Vivimos en una provincia donde todas las siglas institucionales terminan en ER en referencia a Entre Ríos. Sin embargo no debe haber mejor sigla que la de la Comunidad Homosexual de Entre Ríos, es decir la CHER, la diva pop ícono mundial de la comunidad LGBT+.
"Me siguen discriminando", denuncia el fundador de la CHER
En el Día del Activismo por la Diversidad Sexual, una charla con el presidente de la Comunidad Homosexual de Entre Ríos (CHER).
Por Ferny Kosiak
¿A quién no le gusta Cher? sentencia Juan Carlos Fernández, fundador y presidente de la CHER. Hace rato que tengo ganas de entrevistarlo y finalmente concretamos esta charla que UNO publicará en el día del Activismo por la diversidad sexual, el 20 de agosto, fecha en que se recuerda el fallecimiento de Carlos Jáuregui, uno de los fundadores de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA) en 1984 y propulsor de otros movimientos LGBT+ de nuestro país.
Una lucha que no cesa: la CHER como camino
Juan Carlos me cuenta que es Técnico en Estadísticas y que trabaja desde hace 38 años y que hoy se desempeña como Supervisor de hospitales y centros de salud del Departamento Bioestadísticas de Epidemiología del Ministerio de Salud. Había leído que la CHER comenzó a funcionar en 2005 a raíz de la discriminación que Juan Carlos sufrió en su trabajo en 2001.
—Contame cómo empezó la discriminación laboral.
—Yo representaba a Salud en la Policía Comunitaria, creada por el Ministerio de Seguridad de la Casa de Gobierno, que funcionaba en la Escuela de Oficiales y en la que había representantes de la municipalidad, de Educación, entre otras reparticiones. Un vecino mío le comentó al comisario que yo era gay y a raíz de eso el comisario comenzó a tomar otra actitud conmigo. Antes tenía buena actitud y después dejó de dirigirme la palabra. Otras personas también comenzaron a dejar de hablarme. No podía usar la computadora ni el teléfono. Me hicieron un vacío, nadie hablaba conmigo. Cuando denuncié en Clarín esta situación, ellos argumentaron que yo no iba a trabajar pero yo siempre cumplí el horario, por algo ellos no presentaron las planillas o los libros de guardia donde estaba mi asistencia.
—¿Y todo esto se resolvió?
—No. Mientras los medios nacionales hacían presión para que me reincorporaran, el gobierno puso como condición, ante la fiscalía, de que yo renunciara a hacerle juicio al Estado, que renunciara a mis derechos. Yo estaba en un estado depresivo, de tristeza, llevaba cuatro años sin trabajar por el hecho de ser homosexual, gay. Estuve cuatro años echado hasta que salió la noticia en Clarín y en ese entonces Busti, que recién había asumido como gobernador, me recibió a mí y a la CHA porque yo había hecho la denuncia en el INADI y ante presidencia. Después de la reunión con Busti, la fiscal de Estado me presentó un escrito que mi abogado me hizo firmar. Renuncié a mis derechos. Me devolvieron el trabajo y me quedé en el molde. No existí más.
Actuar ante la discriminación
Juan Carlos me muestra los recortes periodísticos prolijamente guardados. El caso de un gay discriminado, tituló Clarín en una nota breve que amplía al poco tiempo bajo el título Piden reincorporar a un gay echado de su trabajo. Busti recibió a la Comunidad Homosexual titula una noticia entrerriana y en la foto aparece el gobernador con chomba oscura charlando con César Cigliutti (el entonces presidente de la CHA) y Juan Carlos entre otros hombre de camisa y corbata. Un empleado público reclama reparación por discriminación titula una noticia del UNO; El empleado echado por gay no cobrará compensación remata otra nota de El Diario. Es un triste álbum de figuritas que recorre los años que Juan Carlos reclamó lo que se le debía, lo que había perdido después de que el Estado provincial lo discriminara por ser gay. Y lo más triste es que aún no terminan sus reclamos.
—¿Y cómo nace la CHER en ese contexto?
