Finalmente, luego de varios intentos y cambios de abogados, se presentó el acuerdo de juicio abreviado entre la Fiscalía y Mario Gerardo Tórtul, imputado de graves hechos de violencia de género. Con una gran cantidad de pruebas en su contra, el hombre aceptó cumplir tres años y medio de prisión, y así evitar un juicio donde podría recibir una condena mucho más dura. Le costó confesar en la audiencia haber mantenido encerrada y haber golpeado a su expareja, aunque al final pudo decir que sí cometió los delitos.
Acordó condena de prisión por golpear y encerrar a la ex
El hecho ocurrió entre el 17 y el 23 de diciembre de 2021,cuando Tórtul mantuvo retenida a la mujer y la forzó a consumir bajo drogas amenaza. El día que la mujer pudo escapar de la vivienda ubicada en la zona de calles Francia y Londero, fue porque Tórtul se había dormido de tanto consumir sustancias. Llamó desesperadamente a una amiga y al 911. Cuando la Policía la encontró, le contó a los efectivos lo que había sufrido. Estaba golpeada entera. Luego declaró lo sucedido en la Fiscalía y los médicos forenses constataron las lesiones compatibles con la agresión que la mujer sufrió.
La víctima contó que se conocieron con Tórtul mediante Facebook, mientras el hombre estaba en la cárcel cumpliendo una condena y salía cada 15 días. Se fueron a vivir juntos y en poco tiempo comenzó el infierno. Aseguró que, producto de la droga que consumía, Tórtul alucinó que la engañaba, empezó a golpearla en todas partes del cuerpo y “se tomó hasta las pastillas para la depresión” que un médico le había recetado a ella.
Relató que intentaba salir de la casa pero no podía. Que la llevó a comprar más drogas y de camino fue la seguía golpeando. Consumía más, y más violento se ponía.
“Desde el viernes 17 hasta hoy, jamas pude salir de mía casa, perdí contacto con mi familia y mis vecinos”, contaba la mujer.
“Típica violencia machista, celotípica, característica de la violencia de género”, describió el fiscal Franco Bongiovanni, al exponer el caso en la audiencia de ayer en la cual se solicitó la condena en el marco del juicio abreviado.
“Todo esto (por el relato de la víctima) está demostrado por prueba objetiva”, aseguró, y enumeró los llamados al 911 que quedaron grabados, entre ellos el de la hermana de la víctima pidiendo por favor que vayan a la casa de su hermana a auxiliarla.
El 27 de diciembre, cuatro días después de haber escapado, la víctima regresó a la Fiscalía, donde su intención parecía ser rectificar algunas cosas de lo que dijo, pero lo único que cambió fue que no la había obligado a consumir drogas, confirmando todo lo demás: la violencia de Tórtul y las amenazas de muerte hacia ella, sus hijos y el resto de su familia.
Resulta que dos días antes, el 25, la madre de Tórtul había llamado a la comisaría 16° para advertir que la mujer estaba en su casa con su hijo, quien se encontraba con prisión preventiva domiciliaria.
Luego, el 13 de febrero, la mujer iba a denunciar nuevamente, ratificando lo que había dicho en el primer relato, y afirmando que había ido a la vivienda de Tórtul porque estaba asustada porque le decía que iba a matar a sus hijos.
En la pericia al celular de la víctima, detalló el fiscal, se encontraron los mensajes y audios que le enviaba Tórtul, por demás elocuentes acerca de la violencia y las amenazas.
“Aún privado de la libertad con domiciliaria, Tórtul intentó que la mujer sea objeto de su voluntad”, dijo Bongiovanni.
Finalmente, pidió la condena de tres años y medio de prisión efectiva por el delito de Privación ilegítima de la libertad doblemente agravada. El juez de Garantías Eduardo Ruhl interrogó a Tórtul sobre si confesaba los hechos y si consentía la pena que debía cumplir. Por momentos titubeó y quiso dar alguna que otra argumentación. El juez lo interrumpió y le aclaró que si quería alegar algo, que debía ir al juicio, que esa era la instancia de un abreviado y debía responder si estaba o no de acuerdo con lo desarrollado por el fiscal. Terminó diciendo que sí.
El próximo viernes, Ruhl dará a conocer la sentencia en la que podrá homologar o no el acuerdo.
Al finalizar la audiencia, Tórtul preguntó si podían ponerle una restricción a su víctima, porque le enviaba mensajes amenazantes y le decía que pretende lastimar a su actual pareja. Es decir que el hombre tiene un celular en la Unidad Penal. El juez le explicó que podía denunciar lo que quisiera.