El año pasado, el Tribunal Oral Federal de Paraná condenó a un hombre que había sido detenido en la zona del barrio Las Flores, con tres kilos de cocaína de máxima pureza. Ahora, su madre fue arrestada cuando viajaba en colectivo a visitarlo a la cárcel de Gualeguaychú, con casi medio kilo de la misma sustancia dentro del bolso. Luego, allanaron su vivienda de Puerto Viejo.
Viajaba con cocaína a visitar al hijo preso por narcotráfico
El martes pasado, personal de la Policía Federal de Gualeguaychú realizó un control en el kilómetro 5 de la ruta provincial N° 20 ,entre Gualeguaychú y Urdinarrain. Detuvieron la marcha de un colectivo, subieron a recorrer en el interior y notaron la actitud extraña de una pasajera que se puso nerviosa ante el procedimiento, cuando le pidieron el pasaje.
Ante esta situación, llamaron a testigos y requisaron el equipaje de la mujer. Encontraron en el interior una importante cantidad de cocaína, una parte sin fraccionar y otra distribuida en envoltorios pequeños. En total, la droga pesó unos 400 gramos, de un alto costo económico.
La mujer fue identificada como M.A.A., madre de José Mauricio Leonel Ayala, condenado por narcotráfico, que está alojado en la Unidad Penal N° 2 de Gualeguaychú. Todo apuntaba a que la mujer iba a visitar a su hijo, con el objetivo de ingresar la sustancia al establecimiento carcelario, donde sería distribuida y comercializada.
Por esto, el juez federal de Gualeguaychú, que ya había dispuesto la detención e incomunicación de la pasajera, solicitó a la Policía Federal de Paraná la averiguación del domicilio y luego envió el exhorto correspondiente para el allanamiento a la vivienda de calle Estrada al 1.500, en el barrio Puerto Viejo. Allí se secuestraron “elementos de interés para la causa”, según se precisó.
El hijo de la detenida, José Ayala, y un cómplice, cayeron en un procedimiento policial en la zona oeste de Paraná, en la noche del 19 de octubre de 2019. Iban en un VW Gol por calle Ameghino al 200, cuando un patrullero de la División 911 intentó detenerlos para identificarlos, pero el conductor aceleró y escaparon. Se inició así una frenética persecución que terminó 20 cuadras después, en el corazón del barrio Las Flores.
El vehículo que era conducido por Ayala se detuvo y el acompañante, Cejas, se bajó y salió corriendo con un bulto en sus manos. Un policía lo corrió y lo alcanzó a los pocos metros. Cuando revisaron el contenido de la mochila que llevaba Cejas, encontraron poco más de tres kilos de cocaína, de máxima pureza. El hombre, ahora de 30 años, fue condenado tras el juicio en septiembre del año pasado, como autor del delito de Transporte de estupefacientes a la pena de cuatro años y 10 meses de prisión y multa de 90.000, y se dispuso el decomiso del VW Gol que tenía un equipo de sonido muy costoso.
Tanto Ayala como su madre residen hace muchos años en Puerto Viejo. Muchos de su vecinos en la zona saben que no son los dueños del negocio narco en un barrio donde explotó la actividad narco. De hecho, ambos están relacionados a un peso pesado del ambiente delictivo que ha ganado mucho poder en los últimos años, con estrechos vínculos políticos, y que en el histórico barrio de Paraná lo ven moverse como patrón de estancia. Sin embargo, la Justicia nunca lo ha alcanzado, ni por narcotráfico ni por ningún otro delito, mientras vive con un nivel económico imposible de justificar.
Mientras, M.A.A. está presa y terminaría condenada por el transporte de la droga que llevaba a la visita carcelaria.