La tragedia ocurrida este lunes en la localidad de Tostado, en la que perdieron la vida siete maestras rurales y murieron otras tres personas, causó una inmensa conmoción y puso de manifiesto el sacrificio que muchos docentes realizan a diario para cumplir con su trabajo.
Los docentes opinan que el transporte es tema pendiente
Desde la Asociación del Magisterio de Entre Ríos (Agmer), Roque Santana señaló a UNO que “no hay estadísticas de cuántos son los que deben viajar hasta otras ciudades a dar clases, pero sabemos que es un número elevado. Hay departamentos donde se da una mayor movilidad, como por ejemplo en Islas y Victoria. Allí también se deben trasladar en lancha hasta las escuelas”.
“La migración es una constante, y determinada por las posibilidades de trabajo que surgen en otras localidades. Y los medios que más se usan son el colectivo, los transportes puerta a puerta o viajar a dedo”, dijo. Esta última modalidad se da por distintas cuestiones: “A veces no hay colectivos hacia los lugares donde se desempeñan los maestros, sobre todo en áreas rurales, o los horarios no coinciden, o también está el tema económico, ya que hay un desfase entre lo que se le abona a través de código 29 en concepto de transporte escolar, que es hasta 510 pesos y no alcanza a cubrir los costos. Por ejemplo, si un docente tiene que viajar todos los días hasta Hernandarias, le cuesta 37 pesos el abono y no llega a cubrir los pasajes de todo el mes con ese importe”, sostuvo Santana.
Por su parte, Dora Taborda integrante de la comisión de Transporte de Agmer, indicó que “en agosto se actualiza esta cifra pero solo en 100 pesos, que tampoco alcanza a cubrir los pasajes en muchos casos”. Asimismo, comentó que “los docentes no tenemos garantizado el transporte gratuito como sí lo tienen la Policía o los estudiantes”.
Taborda admitió: “Son muchas las maestras que deben viajar a dedo y esto implica un riesgo. Uno sale y no sabe con qué se va a encontrar. Yo misma lo hice desde Nogoyá a Victoria.
Muchas se quedan durante la semana en la escuela, lejos de su familia. Tengo colegas de Gualeguaychú que viajan dos horas por día para tomar la lancha y llegar a Islas del Ibicuy. Van y vuelven en la jornada”, agregó.
Por último, Roque Santana recordó: “Hace algunos años murió en Los Conquistadores el director de la escuela, Pablo Geminiani, mientras volvía a su ciudad. Y hace unos 10 años falleció una maestra que estaba haciendo dedo en Nogoyá”.
Las cifras
70 Kilómetros es la distancia que el Consejo General de Educación le reconoce a los docentes en concepto de transporte escolar.
510 Pesos es el tope que se abona por el traslado hacia otras localidades. En muchos casos no llega a cubrir los costos.
100 Es la cifra en que se incrementaría este concepto a partir de agosto. Afirman que tampoco alcanza.
“Llegué a caminar 19 kilómetros embarazada hasta una escuela”
Mercedes Bernachea se jubiló en el 2001. Fue docente durante 33 años y comenzó su labor a los 18 en la zona rural aledaña a Federal. “Primero se fue mi hermana Bety y cuando me recibí fui yo a trabajar. Vivía en Federal y todos los días me iba en tren a la escuela de Viscaya. Pero a había dos días en la semana en que no pasaba y caminaba 19 kilómetros para llegar. Al terminar la jornada regresaba también a pie”, recordó. “Cuando estaba embarazada, con una panza enorme, también de esta forma. Cuando nacieron mis hijos y eran chiquitos, los llevaba, porque no tenía con quién dejarlos”, añadió. A su vez, contó: “Mi hermana trabajaba en una colonia y tenía un mototaxi que la llevaba”.
Como ella, muchas mujeres viajan durante años a dedo para llegar a destino y pararse, impecables con el guardapolvo blanco, frente al aula a enseñarle a los alumnos de todas las edades. Mercedes afirma que “las anécdotas son muchas, lindos y no tanto. En el invierno había que bajar del tren, e el campo, y legar pisando la escarcha”.
Margarita Támola también fue docente y directora de una escuela Primaria en Ramírez. Empezó a hacer suplencias en 1957 y hoy ya jubilada mostró su congoja frente al accidente de Tostado: “Desde hace más de 50 años se viene pidiendo que se solucione el tema de la reubicación para que cada una pueda dar clases en su lugar de origen. Estas muertes trágicas en la ruta son una injusticia. A Ramírez venían muchas docentes a dar clases a dedo desde Diamante y a veces llegaban asustadas si les tocaba alguien que manejaba a alta velocidad. Siempre es un riesgo”, relató.
Rosana Balbuena, de la zona del Doll, expresó: “Mis maestros en la escuela rural Primaria, debían dejar su ciudad e ir a vivir a la escuela de lunes a viernes, debían hacer tres kilómetros por un camino de tierra para tomar un colectivo en la ruta”.