La investigación por el crimen de "Jairo" Morales en Paraná, va desnudando una realidad de narcos que permanecía oculta. Hace más de 20 años organizaciones dedicadas al narcotráfico lideradas por personas de nacionalidad peruana se asentaron en la ciudad de Buenos Aires y sectores del conurbano bonaerense. El principal y más famoso jefe narco Marco Estrada González, alias Marcos, cumple una condena de 24 años de prisión y ahora hay otros personajes que dominan, con un ejército de soldados, el territorio del Bajo Flores, como Jhony Ray Arnao Quispe, más conocido como Pantro. Dominan el mercado de la cocaína, cuya calidad y precio les permite competir en las mejores condiciones.
El crimen de Jairo y el arribo de narcos peruanos a Paraná
El día que mataron en Paraná a Carlos Daniel Tello Morales, alias Jairo, hubo movimientos extraños en la ciudad. Desde la misma noche del miércoles 30 de marzo y al día siguiente, en la casa de la novia de la víctima, ubicada detrás del barrio Belgrano, se observó una intensa llegada de vehículos con personas desconocidas y, a juzgar por el acento de sus voces, eran integrantes de la comunidad peruana. Querían saber qué había pasado con su paisano y tal vez por dónde vinieron los disparos que terminaron con la vida de Jairo.
La investigación por el asesinato aún no tiene sospechas firmes sobre quiénes son los sicarios que atentaron contra el hombre de 37 años. Pero todo va apuntando a que se trató de un crimen ocurrido en el contexto del narcotráfico.
Según apuntan todos los indicios con cierta certeza, Jairo era un proveedor de cocaína de distintas bandas de narcomenudeo de Paraná. Hace, como mínimo, un año y medio o dos que estaba radicado en la capital entrerriana. Lo conocían también por dedicarse a los préstamos informales, pero cada vez más pistas señalan que el comercio de drogas era su actividad principal.
De hecho, en los instantes previos a ser acribillado a balazos en calle Ameghino, a unos 100 metros de República de Siria, había estado en contacto con uno de sus clientes: el Ruso, un famoso vendedor de drogas del barrio San Martín de Paraná, quien cuenta con un pasado en la cárcel y en los últimos años se convirtió en el jefe de una banda que cuenta con varios soldados y revendedores.
La novia había declarado que Jairo estuvo en su casa y se fue en un remís hacia calle Ameghino a la casa del tío de ella, por razones que no convencieron a nadie. En parte esto era cierto, porque el hombre cayó muerto a metros de la casa del tío de su novia. Pero está confirmado con varias pruebas, que Morales había ido a la casa del Ruso, como se ha dicho, un narcotraficante.
Esto es ya un avance que comienza a orientar la pesquisa hacia un ámbito donde claramente se planeó y ejecutó el crimen. Aunque aún no se sabe quiénes eran los dos muchachos que iban a bordo de una moto de 110 cc. negra, sin patente, que mataron al peruano. Y muchos menos, quién sería el que encargó el trabajo criminal.
Este caso no es el primero que ubica a narcos peruanos como proveedores de droga de bandas locales; pero sí el primero que marca una presencia permanente de células de los grupos que dominan territorios enteros en Buenos Aires.
El que más trascendió fue Wilber Figueroa Lagos, alias Tío o Pariente, quien cayó detenido en mayo de 2018 en el marco de la investigación que desbarató la banda liderada por Daniel Tavi Celis. Este hombre estaba en la casa de calle Don Segundo Sombra y República de Siria la noche del allanamiento de la Policía Federal. Había llegado unos días antes y no se iba a ir hasta que el narco de Paraná le pagara toda la deuda. Wilber habría sido enviado por quien le proveía la droga a Celis, el también peruano Johan Edgardo Arias Quintana, alias el Mayordomo, quien manejaba una banda radicada en la localidad bonaerense de Avellaneda.
Ahora, el homicidio de Jairo Morales destapa una realidad que se mantenía oculta: un clan narco peruano de Buenos Aires que se había asentado en Paraná, a través de la víctima, para manejar la provisión de drogas a grupos locales.
La causa del asesinato está a cargo del fiscal Mariano Budasoff y la División Homicidios de la Policía. Se han tomado numerosos testimonios, algunos de los cuales, como ha informado UNO el viernes, generaron más dudas. Por esto, serían imputadas dos mujeres por el delito de encubrimiento: la novia de Jairo y una amiga de la chica. Esta última tiene citación para el miércoles en la Fiscalía. Se ha comprobado que están ocultando información.
A su vez, los investigadores están en la búsqueda de los motociclistas asesinos. Hay indicios y videos de cámaras de seguridad que permiten establecer el recorrido de una moto similar con dos ocupantes. Pero, tal como ha ocurrido con el triple crimen perpetrado por sicarios en 2020, en este tipo de casos no es fácil llegar a ellos.
En este marco, no se descarta que hoy se realicen allanamientos en la zona oeste de Paraná, cerca de donde ocurrió el homicidio.