esto se sepa porque cuando llega un mensaje mío a una empresa o a cualquiera, los van a hackear. Esta gente se encarga de chantajear, pide números de teléfonos, mandan fotos a las personas y después los chantajean con plata, con mi nombre. Quiero que se sepa que la cuenta fue hackeada, que me pidieron plata, y a las personas que tienen Instagram que lo cuiden, que no abran enlaces, que borren todo lo que tenga que ver con algún dato personal”, agregó.
Acerca del mecanismo delictivo, Ana Laura explicó: “Están vendiendo fotos y a la vez usan mi cara para otras fotos que no soy yo, se la están re ingeniando para hacer una estafa bastante grande. Les compran packs de 2.500 pesos cuando mi promoción salía 9.000 pesos mostrar una ropa, una etiqueta de una calza. Es una red que se dedica a hacer esto, ya tienen imágenes y fotos de otras personas y venden a 2.500 pesos 20 fotos”.
Algunos conocidos de la joven han contactado con la cuenta hackeada como falsos clientes y recibieron el CBU a donde hacerles el pago. De esta manera, obtuvieron el dato del destino del dinero para poder identificar quién lo recibe, aunque probablemente la cuenta bancaria no sea de los estafadores, sino de otra víctima, aunque al menos es una pista a seguir.
La reina O'Bahía, hackeada
La misma metodología de estafa y extorsión sufrió el lunes pasado la modelo y periodista santafesina, Caterina Pugin. “Tienes que pagar, de lo contrario le venderé tu cuenta a otra persona”, fue el primer mensaje de una serie de intimidaciones que recibió en su WhatsApp, desde un número desconocido y con característica extranjera. Alguien le había enviado una captura de su perfil de Instagram estando dentro del mismo y le exigía para recuperarlo una suma de dinero en bitcoins.
Pugin reaccionó rápido e intentó entrar a su cuenta para cerrarla, pero ya era tarde.
El caso lo hizo público a través de Facebook, donde además de relatar la extorsión de la que había sido víctima, Pugin llamó a sus contactos a que la sigan en la nueva cuenta de Instagram que tuvo que crearse para evadir al ciberdelincuente.
“Ayer me pasó esto, que uno le ve super raro y lejano. Fui víctima de un #ciberdelito”, relató Pugin en su texto, y agregó: “Al no entrar en su juego de girarle dinero, me siguió por largo rato bombardeando por WhatsApp con más amenazas. Qué triste todo”.
La modelo, que en el verano estuvo haciendo la temporada en los carnavales de Gualeguaychú y fue elegida reina de la comparsa O´Bbahia, prefirió resignar a los más de 26.000 seguidores que había conseguido hasta ese momento en la red antes que pagarle al desconocido por algo que originalmente era suyo.
Es por eso que en las últimas horas, cuando el extorsionador volvió a contactarla para darle un ultimátum y le aseguró que si no pagaba tendría que despedirse de todos sus recuerdos y amigos, ella le advirtió: “Los seguidores van y vienen. Y a vos hacker, los recuerdos no los tengo en el Instagram, los tengo en mi trayectoria y corazón”.