Con la devaluación del 22% impuesta por el Banco Central tras las PASO se registró una inusitada suba de los insumos del sector de los servicios para fiestas, que en el medio de la incertidumbre ya no pueden pasar un presupuesto con dos meses de anticipación, como ocurría tiempo atrás, y ni siquiera con un mes o un par de semanas, como lo venían haciendo para poder trabajar en un casamiento, un cumpleaños, una recepción u otro evento.
Los servicios para fiestas atraviesan un momento crítico
Tras integrar uno de los sectores más golpeados por la pandemia, quienes se dedican a esta actividad quedaron atrapados por la inflación y la falta de previsibilidad en la Argentina, que impiden poder proyectar los costos que tendrán los alimentos dentro de unas semanas, o incluso de aquí a pocos días, como ocurrió en agosto, cuando según estimaciones privadas los aumentos de los alimentos superan el 13% y fue un mes en que la carne trepó un 70% y las bebidas y otros productos también registraron fuertes subas.
Juan Carlos Ortega, quien hace décadas tiene un servicio de lunch junto a su familia y actualmente es el presidente de la Asociación Civil Cámara de Eventos y Afines de Entre Ríos, señaló a UNO: “Viene todo muy complicado. Hoy es caótico el tema de los aumentos de precios y ya es impensado hacer un presupuesto con anticipación; o de hacerlo, se establece en dólares, a valor blue porque al oficial no podemos acceder. Además, porque las cosas no suben a valor oficial, todo aumenta a valor dólar blue y en ocasiones estamos perdiendo plata”.
En este marco, lamentó: “En la actualidad nadie te da precio, ya que todos los días están subiendo las cosas con alevosía. Las bebidas aumentaron un montón, el hielo que valía 1.000 pesos hace una semana ahora se fue a 1.400 pesos; el cajón de pollo está 14.000 o 15.000 pesos; las verduras también están caras, un pan migón está 6.000 pesos cuando estaba 1.500 pesos hace tres o cuatro meses atrás. Un agua saborizada de 1,5 litros valía 160 pesos y hoy cuesta 500; y la cerveza en lata estaba a 1.600 pesos el pack y hoy sale 3.400 pesos. Además, un mozo antes ganaba 10.000 pesos la noche, hoy gana 20.000 pesos”.
A su vez, aseguró que esta situación afecta notablemente la demanda y afirmó: “El 80% de las fiestas se han caído. Prácticamente estamos nulos, no viene nadie. Por ahí hay gente que llama, pregunta cómo es el tema, y nos dicen que van a esperar a ver qué pasa con la economía. Hice una fiesta hace una semana que ya la tenía pautada, tengo otra en octubre, hay otra en enero que posiblemente al final no se va a hacer. Las demás que tenía en el medio se cancelaron todas, porque tienen ajustes de todos lados y no llegan”.
El costo de la tarjeta en su caso, según explicó, es de 35 dólares. Incluye vajilla, mesas, mantelería, cubresillas, mozos; servicio completo de comida con entrada plato principal y postre; barra, toda la bebida, barra de tragos. “Incluye todo”, sostuvo, y reflexionó: “Esto es peor que la pandemia. Uno habla con los proveedores y suponen que el dólar de acá a fin de año va a llegar a 1.000 pesos. Y está todo dolarizado en nuestra economía; y por otra parte los sueldos no van a la par de la inflación y del precio del dólar”.
“Nosotros todavía venimos golpeados por no haber podido trabajar en la pandemia y nadie nos dio nada, y como Cámara ni siquiera nos atendieron ni el gobierno provincial ni el municipal. Ahora tampoco. La verdad es que tenemos más ganas de cerrar e irnos del país que de quedarnos a seguir peleándola”, confió.
Por su parte, Miguel Acosta, propietario de un servicio gastronómico en Paraná hace más de 50 años, coincidió en que es muy difícil pasar un presupuesto para un festejo. “Ya hemos pasado por crisis como estas”, acotó resignado.
En tanto Cintia, quien junto a su familia tienen un servicio desde hace 10 años, precisó: “Es muy difícil realmente trabajar con esta inestabilidad. Ya pasamos presupuestos antes de la devaluación y se nos complica a nosotros, que tenemos que respetarlos. Continuamente está cambiando el panorama y no se puede proyectar nada. Es un momento en que sólo trabajamos para subsistir”.
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“Es compleja la situación porque además la gente que contrata el servicio no puede pagar de un día para el otro la tarjeta, pero no podemos darle un valor anticipado si suben tanto los precios, como pasó ahora con la carne, la bebida y otros productos. Así que esto es muy difícil para todos”, subrayó.
Darío Andino, quien tuvo por años un servicio gastronómico pero ante las complicaciones en el sector hoy se dedica al alquiler de vajilla y trabaja como disjockey, refirió: “Con mi esposa vivimos de esto porque no conseguimos otro trabajo, pero está muy difícil el sector de los eventos. Si uno quiere hacer una fiesta, hoy ni los gastronómicos ni los salones pasan un precio. Para el año que viene nadie está tomando fecha de nada; y si alguno lo hace, le recargan entre el 50% y el 100%”.
“Desde enero hasta abril arrancamos el año 2023 a pleno, había mucha demanda de eventos, pero a partir de mayo hasta ahora se planchó. En esos meses arrancaron subas masivas de bebidas y materia prima. Las tarjetas de los servicios rondan entre 16.000 y 22.000 pesos por comensal”, observó, y evaluó: “Antes, a pesar de todo, plata para las fiesta había, pero ahora está muy complicado. Por ejemplo, para hacer un cumpleaños de 15 años con salón, cubriendo el DJ, la decoración, el vestido, la parte de filmación y fotografía, el servicio gastronómico, sin banda ni batucada, hay que hablar de 4 a 4,5 millones. Y calculo que el año que viene se va a disparar al doble todo”.
“En mi caso tengo fechas reservadas como DJ desde principio de año para septiembre, octubre, y noviembre, que ya las cobré a través de un plan de cuotas. Pero ahora lamentablemente tengo que aguantar la terrible inflación y un año electoral en que se pone en juego la economía de todos”, concluyó.