Germán Brusa, es sacerdote. Llegó hace casi ocho años a la parroquia San Martín de Porres, en el barrio Anacleto Medina, aunque ya en 2012 frecuenta la capilla Cristo Peregrino. Ambas están situadas en la zona suroeste de Paraná, una de las más vulnerables y postergadas y allí, además de evangelizar compartiendo la palabra de Dios, con acciones concretas comenzó una obra social con la que logró enseñarles a muchos gurises del lugar que podían soñar con un futuro mejor.
Se despide de Paraná el cura más querido de las periferias
Por Vanesa Erbes
Tras una serie de logros y cumpliendo con su anhelo de seguir formándose, la semana que viene se mudará a Córdoba, al menos por dos años, para cursar la licenciatura en Teología. Estudiar es una de sus pasiones, y ya tiene en su haber otros títulos, como el de bioingeniero, una carrera que dejó a un lado ya recibido para seguir su vocación. Y luego de ordenarse como sacerdote el 8 de mayo de 2010, hoy además es magíster en Educación y bachiller en Teología.
Como despedida, mañana a las 19 oficiará su última misa en el barrio, propuesta por la comunidad de San Martín de Porres y de Cristo Peregrino, donde caló hondo en los corazones de la gente. Claudia Olivera, docente del Centro de Capacitación Laboral N° 16 que colaboró con las obras del Brusa, reflejó el sentimiento de muchos vecinos del lugar y comentó: “Se lo va a extrañar en el barrio al padre Germán, porque ha hecho una labor social muy importante. Fue realmente una tarea loable”. Asimismo, expresó: “La misa seguramente va a ser muy emocionante y todo Anacleto va a concurrir”.
“Es muy importante que se continúe su obra, sobre todo su escuela Pablo de Tarso”, dijo, haciendo alusión a la primera escuela de gestión social en la provincia, impulsada por Brusa con un grupo de amigos y allegados para que los chicos de este sector de la capital entrerriana tuvieran un espacio pudieran seguir estudiando cuando cerró la cerró sus puertas la escuela pública de gestión privada Nº 22 San Antonio María Gianelli, ya que irse a estudiar a una institución educativa del centro u otros lugares no era una opción para la mayoría y se iban a quedar sin título secundario.
El sacerdote gestó este espacio convencido de que la educación es una herramienta que ayuda a abrirse camino y a lograr la inclusión de quienes que por haber crecido en un contexto adverso tienen menos oportunidades. En el 2019 egresó la primera promoción, y hoy ya son 15 los alumnos que obtuvieron se título de Bachiller en Ciencias Naturales.
Sobre la continuidad de este trabajo, Brusa contó a UNO: “Independientemente de que yo esté o no, siguen en pie la Fundación Presencia Presente y la escuela, en la que hubo rotación en el caso de los directivos, pero después sigue todo igual. Para este año, por ejemplo, la Fundación tiene el proyecto de abrir una escuela de capacitación laboral, y se sigue la proyección para el 2023 de abrir una escuela para jóvenes y adultos”.
Con sentimientos encontrados, Brusa comentó: “Sigo siendo sacerdote de la Diócesis de Paraná, nada más que voy temporalmente a hacer estudios a Córdoba y a prestar servicios pastorales en otra Diócesis. Lo que no sé es si dentro de dos años vuelvo al mismo lugar o qué irá a pasar”.
También aclaró que a esta decisión la tomó en 2019, aunque se fue postergando por distintas cuestiones, y que no está vinculada al hecho de violencia del que fue víctima el año pasado.
Por último, visiblemente emocionado, confió que estos años en el barrio fueron “una experiencia de aprendizaje intenso”.