El padre Rodolfo Ciuffo Cortese, más conocido como el padre Cacho, fue el impulsor de la entronización de la imagen de San Expedito, en la capilla San Martín de Porres de Paraná. Tras su fallecimiento, en mayo de 2014, fue el padre Germán Brusa quien mantuvo la tradición de las misas y bendiciones cada 19 de abril en dicha comunidad.
Paraná: El padre Cacho y la devoción a San Expedito
Por Dina Puntín
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Imagen. El padre Ciuffo, fallecido en 2014, fue el promotor de traer a San Martín de Porres, la imagen de San Expedito.
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En comunidad. El padre Cacho compartió en Anacleto Medina sus 25 años de sacerdocio.
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Tras la salida del padre Brusa, en febrero de este año, las misas de este martes serán oficiadas de manera alternada por tres sacerdotes y el obispo. De esta manera quedó diagramado el programa patronal: la misa de la medianoche estará a cargo el padre Leandro Bonnin, párroco de Cristo Peregrino; a las 10, será el padre Mario Gervasoni; a las 14.30, el padre Ramón Zapata y la celebración central, a las 17.30, estará a cargo de monseñor Juan Alberto Puiggari, junto con el padre Bonnin.
De esta forma se mantiene la fe que, desde hace muchos años, los devotos de San Expedito saben que pueden encontrar en el barrio Anacleto Medina. Fue allí que nació la devoción por intermedio del ya fallecido y siempre recordado padre Rodolfo Cacho Ciuffo.
“Él era devoto del Santo y como a él mismo le cumplió un pedido que necesitaba con cierta urgencia es que trajo la imagen a la capilla. Primero una imagen mediana y luego la imagen grande que actualmente se venera. A partir de ahí comienza las celebraciones todos los 19 de cada mes. La difusión se ha ido haciendo como generalmente se dice: de boca en boca. Así la gente fue descubriendo que en esta capilla sucedía algo distinto. Es como una especie de santuario donde mucha gente viene a buscar paz, amor, perdón. Mucha gente viene buscando un cambio en su vida y le pide a San Expedito que sea Hoy", contó el padre Germán Brusa a UNO, en una entrevista para el suplemento De Santos del año 2016.
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La historia sacerdotal del padre Cacho nació de manera tardía. Él mismo le había contado a UNO, que sentía el llamado de Dios pero no se animaba a entrar al Seminario. “Siento una gran alegría, estoy muy contento y también muy arrepentido de no haber entrado antes al Seminario. A mi edad la mayoría de los curas festeja los 50 años como sacerdote, y en mi caso son solo 25”, dijo en una entrevista de agosto de 2012.
Oriundo de Santa Fe, nació el 26 de noviembre de 1938 en Las Toscas, al límite con Chaco. Vivió en Sunchales, Rosario y Buenos Aires. Empleado legislativo, a los 45 años ingresó al primer año del Seminario. En 2013 y junto a la comunidad de San Martín de Porres -donde había llegado unos siete años atrás- celebró sus 25 años de ordenación sacerdotal. Falleció el 7 de mayo de 2014, a los 75 años, luego de permanecer internado por inconvenientes cardiológicos, pulmonares y renales. También había estado al frente por varios años en la capilla San Vicente de Concepción del Uruguay donde dejó un grato recuerdo.
Su mayor satisfacción, según sus propias palabras: “servir a la gente, a los demás, porque el sacerdote no está solamente para servir a Dios, que está en el cielo, sino para acompañar al Dios que cada persona lleva en su corazón, a través de una palabra de aliento al hermano que está sufriendo y también a quien necesita un consejo o precisa el perdón”.
Quienes lo conocieron afirmaron que: "Que no tenía miedo de meterse en el barro. Nada de lo humano le era ajeno, así era su compromiso sin fronteras para el más humilde o para quien en ese momento lo necesitara. Trabajando con vocación en la Pastoral Carcelaria o impulsando campañas solidarias para ayudar a los gurises”.
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Hoy, no mañana
En varias oportunidades, el padre Germán Brusa explicó el significado de la devoción a San Expedito. "El Hodie (Hoy) de San Expedito concentra no sólo las expectativas de una cultura de la insatisfacción, sino también el deseo existencial de plenitud y la respuesta teológica que sólo la Iglesia puede dar. El hoy de la vida cotidiana del hombre se hace pleno en el Hoy de la Gracia actual que el Espíritu Santo da a todos aquellos que se abren de corazón a ser transformados por Dios. En el Hodie de San Expedito convergen las expectativas más profundas del corazón humano y la respuesta más propia de la vocación de la Iglesia. La gente no quiere esperar un cambio en su vida, lo necesita ‘ya’; y la Iglesia no puede quedarse quieta sino que tiene que responder ‘ya’ a este llamado”, dijo al suplemento De Santos, de UNO.