Un pequeño productor que reside en cercanías de la localidad de Larroque, en el Departamento Gualegaychú, sufrió un nuevo caso de abigeato, pese al esfuerzo por evitar este tipo de prácticas.
Ya son cinco los terneros que le carnearon a un productor entrerriano
El hecho de abigeato, se produjo a unos 1200 metros de la Ruta 16, camino a Larroque, en el kilómetro 60.
El propietario del campo, el veterinario Ramiro Núñez, indicó que es la “continuación de algo que se viene dando desde hace un tiempo; pero en mi caso comenzó el 23 de mayo, cuando me carnearon cuatro terneros, presumo que para reducirlos, darle ‘valor agregado’ y vender lo producido. Aprovecharon la fiesta patria del 25 de Mayo”.
Dijo luego que “el golpe no se iba a repetir, pero me equivoqué. Llevaba más de diez años trabajando en el campo, nunca había pasado nada, pero ahora la historia cambió, me carnearon cuatro y el viernes otro más; realmente esto excede lo que puede soportar este pequeño negocio, porque con tantas pérdidas se torna inviable” afirmó.
Núñez indicó que a esos terneros “les daba de comer y tenía presupuestada la comida durante el invierno, para que estuvieran en buen estado y se amansaran, pero luego de las ‘carneadas’ decidí suspender las comidas y que los animales fueran un poco más ariscos y flacos, pero pese a todo, me mataron uno más”.
Finalmente el productor destacó la voluntad de la Brigada de Abigeato: “Vinieron, revisaron el lugar, tomaron la denuncia; ellos se mueven, sabemos que no es una tarea sencilla la que tienen, y muchas veces trabajan sin los medios necesarios”.
Luis Otto tuvo suerte, no lo visitaron en esta oportunidad. “Parece que vivimos en una zona liberada, nos acosan permanentemente y eso tiene su implicancia negativa porque uno va perdiendo ánimo ganas de hacer cosas; va creando una apatía hacia nuevos emprendimientos”, opinó. “Queda la sensación de que falta voluntad para determinar cosas. Hace un año – detalló -, me carnearon tres animales gordos, al día siguiente uno más, y esta no es gente que mata para comer; queda claro que está quien comercializa el producto de lo robado. Habría que buscar por el lado de quien compra la carne y la forma en que se expende”, finalizó en un artículo publicado en El Día.