Javier Aragón / redacción de UNO
Todo bicho que camina o vuela..
En Córdoba hay un debate sobre si es pertinente o no incorporar palomas como menú alimentario. Todo se inició con la iniciativa difundida por un funcionario que tras cartón fue desplazado por el gobernador justicialista, Juan Manuel de la Sota.
Consultando algunas personas y por mensajes que llegaron a este periodista, es como que la población, al menos de Entre Ríos, no se escandaliza por la posibilidad de comer palomas. Me confirmaron que en Paraná se prueba como un manjar la paloma al escabeche o estofada. Se indicó que no solo esta ave, ligada con el símbolo por la paz, puede ser servida a la mesa de pobres y ricos, sino que hay otro tipo de animales que pueden seguir el mismo camino y que no se sabe.
El cuis, que es un pequeño roedor, es más que apetecible sobre todo en las poblaciones rurales, y en esta capital entrerriana, gurises de la costa salen a cazarlos esperando que el sol los caliente para poder hacerles puntería con las gomeras. El debate debe ser mucho más profundo en la Argentina, que es un país agroganadero y que en algún momento de la historia se dijo que era el granero del mundo, donde es un hecho delictivo que cada vez haya más casos de desnutrición.
En el campo como en la isla se come cualquier bicho que camina o vuela. Son cocinados todo tipo de pescados, animales de cuatro y dos patas. Esta población no debe ser vista como ligada con las cavernas, sino que por su forma de vida y costumbres es normal que mate para alimentarse a zorrinos, a los que se les sacan las glándulas que emanan el pestilente olor, iguanas, carpinchos, liebres, conejos, ranas, guazunchos, ciervos, chanchos jabalí y hasta las gallinetas como otras aves acuáticas, que bien cocinadas llenan la panza. Muchos de estos animales, que para muchos es vomitivo comerlos, resulta ser que en algunos sectores pudientes pagan fortunas para servirlos en sus mesas. ¿Qué es lo complejo? Matar palomas para comerlas, que dicho sea de paso no caen mal a los humanos; ¿o bien romper los mitos que quieren imponer y ligar esa sabia y añeja costumbre con personas de escasos recursos más bien ligados a la indigencia y a alguna tribu aborigen aún existente en la república Argentina?