Un lugar donde decían comprar y acopiar cartón, pero ningún cartonero llevaba nada, despertaba demasiadas sospechas. La información llegó a la Policía Federal de Paraná que investigó el caso y confirmó que en realidad se trataba de un kiosco de venta de drogas a toda hora, en el corazón del barrio Humito. El viernes allanaron ese y otros tres domicilios, donde incautaron cocaína y demoraron a ocho personas, entre ellas el sindicado como dueño del emprendimiento de narcomenudeo.
Vendían cocaína donde simulaban compra y acopio de cartón
A partir de la información recabada por los investigadores, el agente de la Unidad Fiscal de Paraná Cristian Giunta abrió el legajo para determinar la actividad que se realizaba en el lugar señalado por las fuentes anónimas.
Se trataba de un precario galpón con paredes de chapa y madera y una cerca de pallets, llevando a la vera del arroyo Antoñico, rodeado de vegetación y algunas viviendas. Hasta tenía un banderín robo que flameaba en lo alto que anunciaba lo que, en su fachada, era la compra de cartón a los recolectores de la zona.
Los investigadores recorrieron la zona de difícil acceso y advirtieron a simple vista movimientos similares a los de un kiosco de drogas. En las tareas de vigilancia observaron que las personas que entraban allí llegaban sin carritos ni cartones en sus manos, y salían en seguida manipulando pequeños envoltorios en sus manos.
En la pesquisa surgió el nombre del presunto dueño del galpón, de sus colaboradores y otros lugares donde podrían haber guardado y fraccionado la droga.
Toda la información fue puesta a consideración del fiscal, quien solicitó los allanamientos al juez de Garantías Eduardo Ruhl. Los procedimientos se efectuaron al atardecer del viernes.
Al momento de arribar al galpón, quienes estaban adentro intentaron descartar bochitas de cocaína a través de un agujero hecho en una pared de madera, aunque no sirvió de nada porque la droga quedó apenas del otro lado de la pared y fue secuestrada, con la presencia de testigos. Era una escasa cantidad, pero que podría servir para demostrar la actividad que se habría desarrollado en el lugar.
Además, hubo al menos dos personas que recientemente habían comprado drogas que fueron identificadas con la sustancia en sus bolsillos.
Simultáneamente allanaron el domicilio del principal sospechoso, C.M., alias Tarta, donde encontraron la suma de 140.000 pesos. Otra vivienda ubicada en el barrio Alloatti fue requisada como presunto lugar de almacenamiento de la droga, aunque no localizaron sustancias pero sí municiones: había unos 60 cartuchos calibres 38 y 9 milímetros, y de escopeta.
El fiscal ordenó el traslado para identificación de ocho personas. No hubo detenidos, aunque con el correr de los días se evaluará si se imputará al acusado de ser el dueño del kiosco de drogas.
Se informó que allí vendían bochitas de cocaína a 500 pesos la dosis. Las mismas estaban en “piedras”, es decir que no parecían haber sido previamente estiradas sino sacadas del mismo ladrillo tal como llega desde el proveedor.
El Tarta, que no tendría ocupación ni ingresos lícitos conocidos, según se sospecha en la causa, regenteaba el galpón de venta de droga pero también tenía a varias personas que empleaba para el comercio, todos muchachos de muy bajos recursos que viven la zona, en situación de vulnerabilidad social.
No es la primera vez que este hombre de unos 30 años está en la mira de una fuerza de seguridad. A mediados del año pasado fue la Dirección Toxicología la que lo investigó y allanó, y secuestró marihuana fraccionada, dinero, celulares y un auto. Luego, la División Robos y Hurtos (Dirección Investigaciones) también fue a requisar su vivienda en el marco de una causa por un robo, en busca de elementos sustraídos, que posiblemente habían sido canjeados por droga.