En calle Pedro Londero, en Paraná, al final hay un asentamiento que se fue formando al borde del río Paraná en el que viven unas 40 familias. Hay chicos y personas mayores entre los vecinos. Está situado a unos ocho kilómetros de la iglesia del Centro Mariápolis, y es hasta la institución religiosa adonde llega el asfalto. Después es todo tierra y se transforma en un lodazal cuando llueve, lo que habitualmente impide a los vecinos salir del barrio, y los deja aislados varios días, hasta que el camino se seca.
Vecinos de la zona de Centro Mariápolis quedan aislados cada vez que llueve
Hay unas 40 familias que viven al final de calle Pedro Londero, cerca del Centro Mariápolis. Las precipitaciones hacen que el camino se torne intransitable
Gentileza: Daniela Rodríguez
En cercanías del Centro Mariápolis los vecinos quedan aislados si llueve
Se trata de una zona en la que reina la pobreza y se multiplican las necesidades. Daniela Rodríguez, quien es docente y colabora con diferentes ONG que llevan adelante un gran trabajo social y solidario en Paraná –como Suma de Voluntades y Fonbec–, conoce de cerca esta problemática y contó a UNO: “Hasta la iglesia llega el asfalto. Después hay una calle que sigue, que son como ocho kilómetros más desde ahí, y llega al final, donde se ve la costa. Ahí hay un asentamiento, donde hace días se llegó con el programa La Justicia va a los Barrios, a cargo de Pablo Barbirotto, y recorrieron el lugar”. Esta iniciativa tiene como objetivo acercar el servicio de la Justicia a las personas sin necesidad de concurrir a los Tribunales a realizar trámites pendientes.
Que se puedan hacer visibles la carencias que existen en este vecindario genera algo de esperanza de que llegue alguna solución, sobre todo cuando hay servicios básicos ausentes, como es el caso del agua corriente para que la gente pueda contar con este recurso y que sea potable para beber y cocinar, poder disponerlo para las tareas de aseo. Sobre este punto, Daniela reveló: “El asentamiento está en el camino que bordea la costa y llega a Don Bosco. La gente que vive ahí tiene luz, pagan el servicio, pero no tienen agua corriente. Un camión de la Municipalidad les lleva agua cada 15 días, aunque pasa más tiempo, dependiendo de que el camino esté en condiciones, porque a veces no puede entrar al barrio”.
Los chicos no pueden ir a la escuela si llueve
Daniela también contó con gran preocupación que cuando el ingreso se torna intransitable los chicos no van a la escuela. “Fueron mis alumnos la mayoría; incluso hay muchas mamás de esos chicos que fueron alumnas mías. Yo trabajaba en la escuela que está en la zona, que es la N° 23 Rudecindo Alvarado, y la Secundaria que funciona ahí es la Nº 58 Carlos Mastronardi; donde hay otros docentes que también de otras formas van y tratan de colaborar con ellos. Los chicos concurren a clases caminando y cuando llueve no pueden llegar a la escuela y pierden un montón de días de clases, tanto Primaria como Secundaria. Y ahí tienen comedor, que muchas veces es el sustento que tienen la mayoría de las veces, así que se complica todo”, subrayó.
“Es muy preocupante que pierdan muchos días de clase, porque después hay que recuperar esas trayectorias escolares, tanto en los chicos de la Primaria como de la Secundaria. Hay un transporte que no puede entrar, no puede llegar a la escuela cuando la calle está tan deteriorada”, señaló.
Pedido concreto de los vecinos
“Se necesita una ayuda, ver qué puede hacer el municipio. Los vecinos también han salido una cantidad de veces en los medios hablando de su situación y la verdad que lo que ellos más desean es que se les arregle el camino”, dijo, y agregó: “Nadie está pidiendo poner asfalto, pero sí que el camino esté en condiciones para que ellos puedan salir. Porque me contaban las mamás que muchas veces cuando llueve y pasa esto, si alguien se enferma no puede acercarse a un centro de salud, ni tampoco puede ingresar una ambulancia. Y si se puede arreglar el camino, además va a mejorar la frecuencia de la llegada del camión con agua, por ahí puede entrar una vez a la semana quizás”.
Quienes han presentado pedidos y reclamos son vecinos autoconvocados, porque no tienen comisión vecinal. Quieren tener una mejor calidad de vida, en un contexto en el que la falta de agua resulta inadmisible, sobre todo en el verano, cuando a veces quedan sin este recurso.