Wagner, de 72 años, fue condenado el mes pasado a cuatro años y medio de prisión, al ser encontrado culpable del delito de "Guarda de elementos destinados a la producción y/o fabricación de estupefacientes". El hombre tenía una cocina de cocaína en un establecimiento rural en la Ruta Provincial N°20, a 600 metros del arroyo Malo. Allí se dedicaba a elaborar, estirar y comercializar estupefacientes.
Por su edad, fue beneficiado con la prisión domiciliaria. Pero estando ya condenado seguía liderando una banda narco que fue desbaratada el jueves 21 de julio en un operativo de la Policía que incluyó allanamientos en distintas localidades de la provincia. En esa ocasión fue detenido, pero no se le revocó el arresto hogareño, como publicó UNO.
Luego de eso, el ante último fin de semana de julio, Wagner fue fotografiado disfrutando junto a conocidos y amigos de un baile familiar en la localidad de Santa Anita, en violación de las condiciones de su detención.
Una vez conocida la foto que escrachaba al condenado por narcotráfico, el fiscal José Ignacio Candioti solicitó que se le revoque el beneficio y se lo aloje en una unidad penal entrerriana.
Este miércoles se conoció que la decisión del TOF fue, antes de resolver, citar a las partes a una audiencia para tratar el tema, la cual todavía no tiene fecha de realización.
Fundamentos
El 29 de julio se difundieron los fundamentos de la sentencia. Aunque no se dictó una pena como la que pedía el fiscal, de seis años, sino de cuatro años y seis meses, en el texto se dio por probado que Wagner efectivamente cocinaba cocaína.
En el voto del presidente del Tribunal, Roberto López Arango, se indicó: "Ninguna duda cabe que el señorío sobre el lugar (por la cocina) estaba en su poder, y por tanto es penalmente responsable de la 'guarda' de los elementos incriminantes oportunamente secuestrados".
También afirma: "Los objetos estaban en un lugar aislado, al que solo accedía en principio el nombrado (por Wagner). Y denotaban en algunos casos su utilización más o menos reciente. Al punto que había rastros de estupefaciente verificables".
Finalmente sostiene, citando una escucha telefónica, que el condenado se encargaba de elaborar la droga: "Las escuchas anteriores al hecho detectadas en el teléfono de Wagner revelan su vinculación con la venta de drogas, y en ese cometido una conversación registrada a fs. 144 vta., con un desconocido, refleja la queja de este potencial cliente, que le reprocha que la provista estaba húmeda y por eso no se vendía, y la respuesta textual de Wagner es: 'Y bueno, tráela, la voy a secar, si es por eso'. Con lo cual se demuestra que la 'cocina' funcionaba para el mes de marzo del año 2014, es decir meses antes del allanamiento y secuestro. Es decir sin solución de continuidad".