Por la fecha número 31 de la Primera Nacional, Zona A, Patronato perdió 1 a 0 ante Racing de Córdoba en el estadio Miguel Sancho. El gol lo convirtió Matías Machado luego de un insólito de desatención en la defensa del conjunto paranaense.
Patronato jugó mal y perdió ante Racing pese a contar con un jugador más
Santiago Bellati la quiso controlar dentro del área, pero perdió la pelota y Racing la aprovechó para ganarle 1 a 0 a Patronato en Nueva Italia.
La voz del interior
Patronato cayó ante Racing en Córdoba.
Prensa Patronato
Patronato y Racing empatan sin goles.
Primer tiempo
Los primeros minutos en el estadio Miguel Sancho mostraron a Racing de Córdoba con mayor iniciativa, intentando asumir el protagonismo desde el arranque. El equipo local buscó progresar en reiteradas ocasiones, con circulación de pelota y presencia en campo rival, aunque sin la claridad necesaria para darle un cierre eficaz a sus jugadas.
Patronato, en cambio, apostó a un plan más vertical, tratando de aprovechar los espacios con ataques rápidos y abriendo las bandas a través de Valentín Pereyra y Julián Marcioni. Sin embargo, el Rojinegro no logró inquietar seriamente a la defensa cordobesa durante el primer cuarto de hora.
Recién a los 20 minutos, el conjunto paranaense encontró una secuencia de pases entre Barinaga, Galucci y la dupla de delanteros, en una maniobra que ilusionó con romper el cero. La jugada culminó con un intento de centro de Ian Escobar, que no prosperó y terminó en saque de arco para los locales.
Con el correr de los minutos el partido se tornó aburrido. Ambos equipos intentaban generar peligro con sus armas, pero la falta de precisión en los metros finales hacía que las llegadas quedaran inconclusas. A los 28 minutos, Racing contó con la más clara tras un córner bien ejecutado por Tomás Castro: la pelota llegó al área y Pablo Chavarría ganó de arriba, aunque no pudo conectar de lleno con la cabeza y la chance se diluyó.
Patronato respondió con una réplica rápida. Desde el medio encadenó una serie de toques que derivaron en Federico Castro, quien encaró en el borde del área grande rodeado de tres defensores. Intentó filtrarse, pero terminó en el piso reclamando penal. El árbitro, cerca de la acción, desestimó la protesta y dejó seguir.
En medio de este pasaje, el viento empezó a hacerse notar cada vez más fuerte y se convirtió en un factor que condicionaba cada intento de juego asociado.
Sobre el final de la primera etapa llegó la situación más clara del partido. Tomás Castro volvió a demostrar su precisión en los envíos y metió un gran centro desde la derecha al corazón del área. Allí apareció Machado, que ganó en el salto pero definió con un testazo tímido y cruzado. La pelota viajó lentamente y terminó estrellándose contra el palo derecho del arco defendido por Alan Sosa, que había quedado sin reacción. Fue la oportunidad más nítida antes del descanso y mantuvo el suspenso en un duelo parejo y sin emociones en el marcador.
El encuentro parecía encaminarse al descanso sin grandes emociones, pero a los 42 minutos se dio una acción que cambió el desarrollo. En una jugada sin pelota, sobre el tiro de esquina izquierdo del ataque de Patronato, el defensor Albarracín le aplicó un codazo en la cara a Valentín Pereyra en una acción totalmente innecesaria. El árbitro vio la infracción y no dudó: expulsión directa para el central de Racing de Córdoba, que se quedó con diez jugadores. A partir de allí, el conjunto paranaense se animó a adelantar sus líneas y a tomar un poco más de protagonismo. Con un hombre de más, Patronato se encontró con la pelota y cerró el primer tiempo con mejores sensaciones que su rival.
Segundo tiempo
El complemento arrancó con una clara intención ofensiva por parte de los dirigidos por Gabriel Gómez. El entrenador de Patronato movió rápido el banco y realizó tres variantes de golpe para modificar el desarrollo. Ingresaron Marcos Enrique, Fernando Moreyra y Guillermo Sánchez, mientras que dejaron la cancha Maximiliano Rueda, Ian Escobar y Santiago Gallucci. Con esos movimientos, el Rojinegro se paró con una línea de tres en el fondo y el resto del equipo volcado al ataque, buscando aprovechar el hombre de más y lastimar a un Racing que se veía obligado a replegar.
Sin embargo, la idea no se plasmó como estaba previsto. Pese a la superioridad numérica, fueron los locales quienes generaron las situaciones más claras en el arranque del segundo tiempo. En tres oportunidades, el conjunto cordobés encontró espacios en la defensa desprotegida de Patronato y obligó a que Alan Sosa se luciera para mantener el cero. El arquero del Santo se erigió en figura en ese tramo del partido, mientras la visita sufría la falta de equilibrio entre ataque y defensa.
Patronato recién pudo responder cuando Guillermo Sánchez armó una gran maniobra individual por la izquierda y, tras arrastrar marcas, descargó hacia el borde del área grande donde esperaba Alan Bonansea. La pelota se ensució en el control, pero terminó quedando en los pies de Federico Castro, que se metió al área. Ante la salida del arquero rival, definió con un toque suave a un costado y desató el grito de gol en el banco visitante. Sin embargo, la ilusión duró apenas segundos: el asistente levantó la bandera y marcó posición adelantada. La repetición dejó dudas, y desde el banco de Patronato reclamaron con vehemencia porque parecía que Castro partía habilitado. La bronca se instaló en el conjunto paranaense, que sentía que le habían arrebatado la apertura del marcador.
El trámite no cambió demasiado tras el tanto anulado a Castro. Patronato mantuvo la intención de ir en busca del gol, pero le costó generar peligro real. Racing, en cambio, se sostuvo con oficio, aun con un hombre menos, y encontró su premio cuando menos lo esperaba. Una acción aislada en el área visitante se transformó en pesadilla para el Rojinegro.
Santiago Bellati intentó controlar un pase corto de Valentín Pereyra dentro de su propia área, pero la pelota se le escurrió por debajo de la suela. Ese error grosero desacomodó a toda la última línea y dejó el balón a disposición de Machado, que no perdonó. La jugada se tornó aún más insólita porque, en el mismo instante, Alan Sosa y Gabriel Díaz se miraron entre sí sin reaccionar para despejar. Ese titubeo fue suficiente para que el delantero local empujara la pelota al fondo de la red y decretara el 1 a 0 parcial.
La bronca en el banco de Patronato fue total: el gol llegó en un contexto en el que la visita tenía la obligación de imponer condiciones y, en cambio, fue víctima de un error propio que le terminó costando carísimo. Racing de Córdoba, con un hombre menos, se adelantaba en el marcador y llenaba de dudas a un equipo entrerriano que no encontraba la manera de hacer valer su superioridad numérica.
Con el golpe en contra, Patronato quedó obligado a adelantar líneas y sumar más gente en ofensiva en busca del empate. Gabriel Gómez ordenó que sus volantes se pararan más arriba y que los laterales se proyectaran con mayor frecuencia. La intención era clara: empatar rápido para no quedar condicionado en el tramo final.
Sin embargo, la reacción nunca fue efectiva. El rojinegro acumuló camisetas en campo rival, pero sin claridad ni precisión para vulnerar a la defensa cordobesa. Racing, pese a jugar con un hombre menos, se mostró más ordenado y hasta tuvo ocasiones concretas para ampliar la diferencia. Con espacios a disposición, el local encontró terreno fértil para lastimar de contragolpe y estuvo muy cerca de convertir el segundo tanto, lo que hubiera sentenciado definitivamente la historia.