Japón eligió por primera vez a una mujer como primera ministra y profundiza su giro a la derecha. La ultraconservadora Sanae Takaichi asumió el poder tras un acuerdo de coalición de último minuto entre su partido, el PLD, y el derechista Ishin. Su elección marca un cambio histórico en la política japonesa y refuerza una agenda nacionalista.
Japón hace historia: Takaichi es la primera mujer en liderar un gobierno de derecha
Sanae Takaichi asume como primera ministra de Japón, primera mujer en el cargo, tras un acuerdo derechista que refuerza una agenda nacionalista.
Japón hace historia: Takaichi es la primera mujer en liderar un gobierno de derecha.
Ex funcionaria protegida del asesinado ex primer ministro Shinzo Abe y admiradora de la británica Margaret Thatcher, además de ex baterista de un grupo de heavy metal, Takaichi recibió 237 votos en la Cámara baja, superando la mayoría requerida en un cuerpo de 465 escaños. Posteriormente, también fue aprobada por la Cámara alta.
LEER MÁS: Japón quiere impulsar la industria nuclear
Sanae Takaichi, primera mujer en liderar el gobierno japonés
Takaichi sucede a Shigeru Ishiba, cerrando un vacío político de tres meses y poniendo fin a las disputas internas que siguieron a la desastrosa derrota electoral del Partido Liberal Democrático (PLD) en julio. Ishiba, quien permaneció solo un año en el cargo, renunció junto con su gabinete más temprano ese mismo día, allanando el camino para su sucesora.
La victoria de Takaichi se concretó tras el acuerdo alcanzado entre el PLD, que ha gobernado Japón durante gran parte de la era de posguerra, y el Partido de la Innovación de Japón, agrupación de derecha con sede en Osaka conocida como Ishin no Kai (Ishin). Esta alianza de último momento fue clave para asegurar el cargo de primera ministra, en un contexto marcado por la fragmentación de la oposición. No obstante, la coalición aún no ha sido puesta a prueba y no cuenta con una mayoría clara en ambas cámaras del parlamento, por lo que necesitará del respaldo de otros grupos opositores para aprobar cualquier legislación, lo que representa un riesgo potencial para la estabilidad y duración de su gobierno.
"La estabilidad política es esencial en este momento", afirmó Takaichi durante la ceremonia de firma del lunes con el líder del Ishin y gobernador de Osaka, Hirofumi Yoshimura. "Sin estabilidad, no podemos impulsar medidas para una diplomacia o economía fuerte".
El Ishin no ocupará cargos ministeriales en el gabinete de Takaichi hasta tener mayor certeza sobre la viabilidad de la alianza, según señaló Yoshimura. Ambos partidos firmaron un acuerdo político que refleja las posturas nacionalistas y belicistas de Takaichi.
Este acuerdo emergió luego de que el PLD perdiera a su socio de coalición durante más de dos décadas, el partido Komeito, respaldado por budistas y de línea más moderada y centrista.
Tras años de deflación, Japón enfrenta actualmente un aumento sostenido de los precios, lo que ha generado malestar entre la población y ha fortalecido el apoyo a formaciones de la oposición, incluidas nuevas agrupaciones de extrema derecha.
Al igual que Abe, se espera que Takaichi impulse el gasto público para estimular la debilitada economía, lo que ha originado el llamado "comercio Takaichi" en los mercados bursátiles, llevando al índice Nikkei a nuevos máximos históricos. Sin embargo, este enfoque también ha generado preocupación entre los inversores sobre la capacidad del gobierno para financiar un mayor gasto en un país cuya deuda pública supera con creces el tamaño de su economía. En consecuencia, tanto el yen como los precios de los bonos han mostrado señales de debilidad.
Cualquier intento por revivir las políticas económicas del exprimer ministro Abe podría enfrentar complicaciones, ya que esas medidas fueron diseñadas para combatir la deflación, no el actual aumento de precios, advirtió Tadashi Mori, profesor de política en la Universidad Aichi Gakuin. Algunos analistas advierten que el Ishin, que ha defendido los recortes presupuestarios, podría poner límites a las ambiciones de gasto de Takaichi.
Entre los desafíos que enfrentará la nueva primera ministra se incluyen un importante discurso de política a finales de esta semana, diversas cumbres regionales y posibles conversaciones con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien podría visitar Japón tan pronto como esta semana.
Takaichi ha mostrado afinidad con algunas de las posturas del movimiento político de Trump: ha adoptado una línea agresiva frente a China, promovido el mensaje de que "Japón volvió", minimizado las atrocidades cometidas por su país durante la Segunda Guerra Mundial y prometido una regulación más estricta de la inmigración y el turismo.
También deberá actuar rápidamente frente al aumento del costo de vida y presentar medidas para estimular la economía antes de fin de año, con el fin de atender el creciente descontento público.
Aunque es la primera mujer en ocupar el cargo de primera ministra, Takaichi no ha mostrado interés en promover la igualdad de género ni la diversidad. Ha bloqueado medidas dirigidas al avance de las mujeres y ha nombrado solo a dos mujeres en su gabinete: Satsuki Katayama, también discípula de Abe, como la primera ministra de Finanzas mujer del país, y Kimi Onoda como ministra de Seguridad Económica. Las mujeres ocuparán solo el 16% del gabinete, incluida la propia Takaichi.
La primera ministra también respalda la sucesión exclusivamente masculina en la familia imperial, se opone al matrimonio entre personas del mismo sexo y rechaza permitir apellidos separados para las parejas casadas.
Además, Takaichi deberá abordar el problema del envejecimiento poblacional y encontrar formas de revitalizar una economía estancada.
Como protegida de Shinzo Abe, se espera que siga sus pasos en áreas como el fortalecimiento del ejército, el impulso económico y la revisión de la constitución pacifista de Japón. Sin embargo, dada la fragilidad potencial de su posición, aún es incierto cuánto podrá concretar de su agenda.
Komeito rompió su alianza de 26 años con el PLD tras la elección de Takaichi como líder del partido, citando la respuesta inadecuada del PLD ante escándalos de financiación ilegal, los cuales contribuyeron a sus derrotas electorales consecutivas. El partido centrista también expresó inquietud por la visión revisionista de Takaichi respecto al pasado militar de Japón y sus visitas regulares al santuario Yasukuni (donde se honra a los caídos en las guerras japonesas) a pesar de las objeciones de Pekín y Seúl, que consideran esas visitas una falta de remordimiento por la agresión japonesa, además de sus recientes declaraciones xenófobas.
Takaichi ha moderado su retórica belicista en fechas recientes y, el viernes, en lugar de acudir personalmente al santuario, envió un adorno religioso.
Asume el cargo en un momento de gran fragmentación política, más marcado que en casi cualquier otro punto de la historia reciente, en parte debido al ascenso del pequeño pero ultraderechista Partido Sanseito, que ha restado apoyo al PLD.
"Desde que el ex primer ministro Abe falleció, hemos sentido que tanto la política nacional como el propio PLD han derivado hacia la izquierda", afirmó el líder de Sanseito, Sohei Komiya, a la cadena NHK, agregando que espera que Takaichi redireccione la política hacia el centro. "Aunque no dudaremos en oponernos a ella cuando sea necesario, tenemos la intención de mantener una relación de trabajo amistosa", añadió.