El 30% de los alimentos que se producen en el mundo no es consumido y queda como sobrante, lo que por la liberación de dióxido de carbono perjudica al ambiente, afirmaron especialistas que recomendaron “comprar local” y cambiar los “alimentos kilométricos de contraestación” como los ultraprocesados por “alimentos agroecológicos”, armar huertas y pensarse como “consumidor inteligente”.
Instan a reducir el desperdicio de alimentos, que en la actualidad está cerca del 30%
“Sobre los desperdicios de alimentos sabemos que un 30% de los que se producen no son consumidos, ya sea porque se descartan en los traslados, se deterioran antes de ser cocinados o quedan como sobrantes después de haber sido cocidos”, aseguró ayer a Radio Télam Mercedes Paiva, directora de Políticas de Seguridad Alimentaria del Ministerio de Desarrollo Social.
En la víspera del Día Mundial de la Gastronomía Sostenible, la funcionaria dijo que ese concepto “remite a la seguridad alimentaria que es la estabilidad de la producción de alimentos respecto del consumo necesario, y a la soberanía alimentaria que es la forma en la que se producen, distribuyen y consumen los alimentos”.
En diciembre de 2016, la Asamblea General de las Naciones Unidas designó al 18 de junio como el Día de la Gastronomía Sostenible para promocionar el desarrollo agrícola, la seguridad alimentaria, la nutrición, la producción sostenible de alimentos, el consumo responsable y la conservación de la biodiversidad.
“Una cuestión de este sistema alimentario es que aparentemente hemos logrado el abastecimiento suficiente para todas las personas que viven en el planeta sí lo analizamos en kilocalorías”, explicó Paiva.
Pero las personas “comen grupos de alimentos, el grupo de frutas y verduras, el de cereales, pan, pastas, legumbres; el de leche yogur y queso el de carnes y huevos y el de lo que llamamos opcionales, que son los que tienen azúcares y grasas como las golosinas”, añadió.
Y, explicó que si con esa perspectiva se toma la disponibilidad mundial “ahí sí hay faltantes porque lo que hay en el análisis de las kilocalorías es mucha producción de cereales, pero si la gente decidiera hacer lo que recomiendan los nutricionistas, que es comer tres frutas por día y la porción de vegetales crudos y vegetales cocidos eso no sería suficiente aquí en Argentina”.
Para evolucionar hacia una gastronomía sostenible y evitar el desperdicio de alimentos, Paiva planteó estrategias como “comprar local, abastecernos de la agricultura agroecológica producida de base campesina indígena, consumir verduras y frutas de estación, y cuando cocinamos utilizar todas las partes de los vegetales, incluidas las cáscaras que en muchos casos descartamos cuando son comestibles”.
Otro eje para disminuir la cantidad de desperdicios en las casas es frisar con rotulado lo que no se consume en el día y en la jornada siguiente para poder disponer de ese alimento en otro momento.
“También hay que implementar poder acudir a los mercados de cercanía, las capacitaciones de promotores de alimentación sana, segura y soberana, y la reglamentación de la ley de Agricultura Familiar”, añadió la funcionaria.
Santiago Guglielmetti, uno de los fundadores de la aplicación Winim que permite a locales gastronómicos revender sus excedentes de alimentos con grandes descuentos para luchar contra el desperdicio de comida en Argentina, señaló que “la problemática del desperdicio de alimentos es enorme, genera mucho costo al medio ambiente, después a los emprendedores gastronómicos; a la industria y a la cadena de valor de alimentos en general”.
Guglielmetti aseguró que con la aplicación actualmente están por superar “los 250.000 kilos salvados de comida, que equivalen a unas 500.000 toneladas de dióxido de carbono salvado del aire, que son como 60 containers de comida en perfecto estado”.
“En Argentina se pierden o se desperdician 16 millones de toneladas de comida en perfecto estado; en Latinoamérica son 127 millones de toneladas y en el mundo es muy difícil de calcular porque hay partes donde no se llega a medir, pero lo que se sabe es que en total es alrededor del 33% de la comida. Es decir, uno de cada tres platos de comida que se producen termina siendo desperdiciado”, precisó.
