Hay algo en la cercanía al agua que modifica la manera de habitar una ciudad. Tal vez sea la sensación de amplitud visual, el aire más fresco o la posibilidad de tener un horizonte despejado que interrumpe la densidad urbana. En Buenos Aires, esa conexión con el río se volvió un privilegio silencioso, cada vez más buscado por quienes priorizan calidad de vida por encima de la velocidad cotidiana.
Vivir cerca del río, bienestar y conexión con la ciudad
Vivir junto al río cambia la forma de habitar la ciudad. Conocé cómo Núñez combina naturaleza, bienestar y vida urbana en equilibrio.
En los últimos años, la zona norte porteña experimentó una transformación profunda. Los barrios que bordean el corredor costero, especialmente Núñez, se consolidaron como una alternativa atractiva para vivir y para invertir. No es casual: la combinación entre naturaleza, conectividad y servicios genera un equilibrio poco frecuente en la ciudad.
La vida junto al corredor costero
Caminar por el borde del río en un día de sol es una experiencia que redefine el concepto de barrio. El corredor costero norte, que se extiende desde Ciudad Universitaria hasta la zona de Vicente López, ofrece kilómetros de espacios públicos, ciclovías, senderos y parques frente al agua.
En ese entorno, el ruido del tránsito se diluye y el tiempo parece avanzar distinto. Las familias salen a andar en bicicleta, los vecinos se encuentran para correr o simplemente caminar, y quienes trabajan remoto aprovechan la posibilidad de tener un respiro verde a pocas cuadras de casa. Esa combinación entre naturaleza y vida urbana se transformó en una de las razones principales por las que cada vez más personas eligen mudarse hacia esta área.
La planificación del corredor no solo mejoró el paisaje, sino que impulsó el valor inmobiliario de toda la franja norte. Los proyectos residenciales acompañaron este crecimiento con propuestas que miran al río, amplían sus balcones y apuestan por espacios abiertos que se integran al entorno.
El equilibrio entre ciudad y naturaleza
Uno de los principales atractivos de vivir cerca del río es la posibilidad de mantener una rutina conectada con la naturaleza sin renunciar a la vida urbana. En Núñez, esa combinación se vuelve tangible: calles arboladas, plazas cuidadas, cafés que se llenan al atardecer y un ritmo más pausado que el de otros barrios del corredor norte.
El contacto con el aire libre ya no se asocia solo con ocio o deporte. En la vida actual, se volvió un componente esencial del bienestar cotidiano. Poder salir a caminar antes del trabajo o terminar el día con vista al agua genera un tipo de descanso que no depende del tiempo libre, sino del entorno en el que se vive.
No es casual que en los últimos años haya crecido la demanda de propiedades con terrazas, balcones amplios o patios. La pandemia modificó la relación con los espacios, y hoy los ambientes exteriores se consideran casi tan valiosos como los interiores.
Un barrio en transformación constante
Núñez se encuentra en un punto ideal dentro de ese mapa de reconversión urbana. Su ubicación estratégica, entre Belgrano y Vicente López, le permite combinar lo mejor de ambos mundos: la infraestructura porteña y la serenidad de una zona residencial consolidada.
El avance del corredor verde y la recuperación de espacios costeros le dieron una nueva cara al barrio, con calles más transitables, bicisendas y plazas que hoy son punto de encuentro para vecinos y visitantes.
Esa renovación también se tradujo en una nueva arquitectura. Los edificios actuales apuestan por diseños sustentables, fachadas ventiladas, amenities funcionales y materiales que reducen el impacto ambiental. El resultado es un barrio que crece hacia arriba, pero sin perder su escala humana.
Conectividad y cercanía que marcan la diferencia
Vivir en el norte de la ciudad ya no implica aislarse. Núñez cuenta con una red de transporte variada que permite moverse con facilidad hacia cualquier punto. Las avenidas Cabildo, Libertador y General Paz ofrecen conexión directa con el centro y con la zona norte del conurbano.
El acceso al transporte público también es un factor clave: el tren Mitre y las estaciones del subte D mantienen al barrio vinculado con el resto de la ciudad sin necesidad de depender del auto. Además, la presencia de ciclovías bien mantenidas convierte la bicicleta en una alternativa segura y eficiente.
Esta conectividad, sumada al entorno verde y a los servicios de calidad, genera un atractivo difícil de igualar. Es la combinación ideal para quienes buscan estabilidad y una rutina menos agitada sin alejarse del movimiento urbano.
Viviendas pensadas para el bienestar
Los nuevos desarrollos residenciales en la zona norte se inspiran directamente en esta nueva forma de vivir. En lugar de apostar únicamente por el lujo, priorizan la funcionalidad, la iluminación natural y la integración con el entorno. Los proyectos con vistas abiertas, terrazas verdes y espacios comunes para disfrutar del aire libre son hoy los más buscados.
En el caso de los departamentos en venta en Nuñez, esta tendencia se expresa en proyectos de baja densidad, con diseños contemporáneos y materiales nobles. Los balcones amplios, las cocinas integradas y los amenities que realmente se usan —como parrillas, coworkings o gimnasios— se volvieron la norma. La idea ya no es acumular metros cuadrados, sino mejorar la experiencia de habitar.
La incorporación de tecnología también juega su papel. La domótica, los sistemas de climatización inteligente y la eficiencia energética ya no son lujos, sino características esperadas por un público que busca comodidad y control.
Nuevos hábitos, nuevos espacios
El auge del trabajo remoto consolidó esta tendencia. Las personas que pueden elegir dónde vivir priorizan barrios con espacios abiertos, buena conectividad y ritmo barrial. El concepto de “vivir cerca del trabajo” fue reemplazado por el de “vivir mejor”.
Esto se refleja en las búsquedas inmobiliarias: departamentos con vistas al río, terrazas, patios o amenities que favorezcan la desconexión. Las inmobiliarias adaptaron su oferta a este nuevo escenario, ofreciendo experiencias de compra más personalizadas y proyectos que se alinean con el bienestar integral.
Vivir en Núñez es hoy una elección que combina lo práctico y lo emocional. Es estar a minutos del centro, pero sentir que el día se desacelera apenas uno llega al barrio.















