Las medidas de restricción de la movilidad urbana que impuso la cuarentena por la pandemia del Covid-19 obligó a poner en marcha un horario de atención comercial de horario corrido, que a lo largo de muchos años se había insinuado y propuesto en la capital provincial.
Comercios piden retornar al horario cortado
En las primeras semanas de ampliación horaria extendida y lenta reapertura tras el más estricto momento del aislamiento social preventivo y obligatorio, allá por el mes de junio, se efectuaron balances positivos sobre esa medida.
Sin embargo, desde hace unos días los comerciantes del microcentro vienen analizando y planteando la necesidad de volver al horario cortado debido a que el movimiento de personas en horas de la siesta es prácticamente nulo.
“Reconocemos que hoy no podemos volver al horario cortado. Pero si en octubre empieza a mermar la situación de contagios (de Covid-19), vamos a tener que sentarnos a rever. Hay un pedido mayoritario de todos los comerciantes para cuando empiece la temporada estival; con el calor esta situación no se puede sostener, porque ya ahora no hay movimiento entre las 14 y 16”, dijo a UNO el secretario de la Cámara de Comerciantes del Microcentro de Paraná, Marcelo Ruggeri.
“Hoy estamos conteniendo en el pedido a los comerciantes”, graficó, insistiendo con la circunstancia epidemiológica que atraviesa la ciudad, pero reafirmó: “La siesta no sirve comercialmente, y lo que no vendemos en esa hora, no lo recuperamos luego”.
El dirigente de la joven institución que agrupa a más de 300 locales, pero que sintetiza la situación que atraviesan más de 700 comercios de la Peatonal, semipeatonales y zonas aledañas, recordó que hay vigente un acuerdo con el gobierno municipal por los horarios.
Inicialmente, recordó, hubo una apertura comercial de cuatro horas, que luego se amplió al actual formato de ocho horas, disponible entre las 9 y las 18; pueden abrir de 9 a 17 o de 10 a 18.
“Es cierto que al trabajador le favorece. Además, durante un largo período no hubo colectivos urbanos, y ahora todavía no es normal el servicio”, admitió.
En ese sentido, graficó sobre lo que sucede los sábados. Para esa jornada se había elevado un pedido para que se permita abrir por la tarde. “Pedimos al gobierno municipal, pero nos dijeron que no querían que los empleados vayan y vuelvan. Entonces se iba a dar la misma situación: hasta las 16 no hay nadie en el centro, y a las 18 hay que cerrar. A eso hay que tener en cuenta que después de las 13 cada hora se debe abonar el doble al trabajador, pero no hay gente ni compras”, planteó.
Ruggeri admitió: “Si bien podría ser cómodo para todos regresar temprano a casa a la siesta no se vende y no lo recuperás”, y proyectó que con la llegada de los meses de calor la gente menos aún saldrá a la siesta, y al mismo tiempo los comercios deben afrontar mayores gastos por mantener refrigerados los ambientes.
Señaló también la dispar realidad comercial en la ciudad, ya que los comercios en los barrios extienden sus horarios ante la imposibilidad del municipio de controlar el estricto cumplimiento de los horarios. “En los barrios cortan horario, y lo atienden las familias; nos dicen que no pueden controlar toda la ciudad, pero además es raro que en esos locales haya trabajadores que se tengan que movilizar. Entonces nosotros estamos castigados por estar en el microcentro”, planteó.
En cuanto al nivel de ventas del sector comercial, admitió: “Si bien hay particularidades por rubros, en promedio estamos un 60% del nivel de ventas para un mes normal.
Pedido de trabajadores de cadenas de electrodomésticos
El Sindicato Empleados de Comercio ha mantenido, durante estos meses de vigencia del horario corrido, su postura favorable a la continuidad de este mecanismo.
En ese sentido, un grupo de trabajadores pertenecientes a las empresas de electrodomésticos hicieron conocer ayer su pedido para que se mantenga el horario corrido.
“La continuidad del horario corrido y hacer un solo viaje de ida y otro de vuelta, significa también para muchas empleadas y empleados que tienen hijas e hijos, poder lograr una organización familiar más armónica, con más tiempo para compartir y disfrutar. Para otros, tener la posibilidad de estudiar o capacitarse. Mejorar nuestra calidad de vida, en definitiva”, plantearon en un comunicado.