Hoy se conmemora el Día Mundial de la Donación de Órganos, Tejidos y Trasplantes. Se trata de un acto solidario que en lo que va de este año posibilitó que en la Argentina ya se hayan realizado 1.440 trasplantes, gracias a que 642 personas donaron sus órganos. Sin embargo, en este momento hay 7.102 pacientes que necesitan un trasplante para salvar o mejorar su calidad de vida.
Gracias a un trasplante, hace 20 años disfruta de la vida
Por Vanesa Erbes
En este contexto, Zulma Corradi brindó su testimonio, dando cuenta de todo lo que significa recibir un trasplante. La mujer, oriunda de Paraná, contó a UNO que estuvo cuatro años en lista de espera y finalmente el 29 de noviembre de 2003 recibió la noticia de que iba a marcar un antes y un después en su historia. “Antes no podía ni caminar, y después del trasplante real de un donante cadavérico que recibí logré seguir trabajando y haciendo otras actividades. Seguí mi carrera: ascendí, estudié, fui directora de escuela, supervisora y en esta función pude viajar por el interior de la provincia, hasta que me jubilé en diciembre del 2018”, afirmó con entusiasmo, y agregó: “A la par, empecé a hacer actividad física, juego al tenis y hago atletismo, y logré participar en muchas Olimpíadas y Mundiales para trasplantados”.
Este fin de semana se desarrolla un evento de este tipo en Rosario, pero Zulma no pudo asistir porque se está recuperando de una cirugía de vesícula, pero espera volver pronto a practicar deportes, ya que además estos certámenes le permiten conocer a mucha gente que también recibió un trasplante en el país o en el extranjero. “De todas las actividades tengo una medalla, porque gracias a Dios me va bastante bien. No me canso, no me agito, y aparte tengo ganas de vivir”, aseguró, rememorando el día que le avisaron que había aparecido un donante: “Deseaba con toda mi alma que llegara ese momento, por mi hijo, más que nada, que es quien me ayudó siempre a salir adelante”.
“Creo que en general la gente tiene mucha conciencia sobre la importancia de la donación de órganos”, señaló, destacando que en estas dos décadas también hubo importantes avances en esta materia, como la aprobación de la Ley Nº 27.447 de trasplante de órganos, tejidos y células, denominada Ley Justina, que rige desde principios de 2019.
La realidad en la provincia
Si bien en la Argentina tiene mayor relevancia el Día Nacional de la Donación de Órganos, que se celebra el 30 de mayo, y el 1° de abril, Día Nacional del Donante de Médula Ósea, la fecha que se conmemora hoy a nivel mundial ofrece reflexionar sobre esta temática, y desde el Centro Único Coordinador de Ablación e Implantes de Entre Ríos (Cucaier) informaron que en lo que va de 2023 en la provincia “son 56 familias entrerrianas, sumando las donaciones de tejidos, que dieron su si solidario en favor de personas que esperan una oportunidad de vivir con calidad”.
Mariana Ramírez, referente del área de Comunicación del organismo, destacó que Entre Ríos sigue siendo una de las provincias con mayor conciencia sobre la donación de órganos: “Entre Ríos siempre se ha destacado no solo en la cantidad sino en la calidad. Es una de las primeras provincias en trabajar no solamente desde la cuestión médica específica, sino también la cuestión social, a través de la educación, la comunicación, y esto ha sentado la base para que nosotros en la provincia trabajemos con una escasa negativa familiar”.
Asimismo, observó: “Además, el cambio en la ley que nos considera donantes a todos a partir de los 18 años, mientras no nos expresamos en negativo hacia la donación, también es algo que la sociedad incorporó. Realmente se nota que somos una sociedad comprometida, informada, educada. Este es un trabajo que no tiene techo, hay mucho camino por recorrer y hay que seguir trabajando”.
Ramírez destacó que otras provincias también avanzaron en una mayor concientización sobre la donación de órganos, lo que incrementó la tasa de trasplantes. “En la actualidad estamos todas las provincias un poco más parejas y esto es bueno también, porque las listas de espera son nacionales y también es generar una equidad entre todas las provincias. Este crecimiento es bienvenido”, dijo.
Consultada sobre el impacto que tuvo la pandemia en la donación de órganos, analizó: “Obviamente la pandemia nos atravesó a todos, principalmente al sistema sanitario. Y si bien nos ha costado volver a trabajar de la misma manera que lo hicimos antes de la pandemia, sobre todo en el interior, estamos contentos porque este año hemos logrado volver a tener operativos de donaciones en este ámbito, reactivando las unidades del interior y esto le da una respuesta a las personas que esperan, porque son más oportunidades”.
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Acto seguido, explicó: “Tenemos unidades coordinadoras en Paraná, y como oficina central estamos en el hospital San Martín y tenemos médicos que tienen un sistema de guardia; lo mismo pasa en el interior. Pero un operativo en realidad se puede dar en cualquier institución que tenga la complejidad para recibir a estos pacientes. Recordemos que quienes pueden ser posibles donantes son pacientes que fallecen bajo un criterio neurológico, entonces sí o sí llegan a terapias intensivas de complejidad, con golpes en la cabeza, con ACV, con aneurisma. Por eso, en el interior no todas las instituciones tienen estas terapias y se derivan. En Paraná tenemos la Clínica Modelo, el hospital San Roque, el sanatorio de la Entrerriana; también en Crespo, y en el Sanatorio Adventista”.
Donación pediátrica
La Ley Justina establece que todos los mayores de 18 años son donantes y llegado el momento los médicos pueden realizar la ablación sin que sea necesario un permiso de la familia, a menos que hayan expresado en vida lo contrario, pero para el caso de los niños y jóvenes menores a esa edad sí se necesita la autorización de padres o tutores.
En este marco, concientizar sobre la donación pediátrica es una labor constante. Al respecto, Mariana señaló: “Tenemos que hablar de donación pediátrica porque para los menores de 18 años son los papás los que toman la decisión. Y lamentablemente cuando hay un niño que espera un órgano, el donante tiene que ser un niño. Como hay poca mortalidad en estas condiciones mencionadas en terapias intensivas bajo criterios neurológicos, hoy tenemos casi 200 niños esperando un órgano para tener una segunda oportunidad de vida. Por eso hay que trabajar fuertemente en todo lo que tiene que ver con la educación”.
“Creo esos papás cuando toman la decisión de que su hijo sea donante, en el momento más difícil de tu vida, que es la pérdida de un ser querido, lo hacen porque ellos mismos lo son y ya tienen una base de educación y conocimiento previo. La pérdida es irreparable, pero sabemos que la donación ayuda a las familias en un proceso de duelo”, reflexionó por último.