El tráfico de fauna silvestre es el cuarto comercio ilegal mundial, después de delitos relacionados a la venta de drogas, la falsificación y el tráfico de personas. Según estimaciones, genera entre 15.000 y 20.000 millones de dólares al año, se indica en el sitio oficial argentina.gob.ar, en el que precisan que en a nivel país están afectadas por esta problemática más de 100 especies de aves, 20 de reptiles y 15 de mamíferos. De todas ellas, unas 20 entran en una categoría de amenaza.
Tráfico de fauna silvestre: Entre Ríos es lugar de tránsito
Por Vanesa Erbes
Datos proporcionados por el Instituto Jane Goodall, la Fundación Temaikèn y el programa WCS Argentina de la Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre afirman que ocho de cada 10 ejemplares que se trafican por distintas vías en el país pertenecen a especies autóctonas y sólo uno de cada 10 de esos animales sobrevive a las condiciones que les imponen sus cazadores. Peces, aves, mamíferos, reptiles y anfibios son parte de ese comercio ilegal.
En este marco, Entre Ríos es un lugar de tránsito para este tráfico ilegal. Gabriel Bonomi, referente del Centro para el Estudio y Defensa de las Aves Silvestres (CEYDAS), una ONG radicada en Concordia que lleva casi 30 años trabajando en pos de la conservación ambiental, señaló a UNO: “La Ruta 14 es una vía de tránsito de aves que vienen en general desde el norte, desde afuera de la provincia incluso, sobre todo hacia la ciudad de Buenos Aires”.
Si bien aclaró que no existen estadísticas certeras sobre el tema, los operativos que llevan adelante desde la Dirección General de Fiscalización de la provincia dan cuenta de que el paso de traficantes de animales es constante: “Nosotros hemos intervenido junto a Fiscalización de la provincia en algunas oportunidades, y hay decomisos impresionantes”, añadió.
Según mencionó, en este tipo de operativos suelen hallarse aves, monos, tortugas, en ocasiones también víboras, como boas que vienen del norte del país. “Tortugas hay muchísimas también, sobre todo la tortuga terrestre, que viene fundamentalmente del norte, de Santiago del Estero, de Chaco, de Formosa. También algunos monos, pero en menor medida, que generalmente van para Buenos Aires”.
En la provincia la captura que realizan cazadores furtivos se basa en las aves. “Es el fuerte la zona norte de la provincia de Entre Ríos, sobre todo Concordia, Chajarí, Federación. Una de las especies que más se trafica, o más que más se busca en realidad, y que cada vez hay menos, es el cardenal amarillo, que está en peligro de extinción a nivel mundial. Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) en el sur hay una especie también que sufrió mucho por distintas cuestiones pero también por el tráfico, que es el tordo amarillo, que es otra especie amenazada a nivel mundial también”, mencionó.
Bonomi subrayó que “una estadística muy certera es que de 10 ejemplares que se trafican, mueren 8 o 9”, y alertó: “Esto habla un poco de la crueldad de las técnicas de captura y del hacinamiento, ya ponen a muchos pájaros dentro de una misma jaula, se contagian enfermedades, se agreden entre sí. Muchas veces los trasladan todos hacinados, a veces en lugares ocultos para no ser detectados por las autoridades. Los ocultan en lugares en los que terminan la gran mayoría de los ejemplares muertos. Si bien resulta muy oneroso para los traficantes, terminan así con la mayor parte de los ejemplares muertos”.
Otra de las especies que suelen hallarse en los operativos es el loro hablador. “Vienen desde el norte y se encuentran sobre todo en temporada de pichones, que es diciembre y enero. Los cazadores incluso utilizan redes sociales como Facebook para realizar la venta. Si bien muchas veces se los denuncia y en algún caso les cierran la cuenta, Facebook es un gran cómplice de esta actividad”, refirió.
Con respecto a los destinos hacia los que se trasladan los animales cuando los traficantes logran eludir los controles en las rutas, el referente de CEYDAS precisó: “Hay un mercado muy fuerte sobre todo en las grandes ciudades de la Argentina, como Santa Fe, Córdoba, Rosario, Buenos Aires, donde mucha gente compra. Y también hay un tráfico hacia el exterior, sin dudas, a través de los puentes internacionales, y a través de aviones también. El tráfico internacional es sobre todo de las especies que están amenazadas, como la especie emblemática que es el cardenal amarillo, que además es un exponente en peligro de extinción a nivel mundial. Otra especie que también está en peligro de extinción a nivel global es el capuchino pecho blanco, que es el símbolo de la Reserva Mocoretá en el norte de Entre Ríos, que es de pastizales, y además de sufrir mucho el tráfico de fauna fundamentalmente, padece además la destrucción de los hábitats, tanto que esta especie ha retrocedido notablemente. Tenemos muy pocos registros y es una especie rara; a lo largo de 30 años de observación lo vi sólo cuatro o cinco veces”.
Controles y rescate
En el caso de los ejemplares que se logran rescatar, Bonomi contó que a aquellos que fueron capturados hace pocos días conviene liberarlos en el ambiente inmediatamente, y explicó: “Hay otros que necesitan una aclimatación; es una cuarentena que se hace para no liberarlos y que por ahí tengan alguna enfermedad y que contagien al resto de las aves que habitan la zona; no se los libera inmediatamente. Y hay otros que por alguna razón no pueden ser liberados, ya sea porque son de otras regiones del país, o ya sea porque están enfermos o heridos y no pueden volar, trepar o desplazarse, y se los retiene en algunos lugares donde son tratados”.
Sobre este punto, Juan Mansur, director general de Fiscalización de la provincia, informó: “En los distintos controles que llevamos adelante hemos incautado aves de distintas especies, monitos, reptiles. Generalmente trabajamos con áreas o reservorios en donde los especialistas biólogos determinan, si hay una especie silvestre, si puede ser reintroducida a su ámbito natural o no”.
“Por ejemplo, un monito que pasó muchos años en un área doméstica como mascota pierde ciertos instintos naturales y cuesta mucho que vuelva a ser reintroducido o a llevar una vida en su ámbito natural. Entonces son reintroducidos los que se pueden, sino quedan en reservas, obviamente con condiciones adecuadas para tener una vida digna”, remarcó.
El funcionario coincidió en que Entre Ríos es un lugar de tránsito en el tráfico de faunas silvestres, y que “la mayor cantidad de captura de animales silvestres se da hoy en Santiago del Estero, en Salta, Misiones”. En este marco, sostuvo: “Por lo general tienen como gran destino la provincia de Buenos Aires y toda esa área metropolitana. Entre Ríos se configura fundamentalmente como un lugar de paso y por eso se interviene con operativos que realiza la provincia a través de Fiscalización, en conjunto con la Policía de la provincia, o Gendarmería o alguna fuerza nacional”.
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“Los controles se hacen constantemente en todo el ámbito de la provincia, pero principalmente en la Ruta 14, que es una ruta de tránsito internacional y con una conexión muy importante a nivel nacional”, precisó.
Por último, destacó: “Lo que promovemos es la no mascotización de animales silvestres directamente. Hay otros animales que son mascotas, como un perro, un gato".
“Hoy vemos que hay mucha más conciencia ambiental y social con respecto a las especies. Y se trata directamente de desalentar esa práctica de tener como mascotas animales silvestres, que tienen que estar en su lugar, en su hábitat natural”, dijo a modo de conclusión.