Las escuchas telefónicas son la columna vertebral de la investigación que desbarató la banda narco liderada por Nicolás Castrogiovanni desde el barrio Paraná XVI. En el juicio que se desarrolla en el Tribunal Oral Federal hay 15 imputados, entre ellos tres efectivos de fuerzas de seguridad: dos penitenciarios y un policía provincial. Además, en una conversación reproducida en la audiencia de ayer, el jefe de la organización menciona a un "Walter" de la Policía como quien le daba protección.
Escuchas complican a cuatro efectivos en la banda narco de Castrogiovanni
Complicidades. Las conversaciones implican a los dos penitenciarios imputados, así como al policía Medina. Además, nombran a un tal "Walter" como un uniformado que brindaba protección
26 de septiembre 2017 · 22:19hs
Uno de los efectivos de la Policía Federal que llevó adelante tareas de vigilancia, averiguaciones y las desgrabaciones y análisis de las escuchas telefónicas es Iván Rocha. El joven explicó ayer el trabajo realizado y las interpretaciones de algunas conversaciones reproducidas. Una declaración extensa e impecable donde pudo responder con claridad y rapidez las preguntas de avezados defensores.
Los diálogos reproducidos ayer comprometen principalmente a Castrogiovanni, pero también a su "hombre de confianza", Guillermo Aguirre, quien realizaba tareas de pagos, cobros y traslado de la droga, así como al acusado de ser el vendedor de la cocaína al menudeo en dicho barrio de la zona oeste de Paraná, el panadero Víctor Villaverde. A su vez, surgió nuevamente el contacto con el tal Ariel, que sería Ramón Ariel Pucheta, procesado por ser el proveedor mayorista de la banda.
"Hablaban de un tarro de pintura para referir un ladrillo de cocaína", dijo Rocha, y agregó que se evidenció que manejaban en cada transacción abultadas sumas de dinero, no menos de 100.000 o 150.000 pesos. "Una de las cosas que más nos llamó la atención era la cantidad de estupefacientes que vendía Castrogiovanni, un ladrillo o dos por semana, y hablaban de sumas de dinero importantes", afirmó el investigador. A su vez, explicó que "el único que vendía al menudeo para Castrogiovanni era Villaverde, pero a otros les vendía en mayores cantidades".
Uno de los imputados como "guardador" de la droga del líder de la banda es el policía provincial Rodrigo Medina, quien lo hacía en la vivienda de sus padres, quienes también están siendo juzgados por lo mismo. Al respecto, hay una conversación donde se evidencia que Medina le reclama dinero a Castrogiovanni porque su madre quería el pago correspondiente por "tener eso" en su casa.
La situación de la agente penitenciaria Priscila Álvarez quedó muy comprometida en varias escuchas, por ejemplo en la que habla con su pareja Guillermo Aguirre el día de los allanamientos y las detenciones, donde se lamentan de lo que estaba pasando y ella le pedía al hombre: "Vos te tenés que hacer cargo".
En otra escucha se complica la situación del otro penitenciario, Victorio Aguirre, hermano de Guillermo, y exdirector de la Unidad Penal Nº 6. Castrogiovanni le dice a Guillermo que quería cambiar de lugar para guardar la droga y su mano derecha le recomienda a Pochi, es decir Victorio, pero había que esperar que volviera de trabajar en la cárcel. En otra conversación esto queda más expuesto cuando Guillermo Aguirre le dice a su jefe que Pochi había guardado la droga en un tubo pero no había entrado todo, por lo que quedaba un resto que llevar a otra parte.
Luego pasaron una conversación que mantiene Castrogiovanni con otro hombre, donde Nicolás menciona a otro efectivo policial, no involucrado en la causa ya que no se identificó fehacientemente, aunque hay muchas sospechas.
Castrogiovanni dice: "Todo mal, mal, te dije, van a caer. Vino Walter". El otro le pregunta: "¿Walter?". Y Nicolás insiste: "Walter, Walter, el de Investigaciones. Me dijo 'Gordo si fuera por mí, me tomo unos mates con vos y me voy a la mierda con los vagos, pero en todas las piezas entra la fiscal, si me mando cualquiera me cortan la cabeza".
El policía federal Rocha explicó al tribunal algo que era ya evidente: "Hablan de un allanamiento que le hacen en la casa, y de un Walter, un policía de la Provincia que le dice que si fuera por él no le allanaba, que se tomaba unos mates y se iba, pero había una fiscal".
Otros testigos de ayer fueron el civil que participó del allanamiento en la casa de los padres del policía Medina, donde se hallaron los dos kilos de cocaína, y el policía federal Souto, a cargo del mismo. Relataron dónde se secuestró la droga, que estaba guardada en un portatermos con el escudo de Patronato, el cual había sido visto en manos de los imputados supuestamente para trasladar la droga. También refirió el uniformado que la droga estaba en un termo, lo cual sorprendió a todos porque no hay ningún termo incautado. Revisaron las cajas de los elementos secuestrados, pero no estaba. Podría ser solo una confusión, pero los defensores dejaron sentadas sus dudas al respecto.
La sombra del Negro Siboldi
En una escucha, Castrogiovanni menciona a Siboldi como quien llevó "la gorra" al barrio debido a que le estaban haciendo allanamientos y esto complicaba la venta de drogas. Se trata del hombre conocido también como Negro, sobre quien UNO denunció hace un par de semanas como el narco que se está quedando con parte importante del negocio narco en la zona oeste de Paraná tras la caída de varios "pesos pesados". El policía federal Iván Rocha dijo sobre esa escucha: "Siboldi es una persona muy conocida del ámbito del narcotráfico, que le habían allanado en esos días".