María Selva Cabral, de 23 años, es la protagonista de una historia poco feliz. Internada en el hospital San Martín desde que un accidente de tránsito la dejó inmovilizada por una lesión en el fémur y la rodilla, ahora necesita un nuevo tratamiento para volver a caminar. En octubre del año ya había sido operada -después de una espera de cuatro meses- y le colocaron el tutor que necesitaba, pero su recuperación demanda ahora un injerto de huesos en la zona del fémur y la rodilla.
Tras una extensa internación, la derivarán a otra provincia
UNO conoció su caso a través de un mensaje de texto enviado por la joven. Nada parece haber cambiado desde aquel lunes 30 de setiembre: sigue postrada en una cama de la Sala de Traumatología de Mujeres del nosocomio de Paraná. “Me operaron después que salió la nota en UNO, me derivaron a Villaguay y volví a Paraná”, reconoció con un tono de voz casi imperceptible. Hizo varios viajes entre ambas ciudades, porque se le “aflojaba” -el tutor- o se desacomodaba y como ellos se lo pusieron tenía que volver, aclaró con evidentes signos de dolor. El accidente -un automovilista embistió la moto en que viajaba- ocurrido en mayo de 2013 le dejó graves secuelas en su miembro inferior izquierdo. “Me tienen que hacer un injerto de huesos y creo que una prótesis”, explicó cuando en la sala se cumplía el horario de visitas. Expresó que la intervención se demora porque el nosocomio no dispone de un banco de huesos y desde que le retiraron el tutor -en abril- sigue esperando una respuesta.
Sola y lejos de su familia
María es nacida en Villa Clara, en el Departamento Villaguay. Sus familiares tienen pocas oportunidades de visitarla, mucho menos de asistirla económicamente. Es que la falta de recursos hace que esa posibilidad sea cada vez más lejana. “En Villa Clara no les quieren dar para el pasaje ni nada por el estilo, todo por un tema de política”, enfatizó.
Admite que recurre a sus compañeras de Sala cuando el ánimo flaquea, pero la tranquilidad se acaba cuando florece el dolor en su pierna izquierda.
“No dormí -por ayer- en toda la noche. Me duele la fractura, si me aumentan la dosis de calmante después en la cirugía no me va a hacer efecto”, detalló. Contó que personas (a las que prefirió no nombrar) la están ayudando para poder gestionar el traslado para realizar el injerto óseo. “Hablo con los doctores, con los residentes y ellos hacen lo que pueden”, dijo sobre su relación con los profesionales que lo atienden.
Espera la derivación
Sobre una posible derivación a otro centro médico fuera de la provincia manifestó que posee poca información sobre el tema. “Me dijeron que puede ser Buenos Aires”, añadió. Mientras transcurre la hora de la merienda, la chica acomoda un par de elementos personales, cuando una enfermera la ayuda a ocupar una mejor posición en la cama. Pero el tiempo pasa y su recuperación no avanza.
“Hay un par de chicas que están conmigo y me levantan el ánimo y yo también a ellas. Acá hay un montón de casos y algunos más graves que el mío. Mi caso tiene que esperar nomás”, afirmó resignada. Como la de María, seguro habrá otras tantas historias que no se hacen públicas.
Banco de huesos
En una ronda de consultas con diferentes especialistas en traumatología, UNO pudo averiguar que son contadas las provincias que disponen de banco de huesos. Por lo general, la mayoría de los casos son derivados a Córdoba y Buenos Aires. El banco de la provincia mediterránea funciona a través de un convenio con la Facultad de Medicina, mientras que en Buenos Aires se atienden pacientes en los hospitales Italiano y Británico. Los huesos se obtienen de cadáveres mediante un meticuloso procedimiento: se realiza un estudio a la persona muerta, se lo analiza para constatar que se encuentre libre de infecciones y luego se lo congela. Los tratamientos tienen un elevado costo, según indicaron.
“Las cosas deben ser rápidas”
El director del hospital San Martín de Paraná, Eduardo Elías, tomó conocimiento de la situación de María Cabral. El funcionario afirmó que se está estudiando su derivación a otro centro médico.
“Lleva un año esperando, pero nosotros no tenemos la capacidad para realizar un injerto óseo. Esta chica además tiene que realizarse un reemplazo de rodilla”, indicó en diálogo con UNO. En relación al caso de la joven de Villaguay agregó: “Las cosas deben ser lo más rápido posible. Lo que más me preocupa es hacerme de la documentación, su expediente, para luego tramitarlo en el Ministerio de Salud”. Entre las alternativas para efectuar la derivación figuran Buenos Aires y Rosario aunque no se descarta ninguna posibilidad. “Tenemos que analizar los diferentes centros disponibles, pero a esa tarea estarán abocados los traumatólogos encargados de atender a la paciente”, precisó.
Tanto el injerto óseo como la prótesis para la rodilla tienen un elevado costo. Ello se debe a que “no se realizan en cualquier lugar. Se trata de prestaciones costosas. Pero a uno le importa desde el punto de vista presupuestario, aunque lo que más interesa es juntarme con toda la documentación”.
Explicó que el primer paso será solicitar presupuestos a los efectores de las diferentes instituciones médicas. “Voy a profundizar en el tema, pero no va a haber problemas en hacer la derivación”, confió el profesional.