—Hablando con César Cigliutti y con unos compañeros de Paraná surgió la idea. Más allá de que no teníamos abogados, la idea era ayudar a quienes hubieran sido discriminados y hacer el nexo con la CHA. Se acercaba gente a la que no dejaban entrar a los boliches, y cuando se creó el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) en Entre Ríos trabajé con Cristina Ponce que estaba a cargo.
—En estas casi dos décadas de existencia de la CHER ¿sentís que la sociedad cambió, que mejoró en algo?
—La sociedad común sí, los funcionarios, no. Es como la foto que tengo con César y con Aníbal Fernández cuando dijo que me iban a pagar los cuatro años que me habían echado y una indemnización y no sucedió nada. Aún hoy no la sigo pasando bien. El año pasado me negaron la categoría 1 como empleado del Estado provincial. Estoy en condiciones de recibirla pero me la niegan por ser una persona problemática. Hay gente que con mi misma antigüedad, con la misma Jefatura que tengo yo, ya está en categoría 1. Yo tengo 38 años de servicio y soy Jefe de División y aún así me la niegan. Hace más de 10 años que tengo la Jefatura y soy el único al que le negaron la recategorización. Decime entonces si no es una discriminación hacia mi persona. Me siguen discriminando porque soy una persona pública que denuncia que los gobiernos provincial y municipal no llevan adelante la campaña contra el SIDA o no se preocupan por la escalera de la diversidad en el Parque Urquiza.
—Ese espacio lo iniciaste en la última gestión del intendente Sergio Varisco.
—Exacto. Yo le presenté un proyecto y a él le gustó. Me dijo que buscara una escalera que no fuera muy visible. Me ofrecieron algunas pero eran muy perdidas en el parque así que busqué hasta que encontré la que finalmente fue, que tiene 17 escalones y que yo la vinculo con el 17 de mayo que es el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia, que es cuando se sacó del listado de enfermedades a la homosexualidad. Dimos vueltas hasta que se compró la pintura y se pintó por primera vez el 18 de septiembre de 2018. Me cansé de pedir ayuda a diferentes sectores del gobierno municipal y provincial para mantener la escalera. Nadie me da bola. Algunas personas aportan plata de sus bolsillos o pongo yo para pintar los escalones. La última ayuda me la dio Lucía Varisco cuando estaba en campaña y después nadie más.
—No hay interés en sostener ese espacio simbólico.
—Exactamente. Imaginate conseguir y mantener ese espacio en la ciudad de Paraná. La discriminación está. Yo he servido solamente para la foto. La CHER tiene 19 años ya, se fundó el 28 de junio de 2005, y lo hice a raíz de la discriminación, para que nadie pase lo que yo pasé. Cuando quedé sin trabajo, durante 4 años, trabajaba de lo que sea para poder mantenerme, perdí las cuotas que venía pagando para poder tener mi propio departamento. Sigo en la lucha, reclamando.
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—¿Cómo definirías hoy al Activismo por la diversidad sexual?
—Es una lucha que nunca termina, por más que se aprueben leyes, la lucha siempre va a estar en nosotros porque a nosotros siempre se nos niega lo que nos corresponde como ciudadanos. Es una lucha de no terminar porque aparecen nuevos gobernantes con los que retrocedemos con respecto a leyes que se han aprobado en otros gobiernos, sean peronistas, sean radicales… hacemos un paso y retrocedemos veinte. Esto no va a terminar nunca y en las provincias todo cuesta más que en Buenos Aires.
Activismo por la diversidad sexual en la provincia
Le agradezco el tiempo a Juan Carlos pero también le agradezco su activismo, la militancia que lo llevó a crear el espacio de la CHER hace casi 20 años. Me queda un gusto amargo al enterarme de lo que me cuenta: dos décadas y para él nada cambió, lo sigue ninguneando la misma provincia que en ese entonces le negó su trabajo por cuatro años, le quitó ahorros, le arrebató la cuotas del departamento que venía pagando, lo llevó a la depresión. A Juan Carlos la vida se le sacudió hasta los cimientos en ese entonces y solo porque se supo, se chusmeó, que él era gay. Hoy tiene la posibilidad de ascender al último escalafón de su carrera como empleado del Estado y la negativa, el castigo sutil y edulcorado se sigue ejerciendo sobre este activista que dice: me siguen discriminando.