El sacerdote de la capilla San Martín de Porres de Para
Sacerdote Germán Brusa dijo tener miedo tras ser amenazado
ná, Germán Brusa denunció sentir miedo, tras ser amenazado por una familia que usurpó durante años una propiedad del Arzobispado. Se trata de una propiedad ubicada en calle Los Minuanes esquina Indios Bohanes, en barrio Anacleto Medina, que la Municipalidad cedió hace años a la Iglesia Católica para construir allí un salón de usos múltiples.
Germán Brusa contó a la Radio de UNO (88.7 La Red Paraná) que en el año 1994 la Municipalidad de Paraná le donó al Arzobispado un terreno para hacer un salón de usos múltiples. Pero el lugar fue usurpado entre 2008 y 2009 por una familia que al salón construido además le anexó un negocio, y después los alquilo.
El Arzobispado inició una causa judicial para reclamar el desalojo a fines de 2019 y principios del año pasado cuando los vecinos conocieron que el lugar estaba a la venta.
La justicia le dio la razón a la Iglesia Católica y ordenó el desalojo que se efectuó el viernes. Sin embargo, Gisela Gómez, empleada del Concejo Deliberante, trató de oponerse, ya que se considera dueña del lugar. El viernes cuando tenía que entregar el salón amenazó a Brusa y también a los Policías.
Ese salón fue utilizado por la capilla San Martín de Porres para la celebración de misas, para dictar catequesis, para el funcionamiento de un merendero y también para dictar talleres de costura y de tejidos.
El sacerdote contó que "la mujer presentó una documentación que data de 2013 y 2014 donde la Municipalidad le da permiso de uso", y añadió: "hay una irregularidad porque ella trabaja en el Concejo".
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“La señora Gómez reclamó su vivienda y lo hizo haciendo todo un ejercicio de violencia, no solo verbal sino física. Intervino la Policía, la sacaron por la fuerza, ella intentó prenderse fuego y le tiró nafta a una funcionaria policial. En ese escenario, quedamos en la casa totalmente desprotegidos”, detalló el religioso
“Hubo una actuación de la Policía para que podamos tener seguridad, pero recibimos amenaza de muerte de uno de los hijos de Gómez, y de parte de alguien que está en el sindicato municipal, Leandro Castrogiovanni”, señaló el cura.
“El domingo fuimos a celebrar la misa porque tratamos de darle vida a ese lugar, que sea lo que era antes, porque es muy significativo por las actividades que se realizaban, como las misas y las catequesis, y también funcionaban un merendero y talleres de tejido y costura, de artes visuales”, sentenció.