Por varias razones los especialistas afirman que es difícil imaginar una pronta salida del escenario de pandemia, luego de haber transcurrido 18 meses del primer caso confirmado de coronavirus en la Argentina. El fuerte declive de la curva de contagios y de la cantidad de fallecidos es un síntoma positivo, pero sigue latente la amenaza de la variante Delta. La decisión política de ablandar aún más las medidas de cuidado para prevenir los contagios sigue generando voces a favor y en contra. Al hacer una evaluación de la situación sanitaria en Entre Ríos, el director general de Emergencia Sanitaria, Lucas Kercher, sostuvo: “Los casos se han reducido muchísimo; estamos en la etapa más baja del año y medio de la pandemia”.
"Puede haber un brote", dijo un funcionario de Salud sobre la cepa Delta
UNO/Juan Ignacio Pereira.
Para el médico Lucas Kercher, la situación sanitaria favorable no debe hacer perder de vista la amenaza de la variante Delta.
El responsable de coordinar el trabajo de las unidades de terapias intensivas en la provincia afirmó que el nivel de ocupación de camas en unidades críticas sigue bajando en el sistema público y el privado. “Por el momento tenemos una ocupación de camas total en la provincia del 60% y en lo que respecta a Covid-19, es del 12%. Vale decir que hace dos meses teníamos el 90% de ocupación de camas y un 70% de pacientes con coronavirus”, graficó el funcionario en declaraciones a UNO.
Los datos son el cabal ejemplo de la etapa más favorable desde que comenzó la crisis sanitaria que puso a prueba el sistema sanitario.
Esta situación también expresa una mejora en otros indicadores respecto del impacto de la segunda ola de coronavirus. En ese marco recordó que en junio se transitó la mayor tasa de letalidad por la enfermedad, que “coincidió con el período de mayor internación, el mayor pico pandémico que tuvo la provincia”, aseguró.
La realidad muestra que por el hecho de haberse descomprimido las unidades críticas, se pudieron atender casos de politraumatismos (accidentes de tránsito) y cirugías programadas. “Esto indica que al aumentar la circulación la terapia comienza a funcionar como polivalente”, precisó el funcionario del Ministerio de Salud.
Nuevas aperturas
Kercher se pronunció acerca de las medidas de flexibilización que regirán a partir del 1° de octubre. “Los cambios deben ser progresivos, el uso de barbijo, el lavado de manos y el distanciamiento físico en lugares cerrados deben ser todavía una premisa; todavía estamos con una variante que no sabemos cómo se va a comportar”, analizó. Sobre la incidencia que podría llegar a tener la variante Delta, respondió: “Es un tema para controlar, porque no sabemos cuál va a ser su respuesta inflamatoria. Se sabe que es mucho más contagiosa y ahora tenemos el poder de la vacuna. Son componentes que nos dan cierta estabilidad en el sistema público de salud. Puede haber un brote, puede haber un pico, es con eso donde estamos muy atentos”.
El trabajo en las UTI
Las autoridades de las diferentes áreas abocadas al trabajo en la primera línea de la pandemia se reunieron en la semana para hacer un balance del trabajo realizado. Según Kercher “se realizó un buen trabajo”.
“En todas las áreas ha sido positivo el trabajo, hemos tratado de que el sistema sanitario no colapse, si bien estuvo totalmente repleto, creemos que soportó dos brotes y dos olas que fueron altas. El trabajo que se hizo fue excelente”, destacó el entrevistado.
Y continuó con su diagnóstico de la atención brindada en los diferentes niveles en función de la importante demanda por las personas contagiadas con cuadros de coronavirus. “La idea era asegurar la asistencia. Después te puede ir bien o mal, como sabemos esta patología no tiene cura, está en la respuesta inflamatoria si el cuerpo del paciente lo aguanta. Pero lo importante para nosotros era asistir, que va de contar con una cama a todo lo que lo rodea”, apuntó el médico intensivista.
Vacunados en las UTI
“Tenemos gente que ha tenido primera dosis internados en terapia intensiva, no podría decir si hay un estudio que porcentaje y en cuánto tiempo. Por más que tengas aplicadas la vacuna, tenés que tener tiempo para desarrollar anticuerpos, que es lo que se quiere con la vacuna. Existió gente vacunada que se contagió de coronavirus. En general, son personas de entre 50 y 60 años, esa es la edad promedio”, ilustró el médico respecto de los casos graves de personas que se vacunaron.