Diego Fernández publicó El Método Wilson. La obra literaria del entrenador de fútbol resalta los aspectos que deben tener los conductores de equipos deportivos. Interpretar que hay aspectos del juego que tienen la misma importancia que todo lo que está relacionado al aspecto lúdico. En este punto los líderes de grupo deberán obtener la mayor información de sus dirigidos para sobrellevar situaciones que exceden lo deportivo. De esa manera podrán lograr una cohesión colectiva. Para eso es clave empatizar con los miembros de la estructura para ofrecer las herramientas que permitan sostener el equilibrio necesario para ser competitivos en busca de un objetivo: el resultado deportivo.
El método Wilson, una herramienta en busca del éxito
Por Matías Larraule
“A lo largo de mi carrera como jugador y después como entrenador observé que no sólo hay que creer al juego por lo táctico, lo estratégico y lo metodológico. Hay algo más que tiene que ver con las relaciones humanas en los grupos de trabajo y en los equipos deportivos. Hay equipos que lograron obtener mejores resultados con cuerpo técnicos que realizaban menos trabajo de campo. Al momento de analizar finamente un montón de cosas me di cuenta de la importancia de la conducción de grupos e internamente como se relacionan esos grupos”, explicó Fernández, en diálogo con UNO.
“Durante la pandemia hicimos más de 60 charlas con grupos de entrenadores del país y del exterior y todos coincidíamos en la importancia del manejo del grupo. De poder gestionar diferentes personalidades, pensamientos y construcción, en pos de un objetivo en común: el resultado deportivo. En base a eso, a medida que fui transitando tanto como futbolista y después como entrenador, saqué tips de diferentes conductores hasta que llegó un momento que tenía de cada cosa algo y tenía que agregarle una impronta personal para generar una herramienta que nos diera la posibilidad de lograr una cohesión grupal que tuviera que ver con conocerme más y no solo saber quién juega al lado mío, sino tener un conocimiento más profundo de sus problemas y sus vivencias”, añadió.
Fernández destaca la importancia de la convivencia saludable en los equipos de trabajo. “Para llevarte bien dentro del campo de juego, también te tenés que querer afuera. Esa es mi opinión, y por eso creé El método Wilson que es una dinámica de grupo que se hace cuando está el plantel completo y que tuvo su primera ejecución con el plantel de Independiente Rivadavia de Mendoza, que fue el plantel que salió campeón el año pasado de la Primera Nacional”, subrayó.
El libro detalla características que se visibilizan en diferentes grupos humanos, como el individualismo, el egoísmo y la envidia. “Son características inherente a la naturaleza humana y existen. Tenemos que aceptarlo y saber que está, que el que no juega está enojado, que puede haber uno que está un poco envidioso porque tal está haciendo goles y él no juega y no lo hacen porque sea una mala persona, sino porque son cosas propias del día a día y la naturaleza humana”, explicó.
“Siempre es mejor conocer profundamente a la persona para identificar cuando uno viene mal un día al entrenamiento. Un jugador puede recibir mal un pase y le consta al compañero. Conociéndolo podemos saber que, tal vez la noche anterior pudo haberle pasado algo, o que tiene un familiar enfermo. Esos conocimientos profundos que debemos tener con el de al lado es lo que nos potenciará como grupo”, enfatizó.
Los líderes de grupos deberán obtener estas virtudes en un escenario donde el resultadismo y las exigencias pueden impactar en la convivencia colectiva. “Estamos viviendo un momento complejo por las urgencias por lograr un resultado y por las presiones. Eso hace que uno se altere o angustie más rápidamente. Por eso cada vez es más importante la cohesión grupal y estar unidos. En definitiva es lo que a la larga te dará el grupo humano que logrará cosas”, afirmó.
El arte como instrumento de crecimiento profesional
Siguiendo esta línea, agregó: “Todos escuchamos decir ‘aquellos dos estaban peleados y salieron campeones’. Lo que no decimos es la cantidad de equipos que no salieron campeones por estar peleados. Cuando doy ejemplos cito al plantel campeón mundial en México 86. Cada uno de los integrantes llevó el ataúd del Tata Brown varias décadas después de haber salido campeón. Un grupo que trascendió lo que sucedió dentro del campo de juego. Algunos dirán que eso se logró porque salieron campeones, ¿Y si salieron campeones es porque conformaron ese grupo?”.
Ejecutar El método Wilson en el escenario actual es un desafío. “Siempre quisimos ganar, pero no al costo que se pide hoy. En la actualidad no hay paciencia para nada y hay un bajo umbral a la frustración. Nadie admite perder porque hay una gran cobardía que tiene que ver con que debemos aceptar que podemos perder. El juego se tratar de ganar, perder o empatar. Es imposible pretender ganar si no aceptamos que corremos el riesgo de perder”, concluyó.