El Club Universitario Paraná es el segundo hogar de Leonardo Acosta. Es el espacio donde se crió. El club donde comenzó a jugar detrás de una pelota. El lugar donde creó lazos. El terreno donde proyectó una carrera profesional.
Leonardo Acosta: "Disfrutamos del crecimiento del club Universitario"
En septiembre de 2023 Leonardo Acosta asumió la presidencia de la U. En el primer año de gestión la entidad sumó una docena de disciplinas.
Leo lleva en el corazón los colores de la institución de barrio Corrales. El hecho de cambiar de escudo para desarrollar su trayectoria deportiva no lo llevó a olvidarse de sus raíces. En un momento de libertad se acercó hacia la institución de sus amores.
En septiembre de 2023 el Wachi retornó a la U para defender el escudo. Lo hizo junto a un grupo de amigos que conoció en el club. La misión no era defender los colores dentro del campo de juego al equipo del cual es hincha. Fue por una meta más ambiciosa: recuperar la esencia de la entidad.
Tras la asamblea de socios Acosta asumió la presidencia de Universitario. Los objetivos trazados por el equipo de trabajo fueron claros. La misión era que el club recupere la vida social y deportiva de décadas atrás. Los resultados llegaron con celeridad.
El balance de Leonardo Acosta
“Este año de gestión ha sido maravilloso, recontra positivo. Cuando asumimos nos encontrábamos con un club totalmente devastado, abandonado. Hoy tener la posibilidad de transitarlo durante el día, y ver cómo ha vuelto la familia, la verdad que no tiene precio”, resaltó Acosta, en diálogo con La Mañana de La Red.
Leo sufrió los momentos de crisis de la institución. Instancias que pusieron en jaque la continuidad del lugar donde se reunió la barriada de Corrales. “Duele decir, pero faltó el cartel de remate”, rememoró. Por eso mismo hoy disfruta de la realidad que transita la U. “Cuando asumimos Universitario tenía solamente fútbol. Ahora tiene 12 disciplinas, más la escuela de arte, más los talleres de la Municipalidad. El club pasó de tener 8 categorías de fútbol a reunir 18, 14 masculino y 4 femenino. Que todo el tiempo circule gente en la institución, que las instalaciones estén iluminadas y limpias nos pone muy feliz”, subrayó.
El cambio que experimentó la institución obedece al amor por los colores y el compromiso de los integrantes de la comisión directiva y del grupo de colaboradores. “Hay gente que piensa que uno tiene un sueldo, y no hay nada más alejado que la realidad. Siempre digo que lo que a uno le gusta tiende a absorberle la vida, y el club hace eso, Por eso estoy recontra agradecido al grupo de trabajo. Dedicarse el club te quita tiempo y plata. Hay que estar medianamente un poco loco para agarrar las riendas y asumir un compromiso y decir ‘vamos a hacer algo, vamos a trabajar’, sabiendo de que el rédito será más sentimental que económico”, recalcó.
Para asumir este desafío, el respaldo de la familia es vital. Leo cuenta con el aval de su círculo íntimo para darle rodaje a su “locura”, como él mismo define. “El domingo tenía ganas de ir a ver a Patronato, pero en el club había jornada de juveniles y jugaba el equipo femenino. Decidí darle descanso a la gente que trabaja de lunes a sábado y con mi señora nos hicimos cargo. Eso es lo bueno de estar acompañado de la familia. El club absorbe tiempo, hay momentos donde se presentan complicaciones y eso te lleva a descuidar de tu economía, tu trabajo y tu familia. Hoy nos encontramos cansados, pero disfrutando del crecimiento del club”, subrayó.
El resurgimiento del Club Universitario
En el primer año de gestión Universitario pasó de tener una disciplina a reunir una docena de oferta para la comunidad. Esto grafica el crecimiento exponencial. La premisa será seguir creciendo, pero siendo consciente del espacio que tiene a disposición.
“Nos presentaron un proyecto para que vuelva el sóftbol al club, pero no tenemos espacio. Nos encontramos con el lindo problema de que se han reducido los espacios para entrenamiento, por el horario, por un montón de cuestiones. Esto es muy bueno, pero también hay que ser consciente de que no hay que excederse para que todos puedan desarrollar su actividad, su deporte, en las mejores condiciones y sin molestar al otro”, remarcó.
Luego redondeó el concepto: “Me encantaría que vuelva el sóftbol, que vuelva el hockey sobre patines, como tuvimos históricamente. Hoy contamos con el hockey sobre césped, por primera vez en la historia,volvió el patín artístico, el vóley y el básquet. Apuntamos a ser un club totalmente social, que tenga todas sus disciplinas. Obviamente que prevalecerá unas más que otras, pero como comisión directiva queremos darle la posibilidad a todos de que, en cierta manera, sigan creciendo, y eso llevará a que seamos un club grande”, proyectó.
Las diversas alternativas deportivas y sociales impulsó el regreso de la familia a la U. “Hoy los padres llevan a sus hijos a las prácticas y se quedan tomando mate en el club. Cuando uno ingresa tiene a mano izquierda la cancha principal de fútbol. Enfrente se encuentra la cancha de básquet y al costado derecho el playón donde entrenan futsal y vóley. Hay gente todo el tiempo en las instalaciones. Volvió a ser un club familiar. Te das cuenta cuando pasas por el frente y no encontrás un lugar para estacionar y cuando ingresas y observar que está lleno de gente, de chicos corriendo y jugando. Universitario volvió a tener vida. A los clubes le dan vida la gente. Recuperamos el sentido de pertenencia cuando antes la sensación era de un club triste, abandonado. Hoy el club volvió a respirar”.