Benjamín Cinto tiene 24 años y es oriundo de Gualeguaychú, pero reside en la ciudad de Rosario, donde cursa el último año de Ingeniería Mecánica en la Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y Agromecánica. El joven es noticia ya que ganó el primer lugar en un desafío propuesto por NASA, que consistía en elaborar una nueva forma para desplegar antenas o telescopios en el espacio que, cuando se tocaran entre sí, se vinculen y queden adheridos.
Benjamín Cinto: "Es un orgullo ser reconocido por NASA"
Por Fedra Venturini
En diálogo con UNO, Cinto indicó que la posibilidad de participar en este desafío -llamado "NASA Challenge: Positive Connections. A Mechanism to Connect on Contact”- surgió desde la propia facultad: “Fue dentro de la cátedra Síntesis de Mecanismos de Máquinas, donde nos propusieron, en asociación a un trabajo práctico, participar del desafío”. La propuesta sería evaluada más tarde por seis jurados, los cuales forman parte del proyecto Starburst de NASA y también del Laboratorio de Propulsión a Chorro, ubicado en California. Además el grupo incluía a dos profesionales con más de 30 años de experiencia en mecanismos y estructuras de naves espaciales y un ingeniero con doctorado en Estructuras Espaciales Desplegables.
“Al principio, al leer la consigna, había mucha información y requisitos, lo que hace complejo encararlo. Luego lo llevé a palabras más concisas e ideas más tangibles, evaluando distintas posibilidades para luego modelar y probar hasta llegar a una solución”, detalló Benjamín. El trabajo práctico tomó un mes de elaboración y luego fue recibido por sus docentes, para luego ser postulado a NASA.
Benjamín llamó a su proyecto “llave egipcia” gracias a su hermano menor, a quien le había comentado el funcionamiento de su proyecto y explicó: “Este mecanismo consistía en las cerraduras utilizadas en el antiguo Egipto, donde se metía una especie de cuña, la cual levantaba unos pernos e iban avanzando y al caer los pernos, se traba la cuña”.
Cinto comentó a UNO que la espera por los resultados fue larga, alrededor de un mes y, consultado sobre el momento en que supo que había ganado el primer lugar, recordó entre risas: “Estaba en la sala de espera para una consulta clínica y en mi celular estaba actualizando la página web ya que me avisaron que habían subido las posiciones. Actualicé una vez más y ahí fue que vi mi nombre. La gente se debe haber preguntado por qué estaba sonriendo tanto” y agregó: “A las primeras personas que llamé fueron mi familia, más precisamente mis padres y mi abuelo”.
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Sobre el dictamen que recibió de los jurados, donde se destacó que la idea de Benjamín había impresionado a los profesionales por su simplicidad, viabilidad de fabricación y resistencia, el estudiante destacó: “Es un orgullo haber sido reconocido por la NASA, porque los jurados son personas que se dedican a esto hace muchos años o tienen doctorados en declines de mecanismos en el espacio y haber recibido ese dictamen es un orgullo”. Asimismo, remarcó que esta posibilidad no habría sido posible sin la figura de la universidad pública: “En estos momentos, donde actualmente se cuestiona mucho el rol de lo público, me parece importante destacar que no habría sido posible acceder sin la Universidad Nacional de Rosario”.
El joven comentó, además, que esta fue la primera vez que participó de un concurso de este calibre y, ahora, continuará con el cursado de materias y el desarrollo de un proyecto para finalizar sus estudios. Sobre su futuro profesional, indicó: “Desde luego mi meta más próxima es recibirme y luego ver todas las posibilidades laborales que se me puedan presentar y hacerme un lugar en la profesión. Personalmente, me gusta la parte de diseño y lo creativo de la ingeniería mecánica. Me gustaría trabajar en lugares que innoven y generen soluciones para hacer un impacto en la sociedad”.
Por otro lado, teniendo en cuenta que es en esta etapa del año que muchos jóvenes deciden su camino a seguir a nivel universitario, reflexionó: “Para quienes elijan la ingeniería, puedo decir que es una disciplina muy amplia que da las herramientas para que luego uno pueda elegir el rumbo, no necesariamente hay que ir a una empresa. Además se puede orientar al camino que uno decide: ya sea desde la programación, el diseño, robótica, metalurgia o fabricación”.