Dicen los expertos que las primeras horas luego de un crimen son las que determinan el éxito o el fracaso de una investigación, y este sábado a las 9.02, Cristina Fernández de Kirchner arrojó una bomba que descolocó a propios y ajenos.
Recalculando
Cristina Fernandez pateó el tablero y desorientó a propios y ajenos. Reacciones, confusiones, y estrategias a contramano.
Por Paula Eder
18 de mayo 2019 · 21:26hs
La primera reacción del gobierno llegó hora y media después del anuncio de la fórmula Fernández - Fernández. A las 10.26, Hernán Lombardi, el titular del Sistema Federal de Medios, escribió: "Cámpora al gobierno, Perón al poder terminó en Isabel, Videla y la catástrofe", dijo en su cuenta de Twitter. La comparación con el inicio de la dictadura militar, para muchos sonó algo desmedida, pero para entonces toda la atención estaba puesta en el anuncio de la fórmula, que en minutos escaló a los primeros lugares de las tendencias, y el tweet de la expresidenta ya se acercaba a los 5.000 retweets.
En la tele, Julio Bárbaro apenas salía del closet de los potenciales votantes de CFK –defraudando a los amigos de la tele cosechados durante la última década– cuando la noticia lo hizo estallar, ahora, contra el flamante precandidato: "Es mala persona, nadie lo quiere, no lo votaría nunca", decía un Bárbaro despechado, al que le acababan de cambiar las medialunas del desayuno, por un amague de aquellos. Buen provecho, Julio.
Elisa Carrió, reaccionó a las 12.09. Quizás nos tenga mal acostumbrados, pero su analogía con Jack El Destripador vía Twitter supo a poco. Más de una hora después, Laura Alonso, la cuestionada titular de la Oficina Anticorrupción, enamorada confesa del hijo de Franco y otrora karateca de Twitter, pasó por la red social a dejar su tibio aporte: "Nada peor que la pólvora húmeda", dijo, sin hacer mucho ruido. El diputado del PRO, Pablo Tonelli, optó por tomar la misma dirección que miles de usuarios de redes: "Nadie va a pensar que va a gobernar él, va a gobernar ella", sintetizó.
Los mismos que apenas 48 horas antes habían señalado a Alberto Fernandez como alguien capaz de manipular a la Corte Suprema, ahora afirman que el ex jefe de gabinete de Nestor Kirchner sería una marioneta de la expresidenta. En el mismo sentido se cruzaron las primeras sensaciones en la televisión. A esa hora los medios más oficialistas ya habían puesto a circular un sinfín de imágenes de archivo recordando cada cruce que Alberto Fernández tuvo con su compañera de fórmula en 10 años, que fueron varios, por cierto, y bastante picantes. Cristina llegó a decir que Alberto era un "hombre de Clarín", sin embargo, cerca del mediodía los twitteros del oficialismo convirtieron #ArrugóCristina en tendencia.
Estrategias a contramano, mensajes apresurados y confusión.
Días atrás, con la caída de la imagen presidencial, Cambiemos salió a recuperar la aprobación ciudadana a través de Facebook, Twitter e Instagram, el "lugar seguro" del Presidente. El objetivo del video habría sido mostrar al mandatario "cerca de la gente que la está pasando mal", a través de una "estrategia multifocal" que incluyó, la publicación de los anuncios a través de internet y un video donde se lo ve al presidente en la casa de una familia explicando las medidas que, minutos más tarde, anunciarían en conferencia de prensa con los ministros Carolina Stanley, Nicolás Dujovne y Dante Sica.
Llovieron las críticas, y justo cuando el presidente jugaba en Instagram con permiso de Peña -que salió a defender la estrategia-, CFK irrumpió se puso en el centro de la escena con el anuncio de un libro de 600 páginas y dejó el código millennial fuera de juego.
Un mes después, el anuncio más esperado (y especulado) entró en puntitas de pie un sábado a las 9 de la mañana, se acomodó en las pantallas de los recién levantados y fue estallando de a poco. ¿El caballo de Troya? un video de 12 minutos, con un título casi sin indicios del valor del contenido, contradiciendo a legiones de autodefinidos "gurúes" de las redes sociales que vienen repitiendo hace una década, como tristes loros, el cuento de lo efímero y lo breve como requisito excluyente para convencer.
Cuando todos advertían que la campaña se disputaría vía WhatsApp, Cristina elige escribir un libro, encripta un mensaje en un video 10 veces más extenso de lo recomendado; elige un candidato con quien estuvo peleada 10 años, que en la propia contradicción que representa, encarna la idea del consenso largamente reclamado a la clase política. Es indiscutible que Cambiemos siempre está un paso adelante en materia de contenido y estrategia digital, pero lo de este sábado fue una invitación a disputar también ese terreno. Cristina otra vez pateó el tablero y obliga a todos recalcular sus estrategias; sin que nadie la vea venir movió la primera ficha, unificó a los propios, incomodó a los ajenos, y ahora los ojos están puestos en el terreno opuesto.