Algunos dirigentes políticos parece ser que no se han dan cuenta que en el país están pasando cosas. Tal vez tantos años de comodidad, de vivir de las ventajas de ser partes del Estado, los alejó del presente, o al menos los hizo perder el contacto de lo que ocurría en las calles de nuestro bendito país.
Dirigentes políticos desconectados de la realidad
Por Javier Aragón
Por estos días se están difundiendo opiniones e informaciones de autoridades que se están yendo de sus cargos, dejando la idea que están totalmente desconectados de la realidad.
Por decir, el primero, fue el de nuestra vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner, quién como una comentarista dio su particular visión sobre expresiones del nuevo presidente Javier Milei.
Obviamente la postura política del dirigente de la Libertad Avanza es muy polémica y cuestionable por estar ligado con un modelo de privatización y de apostar a achicar el Estado y dejar al mercado como dueño absoluto del país. Seguramente, muchas de las medidas que tome el nuevo mandatario serán criticables con justa razón por sus efectos nocivos en la sociedad.
Pero, me parece que en algo tiene razón el economista salido de los estudios de la televisión, que desde hace años en la Argentina no se crece y que de la acumulación de procesos de recesión e inflación se cae en la denominada estanflación.
Esto incluye a los mandatos de Cristina Kirchner, Mauricio Macri y el de Alberto Fernández-Cristina Fernández. La mujer que tuvo el poder en la Argentina, una vez más, prefirió lavarse las manos y hacer comentarios que la dejan muy mal parada, ya que entendió que el proceso de estanflación está por venir.
Es decir que la vieja frase de se “viene el estallido”, se estaría por hacer realidad con la llegada de Milei.
Lamentablemente, Kirchner parece ser que no se dio cuenta que la Argentina gracias a su gestión y la del presidente Fernández, deja una inflación del 180%, un aumento de la pobreza que roza a 20 millones de personas y un dólar que está cerquita de los 1.000 pesos. Por solo decir, cuando asumió el kirchnerismo, el billete verde costaba 3 pesos.
Algo pasó en el medio. Obvio, se gastó más de lo que ingresó al país, lo reventaron con la emisión, deudas y caída de todos los indicadores sociales y económicos. Es decir, estamos en estanflación desde hace un buen tiempo, gracias a los yerros de las políticas de estos personajes. Gracias a estas “políticas progresistas” de no cuidar el Estado, de tomarlo como un botín de guerra y solo interesarse por las cajas de dinero de los organismos, provocaron que el déficit de las empresas nacionales sean millonarios a costa de impuestos.
Aumentaron la indigencia, dejaron el Central sin reservas, aniquilaron a la clase media, y por sobre todo, “inventaron” que la clase trabajadora gane sueldos de pobres. Todo un mérito, destruir un país.
Ahora la solución pasará por las clásicas recetas neoliberales que el propio pueblo argentino votó y no dudó en apoyar, porque Milei les dijo que utilizaría las motosierra, y por ello es que recibió el 56% de los votos.
Los autores del desfinanciamiento del Estado y la destrucción de la clase media, sufrieron un tremendo cachetazo.
Pese a la campaña sucia y del miedo, Milei ganó, por lo que habrá que respetar la institucionalidad del país y la voluntad popular.
La ciudadanía castigó la mentira, la saraza y el vale todo. Deberían los que sufrieron la derrota tomar nota de lo que sucedió y poner las barbas en remojo y realizar la autocrítica que les permita volver a ser competitivos con ideas y mejores candidatos.
Otro ejemplo de esa forma de construcción política es lo que se debate por estas horas en Gualeguaychú. La nueva gestión municipal no estaría de acuerdo en realizar un festival que tendría un costo de 500 millones de pesos, frente a la crisis que se vive en el país.
Y si bien es cierto que el evento de jerarquía posicionó a la ciudad, el mismo se sostenía con los fondos de los vecinos de esa localidad y con los subsidios que enviaba la Nación.¿Qué se debería priorizar, frente a la crisis que ya golpea a la Argentina?, mantener el status de una ciudad que convoca a artistas nacionales que cobran millonarios contratos , o garantizar los servicios básicos y esenciales para el pueblo.
Para algunos dirigentes políticos, la Argentina sigue siendo en sus cabezas un país imaginario, donde nunca pasó nada y ni siquiera hay estanflación.