La situación de la familia implicada en el homicidio del soldado voluntario Fabricio Bermani es cada vez más complicada. A las pruebas que se venían reuniendo y que eran indicios pero no datos suficientes para imputaciones y detenciones, se sumaron otras que, al criterio del fiscal y los investigadores policiales, aclaran el panorama en contra del soldado sospechoso Brian Escobar, su padre Antonio, y también su madre, Nilda Beatriz Leiva.
Caso Fabricio Bermani: sería falsa la denuncia de la madre del prófugo
La mujer quedó presa por el crimen del soldado en Chajarí. Dijo que su hijo desapareció, pero ayudó a que se vaya
6 de julio 2016 · 08:05hs
La mujer quedó detenida y el Juzgado de Garantías le dictó 45 días de prisión preventiva, y el fiscal Maximiliano Larocca Rees la imputó por partícipe necesaria en el delito de Homicidio calificado. El joven está prófugo al igual que su padre, quien además tiene otros tres pedidos de captura nacional por varios hechos graves.
El viernes la madre del soldado voluntario Escobar fue a la comisaría de Chajarí a radicar la denuncia por determinación de paradero, porque su hijo, expresó, había desaparecido y no sabía nada desde el día anterior. Luego, la Policía encontró en Concordia la moto del joven, en poder de un muchacho. La investigación determinó que este había recibido un mensaje de texto de la madre de Nilda Leiva quien le informaba que su hijo iba a ir a su casa, y luego de unas horas se retiraría. Fue suficiente para el fiscal para ordenar su detención, ya que se evidenció una maniobra de falsa denuncia con el fin de facilitar la fuga de su hijo. Pero no fue lo único.
Unos días antes habían allanado otra vez su casa en Chajarí. En una ocasión, los efectivos secuestraron un botón que les pareció extraño, y vecinos dijeron que de la vivienda habían percibido que salía un humo extraño y tóxico. Pidieron al Regimiento un chaleco como el que Bermani tenía puesto la madrugada que estaba de guardia, fue asaltado, despojado de su fusil FAL reglamentario y luego asesinado. Observaron que la prenda tenía 12 botones, y cuando fueron nuevamente a la vivienda encontraron 11 botones más, y el resto de un cierre quemado. Estos elementos fueron enviados a peritar, y el cotejo de Criminalística arrojó que existe compatibilidad entre estos botones y el cierre con el chaleco del uniforme que utilizan los soldados del Regimiento. Cuando llegó el informe de esta pericia, Escobar ya se había fugado pocas horas antes.
Esta prueba clave se sumó a las que eran antes solo indicios: el primer dato que ingresó a la causa, que era el auto Chevrolet Corsa gris visto por testigos en el lugar del hecho, por la ruta 2 al lado del predio del Regimiento, donde el joven, similar al auto de la madre sospechosa. Y luego, cuatro testigos que afirmaron que Escobar estaba ofreciendo a la venta una pistola calibre 380 sin documentación. Se trataba del mismo calibre utilizado para ejecutar a Bermani.
Con el pedido de captura, la Policía salió a buscar a los Escobar por todos lados. Llegaron hasta Buenos Aires, de donde es oriundo el padre, y tiene buenos contactos con el ambiente delictivo donde ocultarse. Se pidió la colaboración de fuerzas nacionales para lograr dar con su paradero, del que hasta ahora no hay ningún rastro.
En Chajarí, todos esperan que los encuentren para poder comenzar a cerrar una herida que se abrió aquel domingo Día del Padre, cuando un joven ejemplar por su conducta, tanto en el Regimiento como el ámbito deportivo, y que esperaba su primer hijo, fue acostado en el pasto de la banquina y asesinado con un disparo en la nuca.
Un pesado con cuatro pedidos
Antonio Escobar (padre del soldado que también es sospechoso del crimen) tiene 59 años y al parecer no piensa retirarse del ambiente delictivo. En su larga trayectoria dio importantes golpes, con muertos de por medio. El pedido de captura emanado desde Chajarí por el caso Bermani es el cuarto que pesa sobre él: ya tiene otro también por homicidio, uno por asociación ilícita y otro más por tenencia ilegítima de arma de fuego. Esperan atraparlo pronto porque ya dio acabadas muestras de ser un peligro.