Domingo 07 de Marzo de 2021
La elaboración y acompañamiento del proyecto fue encomendada a la Delegación para los bienes culturales de la Iglesia de la Arquidiócesis, que ha convocado el equipo que durante la primera quincena de marzo, definirá el proyecto de intervención sobre la obra.
En la Catedral restaurarán estatua del apóstol San Pedro
Se trata de una iniciativa esperada no solo por la feligresía católica sino por todos los paranaenses, que comparten la preocupación por la conservación del patrimonio cultural y reconocen en la mencionada obra de Di Carli, uno de los símbolos de la ciudad.
Se trata de una de las obras escultóricas más representativas de la Catedral de Paraná, emplazada en 1897. El escultor Doménico Di Carli (1829-1912) bajo encargo del donante Justo León Sola (1821- 1901) la realizó entre 1895 y 1896 en mármol de Carrara, para dejar un perenne manifiesto simbólico de la comunión de las iglesias con los sucesores del apóstol Pedro que son los obispos de la sede romana, es decir, los Papas.
La estatua, de notable calidad artística, evidencia los signos del paso del tiempo que, como suele suceder con las obras expuestas a la intemperie, sufren la acción continua de los agentes atmosféricos externos que aceleran su proceso natural de desgaste y deterioro.
Fue inaugurado el 21 de noviembre de 1897. Con la mitra y el manto, atributos de Pontífice, tiene su mano derecha levantada en actitud de bendecir, en tanto que su mano izquierda sostiene un manojo de llaves. Mide 4 metros de alto desde su base hasta el extremo de la mano derecha levantada y fue colocada sobre un pedestal de mármol blanco, de 1,50 metros de alto.
Por su magnitud se debió instrumentar una inédita logística en aquellos tiempos primitivos en la ciudad. Su historia está ligada a uno de los grandes misterios que se extendió con el paso del tiempo y las generaciones, que refieren a una estatua de San Pablo, que similar a la existente de San Pedro, debía ornamentar el frente del Catedral Metropolitana, sobre el otro extremo.
Esa transmisión oral narró que en su traslado desde Italia, esa otra estatua de San Pablo cayó al mar. Algunos testimonios –que UNO en algunas oportunidades recordó– sitúan que ello sucedió frente a costas brasileñas, y otros antes de llegar al Puerto de Buenos Aires. Ese relato adquirió tal trascendencia, que el clero local ha hecho menciones a ello, aunque sin poder hacer confirmaciones al respecto.
Entre la segunda mitad de 2019 y principios del año pasado, se ejecutaron una serie de intervenciones para mejorar la fachada del templo, sensiblemente deteriorado por el paso del tiempo y afectado por la presencia de poblaciones de aves. Esa primera etapa llevada a cabo a partir de fondos del Arzobispado y de donaciones realizadas especialmente por fieles, permitió encarar una mejora en el estado, y mantenimiento, pendientes desde hace tiempo.
En ese caso, se realizó la renovación de la fachada Como sucede con otras obras o edificios declarados Monumento Histórico Nacional, el templo de la patrona Nuestra Señora del Rosario –reconocido en 1942– no fue atendido por el gobierno nacional, mediante recursos pertinentes para esa tarea. El templo actual –hubo otros tres antes– se comenzó a construir en 1883, y se inauguró en 1886.