Según el empresario, Winim creció un 102% en 2020 y 2021 “por la cantidad de alimentos que se descartaban”.
Además, contó que los empresarios gastronómicos “al principio eran muy reticentes a decir que tenían desperdicios o no conocían la problemática” pero sostuvo que “el tema de sustentabilidad, medio ambiente y responsabilidad con el planeta cambió mucho en los últimos tres años”.
“La pandemia dio luz a muchas problemáticas mundiales entre ellas el medio ambiente; entonces cuando se empezó a conocer se tomó real dimensión de la problemática del desperdicio de alimentos o la necesidad de una industria gastronómica más sustentable. Entre esos temas estaba el desperdicio de comida y ahí fue cuando se nos empezó a escuchar un poquito más”, detalló. Según el Índice de desperdicio de alimentos 2021, publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), en el mundo se desperdician 931 millones de toneladas de alimentos cada año (el 17% del total disponible para los consumidores), de los cuales 569 millones proceden de los hogares.
Relevamiento
Con información del desperdicio de alimentos de 54 países, los investigadores llegaron a una de las conclusiones más llamativas de su estudio: los niveles de residuos a nivel doméstico son similares en los países de altos ingresos, medianos altos y medianos bajos.
Por ejemplo, Nigeria es uno de los países del mundo donde más comida se bota, con 189 kilos per cápita al año. Algo similar sucede en Ruanda, donde la cifra alcanza los 164 kilos per cápita.
Holanda y Bélgica, en cambio, desperdician 50 kilos per cápita al año, mientras que en Estados Unidos son 59.
Más de 420.000 personas mueren a causa de enfermedades transmitidas por alimentos
Las enfermedades transmitidas por alimentos causan más de 420 mil muertes por año y provocan pérdidas por más de 95.000 millones de dólares, según informó este martes la Organización de Naciones Unidas (ONU) en el marco del Día Mundial de la Inocuidad de los Alimentos, y estimó que esta problemática afecta la salud de más de 600 mil personas.
La ONU destacó que cada año el 10% de las personas sufre alguna de las 200 enfermedades causadas por ingerir víveres en mal estado y que el costo de esas dolencias para los sistemas de salud pública son equivalentes al de la malaria o el VIH, enfatizó el portal de la Organización de Naciones Unidas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) remarcaron que la comida segura es esencial para la salud y el bienestar humano y recordaron que las enfermedades debidas a los alimentos contaminados afectan desproporcionadamente a las personas vulnerables y marginadas, como mujeres y niños, y a las poblaciones sujetas a los conflictos y la migración.
La jornada internacional celebrada el martes busca movilizar acciones para prevenir, detectar y gestionar los riesgos transmitidos por los alimentos y mejorar la salud humana toda vez que el 10% de la población mundial padece cada año alguna enfermedad provocada por comer víveres contaminados.
La ONU enfatizó que la mejora la inocuidad y calidad de los alimentos, también se reducen el hambre, la desnutrición y la mortalidad infantil, además de que los niños pierden menos días de escuela y los adultos se ausentan menos del trabajo.
El organismo explicó que los microbios resistentes a los antimicrobianos se pueden transmitir a través de la cadena alimentaria, por contacto directo entre animales y personas o a través del medio ambiente.
Las enfermedades causadas por parásitos transmitidos por los alimentos pueden provocar problemas de salud agudos y crónicos, y refiere que los casos de las 11 principales enfermedades parasitarias llegan a 48,4 millones al año, y que un 48% de ellos es de origen alimentario.
La OMS remarcó el riesgo de desnutrición y mortalidad por ingesta de alimentos nocivos que tienen los menores de 5 años y precisa que ese colectivo representa el 40% de las enfermedades transmitidas por víveres.
La diarrea es una de las afecciones que más decesos provoca a los menores de edad.
La Organización Mundial de la Salud indicó que la salud de los animales, las plantas y el medio ambiente en el que se producen afectan la inocuidad de los alimentos, por lo que abogó por la adopción de un enfoque integral que garantice que todos los víveres que lleguen al consumidor sean inocuos.