Los usuarios de colectivos en la ciudad de Paraná y zonas aledañas notaron esta semana que el servicio había disminuido, la frecuencia de espera de los coches era más larga y la aplicación Cuándo Subo tenía dificultad para dar con precisión el momento exacto en el que debían pasar por una determinada parada. Así, la cantidad de 128 unidades que diariamente transita por las calles de la ciudad se redujo a 96. La Municipalidad multó a la empresa de colectivos urbanos Buses Paraná, concesionaria del servicio, "por decidir unilateralmente quitar unidades de la circulación normal". Intimó a la empresa, labró actas y solicitó "la pronta recuperación de la cantidad de coches que efectivamente estaban circulando", hasta tanto el Municipio autorice esa reducción.
Buses Paraná se defiende por el retiro de coches de la calle
Ante la medida municipal, la empresa hizo un descargo en el que explicó su decisión de quitar coches de circulación y recordó que el transporte público de pasajeros "prevé, desde hace más de 10 años, un cronograma especial de horarios de verano", que comienza en la semana previa a las fiestas de fin de año. A su vez, añadió que solicitó a la Municipalidad que reconsidere la resolución.
El comunicado de Buses enviado a UNO indica que el cambio en el horario y frecuencias responde a que durante este período disminuye la cantidad de pasajeros y se licencia por vacaciones a un número importante del personal, en particular de choferes de nuestras empresas. La caída se produce principalmente por la feria judicial y los recesos de la administración pública en Paraná y escolar.
La empresa justificó que si se mantuviera la misma cantidad de colectivos que el resto del año "la mayor parte de los recorridos de los buses estarían vacíos y ociosos". Buses admitió que estos cambios se informan "habitualmente" al Municipio antes de los recesos y cuestionó que este año "la Subsecretaria de Transporte del Municipio, por primera vez desde el inicio de la concesión, quiere obligar a las empresas a mantener el 100% de los servicios, como si no hubiera modificaciones en el volumen de pasajeros".
"Esta decisión, inédita, obligaría a suspender ilegalmente las vacaciones de una parte importante del personal, y a un funcionamiento insostenible desde lo económico con una gran cantidad de kilómetros improductivos de un impacto innecesario al funcionamiento de la Ciudad", fustigaron desde la firma concesionaria.
"Lo más grave es que la prohibición a adoptar estos cambios que se realizan anualmente terminaría por afectar los contratos de trabajo en lo que se refiere a licencias de los choferes y por ende al encarecimiento del servicio por pago de vacaciones no tomadas", se defendió Buses.
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Multa
Desde el Municipio se intimó a la empresa para que restablezca el servicio habitual "de manera inmediata", había comunicado el gobierno local, y advertía que "la reducción de más de 30 coches repercute en el usuario y también interfiere en el sistema Cuándo Subo".
Considerando ello, a la empresa se le aplicará una multa económica, “lo cual está contemplado dentro de lo que es el marco regulatorio y el pliego de condiciones básicas por el cual se solicitó la concesión de servicio”, explicó Maximiliano Pérez Viecenz, secretario de Seguridad Vial, Movilidad y Ordenamiento Urbano.
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