El presidente Javier Milei afirmó que "hoy comienza una nueva era en la Argentina" y aseguró: "Damos por terminada una larga y triste historia de decadencia y declive, y comenzamos el camino de reconstrucción de nuestro país". No obstante, en reiteradas oportunidades señaló: "No hay alternativa posible al ajuste", así como a las medidas de "shock", por lo cual afirmó que en los próximos meses esto impactará de manera negativa en la actividad, el empleo, los salarios reales y cantidad de pobres e indigentes.
Javier Milei: "No hay alternativa posible al ajuste y al shock"
"Prefiero decirles una verdad incómoda antes que una mentira confortable", sostuvo al final de su mensaje, que por primera vez no se hizo ante la Asamblea Legislativa, donde juró y recibió los atributos de mando, sino en las escalinatas del Congreso, frente sus seguidores que se dieron cita en la plaza. Tras prometer ajuste, encomendó la suerte de su gobierno a "las fuerzas del cielo".
Así lo expresó en su primer discurso como presidente de la Nación, transmitido por cadena nacional, acompañado por la vicepresidenta Victoria Villarruel, sus funcionarios designados e integrantes de las delegaciones extranjeras, entre ellos el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski.
El presidente Javier Milei destacó que "los argentinos, de manera contundente, han expresado una voluntad de cambio que ya no tiene retorno" y resaltó que "no hay vuelta atrás", a lo que agregó: "Hoy enterramos décadas de fracaso, peleas intestinas y disputas sin sentido, que lo único que han logrado es destruir nuestro querido país y dejarnos en la ruina", completó.
"Hoy comienza una era de paz y prosperidad, de libertad y progreso", expresó Milei al pronunciar su primer discurso como mandatario en las puertas del Congreso, tras haber prestado juramento en su cargo ante la Asamblea Legislativa.
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"Durante más de 100 años los políticos insistieron en defender un modelo que genera pobreza, estancamiento y miseria, modelo que ha fracasado en todo el mundo pero en especial en nuestro país", dijo el mandatario, para quien este modelo "considera que los ciudadanos deben servir a la política y no que la política existe para servir a los ciudadanos, un modelo que considera que el político debe dirigir la vida de los individuos, un modelo que considera al Estado como botín de guerra a repartir entre amigos".
El ajuste anunciado
A continuación, se refirió a la situación económica heredada del gobierno del presidente Alberto Fernández, con un repaso de los números de la macroeconomía, a fin de justificar las "duras" medidas de ajuste que anticipó que implementará. "Ningún gobierno ha recibido una herencia peor que la que estamos recibiendo nosotros", sostuvo.
"El kirchnerismo, que en sus inicios se jactaba de tener superávits gemelos, fiscal y externo, hoy nos deja déficits gemelos por 17% del PBI. La solución implica, por un lado, un ajuste fiscal en el sector público nacional de 5 puntos del PBI, que a diferencia del pasado caerá casi totalmente sobre el Estado y no sobre el sector privado", remarcó.
A continuación, advirtió: "Aún cuando hoy dejemos de emitir dinero seguiremos pagando los desmadres del gobierno saliente" y afirmó: "Haber emitido por 20 puntos del PBI no es gratis, lo vamos a pagar en inflación". Y siguió: "El cepo cambiario es otra de las herencias de este gobierno".
"Nos dejan una inflación plantada de 15.000% anual que vamos a luchar con uñas y dientes para erradicarla", indicó el mandatario, quien señaló que esa cifra "implica una inflación del 52% mensual" y advirtió sobre la posibilidad de una "hiperinflación" por la que será su "máxima prioridad hacer todos los esfuerzos posibles para evitar semejante catástrofe que llevaría la pobreza por encima del 90% y la indigencia por encima del 50%", tras lo cual reiteró que "no hay solución alternativa al ajuste".
"Nos han arruinado la vida y nos han hecho caer por diez veces nuestros salarios", dijo, y reiteró que "no hay plata" en las arcas públicas y advirtió que "no hay posibilidad de un gradualismo".
"El populismo nos está dejando 45% de pobres y 10% de indigentes. El cuadro de situación parece irremontable, por eso no hay alternativa posible al ajuste y no hay posibilidad de un gradualismo porque todos los gradualismo terminaron mal", dijo Milei en un discurso principalmente con ejes económicos que brinda en las escalinatas del Congreso nacional.
Admitió que el ajuste que pondrá en marcha "impactará de modo negativo sobre el nivel de actividad, empleo, salarios reales y cantidad de pobres e indigentes". Y más todavía: "Habrá estanflación, pero no es algo muy distinto a lo que pasó en los últimos 12 años, cuando el PBI per cápita cayó 15% en un contexto donde acumulamos 5 mil por ciento de inflación", dijo, pero aclaró que se tratará del "último mal trago para comenzar la reconstrucción de Argentina".
"La situación de Argentina es crítica y de emergencia. No tenemos alternativa, tiempo ni margen para discusiones estériles, porque el país exige acción inmediata", sostuvo en la misma línea. "No buscamos ni deseamos las duras decisiones que habrá que tomar en las próximas semanas, pero lamentablemente no nos han dejado opción; vamos a tomar todas las decisiones necesarias para arreglar el problema que causaron 100 años de despilfarro de la clase política, aún cuando sea duro", agregó.
"De corto plazo la situación empeorará, pero luego veremos los frutos de nuestro esfuerzo habiendo cambiado las bases de un sistema sólido", insistió.
"No va a ser fácil: 100 años de fracaso no se deshacen en un día, pero hoy es ese día; terminamos el camino de la decadencia y comenzamos a transitar el camino de la prosperidad. Tenemos la resiliencia para salir adelante", afirmó el flamante mandatario en su primer discurso, en el que propuso: "Un nuevo contrato social en el que el Estado no dirija nuestras vidas sino que vele por nuestros derechos".
En ese sentido, también advirtió que no tolerará los piquetes y condicionó el cobro de programas sociales a que no se lleven adelante estas protestas: "Quien corta las calles, no recibirá asistencia de la sociedad: el que corta no cobra".
En la parte final de su mensaje, convocó a todos "los dirigentes políticos, sindicales y empresariales que quieran sumarse a la nueva Argentina" y dijo que los recibirá "con los brazos abiertos". Asimismo, alertó "a los que quieren utilizar la violencia o extorsión para obstaculizar el cambio" que "se van a encontrar con un presidente de convicciones inamovibles".
"No vamos a claudicar, retroceder ni rendirnos, sino avanzar con los cambios que el país necesita", dijo y aclaró: "No venimos a perseguir a nadie ni a saldar viejas vendettas; no pedimos acompañamiento ciego, pero no vamos a tolerar que la hipocresía, deshonestidad o ambición de poder interfieran con el cambio que elegimos los argentinos".
El Presidente afirmó que "el desafío es titánico y enorme" y señaló: "Lo afrontaremos con convicción, trabajaremos sin descanso y llegaremos a destino".
"Prefiero decirles una verdad incómoda antes que una mentira confortable. Sé que las fuerzas del cielo nos acompañan. Será difícil pero lo vamos a lograr. Viva la libertad carajo", dijo Milei al final de su mensaje de 35 minutos pronunciado desde las escalinatas del Congreso.