La demanda de fonoaudiólogos es constante, habida cuenta de los requerimientos terapéuticos para el desarrollo de habilidades comunicativas y lingüísticas, pero se incrementó a partir de la pandemia y hoy cuesta conseguir turno para alguna de las especializaciones de esta disciplina.
Fonoaudiólogos tienen más demanda por efectos de la pandemia
Por Vanesa Erbes
Fonoaudiólogos registran mayor demanda
Esta situación se da en Entre Ríos, al igual que en todo el país, y se profundiza porque son pocos profesionales en referencia a la cantidad de habitantes: en la provincia, según indicaron desde el Colegio de Fonoudiólogos de Entre Ríos (CoFER), hay alrededor de 320 matriculados; es decir, un profesional cada 4.499 habitantes, de acuerdo a un informe brindado por la Universidad Austral, que indica que lo ideal es que haya un fonoaudiólogo cada 1.500 o 2.000 habitantes. Asimismo, revelan que “ninguna provincia logra acercarse a esta proporción, siendo Buenos Aires la mejor posicionada con un fonoaudiólogo cada 3.881 habitantes; y encontrándose Corrientes muy lejos de esa meta, con un fonoaudiólogo cada 21.733”.
Sobre esta situación, Silvia Gurovich, fonoaudióloga y presidenta del CoFER, comentó a UNO que se genera por la escasa difusión que venía teniendo esta carrera, y observó que a la vez se viene registrando un importante incremento en la demanda ante secuelas que se fueron presentando a partir de la pandemia, y sobre todo del confinamiento. “Realmente la demanda de niños con problemas del lenguaje ha crecido muchísimo. Creo que la pandemia fue el detonante y contribuyó con esto, ya que el no tener contacto los chicos con otros pares y no contar durante un tiempo con la estimulación que les da el jardín, marcó un retraso en la adquisición del lenguaje. El contacto social con pares hace que uno desarrolle habilidades de ese lenguaje social, a cualquier edad, y si no se siguen estimulando se pierden; nos pasa a cualquiera, y hay que volver a repasarlas”.
Asimismo, aseguró: “Hay patologías en las que se debe trabajar y estimular en forma permanente al niño. Cada uno tiene que evaluar cuáles son las necesidades del paciente, pero por lo general se hace un trabajo de continuidad porque hay que reforzarlas constantemente”.
Tras acrecentarse los trastornos de retraso en la adquisición del lenguaje, las dificultades fonológicas y articulatorias, que tienen su impacto en el logro de la lectoescritura, entre otras cuestiones, se notó aún más esta gran demanda. “Hoy hay mucha demanda ante esta situaciones que se fueron dando por la pandemia y tal es así que todos los días tenemos pedidos de turnos, e incluso muchas estamos todas saturadas y no tenemos más turnos disponibles. En los hospitales y centros de salud también hay servicio y ocurre algo similar”, señaló la especialista, abocada precisamente a la atención de niños.
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Por otra parte, observó: “Esto también le pasó en alguna medida a los adultos que dejaron de tener contacto frecuente con otra gente en el primer tramo de la pandemia. Influyó mucho el aislamiento, no solo en el lenguaje sino en lo emocional y hay personas que lo sufrieron mucho. Hay fonoaudiólogos que se ocupan de la parte gerontológica y también en la rehabilitación cuando hay accidentes cerebrovasculares (ACV)”.
Crecimiento de la matrícula
Que haya más fonoaudiólogos es una necesidad frente a los requerimientos de la vida actual. Al respecto, presidenta del CoFER fue optimista y comentó que, a diferencia de lo que ocurría años atrás, cuando no se dictaba la carrera en la región, hoy hay más entrerrianos que se están formando en Santa Fe o en Paraná –donde se abrió la licenciatura en la Universidad Católica de Argentina (UCA) desde hace poco–, por lo que en los próximos años podría revertirse la escasez de profesionales en relación a la cantidad de habitantes en la provincia. “En todo el país se está dando la necesidad de más fonoaudiólogos. En Entre Ríos somos en total unos 320 profesionales matriculados y que están trabajando. Somos muy pocos, pero en los últimos años se logró matricular a más profesionales, porque está la carrera en Santa Fe; y hace unos años empezó en Paraná, aunque acá no hay todavía ninguna camada recibida, pero ya es un gran avance que esté la carrera a nivel local y que haya bastante gente estudiando”, destacó.
Por otro lado, observó que hay además cada vez más hombres que eligen esta profesión, vinculada tradicionalmente a las mujeres: “No sé por qué somos más mujeres, pero eso se está equiparando. En el CoFER son solo tres varones matriculados, pero ahora hay muchos estudiantes hombres”, añadió sobre el tema.
Con respecto al ejercicio de la profesión, aclaró que sólo pueden llevarlo adelante los fonoaudiólogos y licenciados en fonoaudiología con título de grado reconocido por el Ministerio de Educación de la Nación y estar matriculados en el Colegio que los nuclea. Sobre este punto, alertó que se promocionan tecnicaturas y cursos que no son válidos para poder trabajar en este ámbito, según lo establecen las normativas que regulan esta práctica.
Acerca de esta cuestión, señaló: “Esta es una carrera universitaria que se puede estudiar acá y que hay mucha salida laboral. Tiene muchas áreas y no es solamente nuestra incumbencia la audición y la voz. Trabajamos mucho con el lenguaje, con rehabilitación en los implantes cocleares, hay chicos con patologías neurológicas serias que necesitan estimulación, casos de autismo y todo lo que sea discapacidad; patologías del lenguaje, entrenamiento de audífonos, disfluencias o tartamudez, entre muchos otros campos, y cada uno se va especializando”.
Por último, la especialista mencionó que hay prácticas de la fonoaudiología contempladas en el Programa Médico Obligatorio (PMO) y bajo esta órbita trabajan con las obras sociales para prestar sus servicios, según los convenios establecidos.