El mate es una bebida que se ingiere en cualquier momento del día, en la casa, en el trabajo, en la plaza, en los viajes, y así en distintos lugares y circunstancias, por lo cual trasladarlo y convidar a otros es una práctica habitual. Pero a partir de la pandemia por coronavirus, una de las principales recomendaciones sanitarias fue evitar compartir el mate. Sin embargo se registró un incremento en el consumo y al mismo tiempo se sostuvo el hecho de compartirlo.
Compartir el mate: una práctica que no cesó ni en pandemia
Se trata de una especie de ritual, se toma a toda hora, y cada cebador tiene sus secretos para que tenga un buen sabor. Esta tradición pareciera ser inquebrantable para los fieles del mate, y es por ello que desde la pandemia no sólo continuó tomándose y aumentó su consumo sino que además no se dejó de compartir dentro del grupo familiar o conviviente y por fuera, de acuerdo a los datos parciales que arrojó una encuesta realizada por la Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader).
La sugerencia específica de evitar convidar el mate es una medida sanitaria complicada de respetar y adherir, ya que se trata de una fuerte costumbre instalada en Argentina y puntualmente en Entre Ríos. En sus distintas variantes, los entrerrianos son los que más consumen esta infusión, y a su vez la provincia se caracteriza por ser el territorio que más produce y exporta yerba mate a nivel mundial. Se estima que por año se consumen por persona casi siete kilogramos de yerba.
De hecho en el país se conmemora el 30 de noviembre el Día Nacional del Mate desde 2015 a partir de la sanción de la Ley N° 27.117, lo cual indica la importancia que tiene esta bebida para los argentinos porque permite compartir momentos con otras personas y forma parte de la vida cotidiana. Hay quienes disfrutan del mate de calabaza, hay quienes prefieren el de madera, otros que eligen el de cerámica y otros que escogen el de silicona.
Es tan fuerte el arraigo de los entrerrianos con esta infusión que en Paraná se encuentra el único museo del mate del mundo, y es la ciudad donde se realiza desde hace 31 años la Fiesta Nacional del Mate.
Patrimonio cultural
¿Habría factores que pudieran cambiar la práctica del consumo del mate? La pandemia era una posibilidad. Por esto, investigadores de la Uader realizaron una encuesta en el marco del proyecto Fundamentos para la declaración del mate como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad para revelar posibles cambios.
Una de las integrantes del equipo de investigación, la magister Mariángeles Metivié, quien además es coordinadora del Departamento de Cultura de la alta casa de estudios, precisó a UNO: “Consideramos que la encuesta tuvo muy buena repercusión y un alto nivel de respuesta porque en la primera semana recibimos 1.500. Uno de los datos más relevantes y llamativos es que muchas personas aseguraron que en cuanto se levanten las restricciones por Covid-19 y aunque continúe la circulación de la enfermedad van a seguir con esta práctica”.
En la mayoría de las casas hay un mate, a veces hasta dos o tres, lo que insume una gran cantidad de yerba de acuerdo a las veces que se prepara o ensilla (renueva) para mejorar el sabor. Acerca de la demanda de la yerba, el Instituto Nacional de Yerba Mate (INYM) indicó que en abril se produjo la más alta en los últimos 10 años. En tanto que durante mayo los argentinos consumieron 24,95 millones de kilos, totalizando para el período enero-mayo un consumo interno de 114,03 millones de kilos.
“El factor de la pandemia suponíamos que podía terminar con la práctica de esta bebida en virtud de que se desaconsejó, pero sucedió todo lo contrario” referenció Metivié.
El mate tiene un lugar preponderante y se transmite de generación en generación. Por tal motivo, la Uader trabaja desde 2016 en un proyecto que tiene como objetivo declarar al mate patrimonio cultural inmaterial de la humanidad mediante la presentación ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). “Elegimos el mate porque es un elemento fácil de identificar por la gente ya que somos una comunidad matera, y porque estadísticamente somos la provincia más consumidora de yerba. Nuestra idea es mostrar que hay patrimonio y cultura en esta práctica cotidiana” sostuvo la investigadora.
El patrimonio cultural inmaterial es darle valor a una práctica que reproducen los sujetos pero que para ello necesitan ineludiblemente de un objeto material, en este caso el mate, pero donde lo importante es la tradición. A propósito de los bienes declarados ante la Unesco, Argentina tiene sólo dos, que son el fileteado porteño (estilo artístico de pintura y dibujo) y el tango -en conjunto con Uruguay-, es decir, dos expresiones propias de Buenos Aires.
El proyecto de declaración del mate como bien inmaterial continúa avanzando y siendo revisado. Se prevé que el trabajo lleve dos años más debido a que se efectúan presentaciones ante el Ministerio de Cultura de la Nación, donde antropólogos y otros especialistas lo observan y realizan sus devoluciones para que luego el equipo de Uader haga los ajustes que se requieren de cara a la presentación final.
La clave del mate
“Los entrerrianos son expertos en preparar y cebar un buen mate”, afirmó a UNO la sommelier de mate Karla Kohen. Se trata de una especialista en la materia que estuvo en la Fiesta Nacional del Mate de Paraná en la edición 2014, donde mostró ante más de 20.000 personas cómo se prepara un mate. Respecto de la elección del mate manifestó que no cambia por nada al de calabaza y que Entre Ríos lidera en la elaboración de este tipo. No obstante, requiere que esté correctamente curado e higienizado.
Para la situación que se atraviesa por el Covid-19, Kohen señaló que recomienda elegir el mate de vidrio o cerámica porque son más fáciles de limpiar con una esponja y detergente, mientras que al de calabaza no se le pueden aplicar productos de este tipo sino que es preciso lavarlo varias veces con agua hirviendo.
Por otro lado, Kohen afirmó que otro aspecto importante es tener en claro cómo es el agua (dulce o salada) de la zona donde uno consume el mate. “Este es un punto que los entrerrianos tienen bien en claro y muy identificado en el paladar” agregó.
Generadora de bienestar
“Es una bebida que efectivamente genera una sensación de bienestar y buen humor”, subrayó la sommelier de mate. Sucede que en la yerba se encuentran nutrientes que tienen acción antioxidante, como polifenoles -ácidos cafeilquínicos y flavonoides-.
“La cafeína que posee la yerba automáticamente despierta el sistema nervioso central y nos da ese plus de energía para sentirnos plenos, entonces todo eso hace que sea una infusión muy buscada”, concluyó Kohen.
Instaurado desde el siglo XIX
Se eligió al 30 de noviembre como Día Nacional del Mate en conmemoración del nacimiento del comandante guaraní Andrés Guacurarí y Artigas (1778-1821), quien fuera gobernador de la provincia de Misiones de 1815 a 1819, y que fomentó la producción y comercialización de la yerba mate.
Esta bebida nacional representativa comenzó a consumirse en el siglo XIX, especialmente en la llamada Región Paraguaría, que ocupaba parte de los actuales territorios de Paraguay, Argentina, Uruguay, Bolivia, Brasil y Chile. En aquellos años de colonización se lo conocía como oro verde.
La palabra mate nace del vocablo quechua ‘matí’, y significa calabaza, ya que históricamente era el recipiente y material donde más se tomaba. La bombilla se denominaba tacuarí y era simplemente una cañita ahuecada.
*Por Araceli Sosa/ [email protected]