Lionel Messi está demostrando con el paso del tiempo, que es un muchacho bastante ubicado, pese a estar forrado de millones de dólares.
El ejemplo de Lionel Messi: trabajar y trabajar
Por Javier Aragón
Habla poco con los medios, se lo ve medido y muy ocupado en mantener la privacidad de su familia. No voy a explicar sus méritos deportivos, como también su fantástico palmarés convirtiéndose en uno de los mejores deportistas de todos los tiempos.
Si, me parece que habría que destacar, lo que dijo esta semana en una entrevista con el actor Migue Granados, donde habló de la familia, los hijos, sus objetivos y pasiones. Insisto, en lo deportivo no voy a incursionar, porque afortunadamente se sacó la mochila de algunos tropiezos, y eso le llevó a consagrarse campeón mundial en Francia.
Ahora más distendido en Miami, en Estados Unidos, se lo ve reflexivo, genuino y sin un doble discurso. Messi habló de la responsabilidad que tiene para tratar de seguir siendo el mejor, o al menos mantenerse en la elite. Explicó que su forma de ver el mundo es sencillo: “Trabajar con responsabilidad, siendo profesional y manteniendo las obligaciones y una vida bastante ordenada”. Palabras más, palabras menos, y siendo que podría hacer lo que se le de las ganas, por sus títulos, dólares por varias generaciones, todos los días se levanta a las 7 a cumplir con sus obligaciones de padre y deportista.
Desde que se ‘metió’ en esto del deporte, lo tomó como un trabajo y no como un pasatiempo. Su trabajo es romperla los fin de semana, pero para llegar lo mejor posible, debe entrenar como el primer día.
Dijo en la entrevista: “No le voy a faltar el respeto a mis compañeros o al club que me contrató. Hay que dar el ejemplo, llegando primero. Si esto no ocurre, se sabe que nos multarán”.
Es claro que para tener un objetivo, y pese a que sea Messi, que tiene todo servido, debe esmerarse en cumplir con su plan diario, exigente y competitivo. Dicho de otra manera, para pelear por algo hay que doblar el lomo, hay que trabajar, y no esperar el maná del cielo. Siendo consagrando, como lo es, no se sienta a esperar, no se relaja, por el contrario, tiene la misma contracción a “su trabajo”.
Un buen ejemplo para los argentinos que les da lo mismo tener un trabajo que un plan social. Qué es lo que dignifica?. Messi es el mejor ejemplo para imitar, para tratar de terminar con la maldita generación y la teoría que no hay esfuerzo que valga la pena.
Tal vez Messi vio a sus padres o vio que el mundo normal había un proceso de generaciones, donde nadie pensaba que la única manera de subsistir era estar pendiente de una ayuda. Esas circunstancias de emergencias, sí deberían habilitarse, pero el gran problema de algunos sectores políticos de la Argentina, es que se pretendió cautivar conciencias teniendo como disfraz, ayudar o asistir a los más desposeídos.
Messi, sí tiene obligaciones laborales, las cumple como cualquier mortal. Tal vez la diferencia que cobra millones de dólares, y nosotros un sueldo para pelear con la canasta básica. Pero más allá de eso, es interesante cómo funciona la cabeza de esta estrella del deporte.
Esta traslación de pensamientos, sería más que positiva para esta Argentina llena de pobres por donde se la mire, con severísimos problemas de trabajo y con un panorama sombrío que viene del pasado, un presente espantoso y un futuro que dependerá mucho de lo que se pueda votar. Este gobierno que se va, deja como premisa y saldo todos los indicadores económicos y sociales con mayor déficit, pero lo peor es que no quiso revertir el proceso de terminar con la generación de la cuchara, y potenciar la cultura del trabajo, por el contrario, la denostó hasta el cansancio, tal vez basada en una ideología que lo único que hizo fue pulverizar a la clase media.
Hoy la Argentina está más llena de ricos y pobres, gracias a las gestiones que despreciaron el concepto del trabajo, del esfuerzo, de las responsabilidades, obligaciones, del mérito. Va a costar mucho entender que no es lo mismo un tres en la educación que un ocho o un 10. Va a ser muy difícil volver a colocar a la Argentina entre los países que producían, que había empleo genuino privado y estatal. Donde la clase media esperaba que sus hijos pudieran tener oportunidades educativas o laborales, y no esperar a juntar unos pesos para ir a lavar baños a Europa. Habrá que empezar a mirar los buenos ejemplo de los Messi de la vida.