Las empresas concesionarias del servicio de transporte público de Paraná, Mariano Moreno y ERSA, nucleadas en Buses, se pronunciaron luego del anuncio de la Unión Tranviarios del Automotor (UTA) que dispuso un paro total de los colectivos en la ciudad y su Área Metropolitana. Los privados le echaron la culpa al Estado.
Paro de colectivos: empresas culpan a los gobiernos
Foto: UNO/Diego Arias
El comunicado reconoció que este lunes las empresas que forman parte de Buses pagaron los salarios de mayo sin los aumentos firmados en el acuerdo paritario celebrado el 18 de mayo pasado. Ese fue el motivo que activó la huelga que los choferes tenían en suspenso.
Pero los empresarios justificaron que "el cumplimiento de dicho acuerdo fue condicionado por FATAP al íntegro y puntual cumplimiento de los pagos que el Estado debe efectuar en materia de asistencias al transporte, lo que a la fecha no ha sucedido".
La falta de fondos públicos, advirtieron desde Buses, "nos coloca en una situación de imposibilidad material de abonar los salarios pactados en la negociación paritaria".
"Tanto el Estado nacional como el provincial, lamentablemente faltan a la verdad cuando afirman que se encuentran abonadas todas las acreencias que nos corresponde como operadores del sistema de transporte concesionado", acusa el parte de prensa de las empresas.
Y también castigan al Municipio de Paraná, que "se muestra ajeno a una situación que perjudica a los usuarios y pone en riesgo la continuidad de las empresas y de los puestos de trabajo que ellas generan".
os empresarios aseguraron que Buses tiene "plena voluntad de brindar un servicio de calidad, regular, continuo y seguro a los usuarios".
Contrato roto
Las empresas aclararon que "hace largo tiempo no se respetan las disposiciones de los pliegos licitatorios y del contrato de concesión, incumpliéndose sistemáticamente las normas dispuestas para dotar a la prestación de sustentabilidad técnica y económica, lo que evidencia un claro desinterés en el mantenimiento y mejora del servicio".
El último párrafo del comunicado empresarial no es casual ni superficial, ya que le pasa al Estado la pelota sobre el incumplimiento de las condiciones acordadas en el pliego que concesionó el transporte público de la ciudad a Buses. El vergonzoso servicio que prestan Mariano Moreno y ERSA en la capital entrerriana ha tentado a miembros del gobierno municipal a considerar la posibilidad de quitarle la concesión, aunque sea una cavilación que no dirán ante un micrófono.
El contrato fija en qué situaciones el contrato se considera roto y se justifica la rescisión -o sea el retiro o cancelación- de la concesión. Algunos de estos motivos son el abandono de la prestación del servicio o “las reiteradas y graves violaciones al contrato”.
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Incluso aclara: “en ningún caso el Concesionario podrá dejar de prestar el servicio aduciendo la falta de rentabilidad de la tarifa o déficit de explotación. La falta de prestación por tales motivos constituye causal de rescisión por culpa del Concesionario".
Buses advierte a la contraparte, o sea el Estado, "no se respetan las disposiciones de los pliegos licitatorios y del contrato de concesión", que si se pone sobre la mesa el incumplimiento de contrato y la posibilidad de rescindirlo, las empresas también acusarán que no fueron ellas las que lo vulneraron.
Una discusión en la que, en verdad, los únicos que verdaderamente perderían serían los miles de usuarios de Paraná y su Área Metropolitana que dependen de los colectivos para trasladarse.