El concordiense Juan Martín Galarraga es el preparador físico de Los Pumas 7 desde 2021 y cumple un rol clave en el funcionamiento del equipo.
El secreto del éxito en Los Pumas 7
Por Gerónimo Flores
Foto: Gentileza/Prensa UAR
El secreto del éxito en Los Pumas 7.
Los Pumas 7 atraviesan un gran momento deportivo. Los dirigidos por el histórico Santiago Gómez Cora (fue zaguero del equipo desde su debut en el 2000 y participó en los mundiales de Hong Kong 2005 y Dubái 2009) ganaron el Seven de Nueva Zelanda (14-12 a Nueva Zelanda), Canadá (33-21 a Francia), Londres (35-14 a Fiyi) y Sudáfrica (42-12 a Australia). Además, lograron la presea dorada en los Juegos Panamericanos que se llevaron a cabo en Santiago de Chile (24-5 a Chile). Un 2023 coronado de alegrías.
Plantel pretemporada 2024
El seleccionado nacional buscará seguir por el sendero del éxito y demostrándole al mundo que está para pelearle a cualquiera. El objetivo principal será París 2024, donde buscará mejorar lo realizado en Tokio 2020 (Medalla de Bronce).
Su staff está compuesto por Santiago Gómez Cora (head coach), Leonardo Gravano (entrenador), Tomás Romero (mánager), Julián Ferraris (kinesiólogo) y el entrerriano Juan Martín Galarraga (preparador físico). El concordiense forma parte del plantel desde septiembre de 2021 y juega un papel fundamental. Es el encargado de diseñar los programas de entrenamiento y mejorar el nivel de los jugadores. Pero su trabajo no consiste solamente en garantizar que los deportistas alcancen su mejor nivel físico, ya que también debe elaborar un plan de desarrollo que encaje con la filosofía de juego del entrenador.
UNO tuvo la grata posibilidad de contactar a Juan, quien manifestó su alegría por todo lo conseguido y reveló detalles de su trabajo en Los Pumas 7.
—¿Qué balance hacés de la temporada 2023?
—Estamos muy contentos con la performance y el rendimiento del equipo en la temporada 2022/23. Arrancamos en Hong Kong y Dubái con algunos torneos difíciles y bajas de jugadores. Pero de a poco fuimos encontrando la forma del equipo. Los chicos fueron conectando torneo a torneo y terminamos el año con una gira en Europa, con un nivel muy alto. Todavía nos cuesta jugar con Nueva Zelanda y Sudáfrica, son equipos que nos hacen el trabajo un poco difícil. Pero es un competencia muy sana y estamos aprendiendo a jugar contra las potencias.
—¿Dónde está la clave del alto nivel competitivo de Los Pumas 7?
—No se puede hablar de una sola clave, sino, que se dieron un montón de cosas en simultáneo. Sin dudas, hay un proceso y una historia detrás de este equipo. Tenemos un entrenador hace 10 años y jugadores que están hace mucho tiempo en el equipo, que le dan la experiencia que necesita y un scouting de jóvenes y nuevos talentos que se acoplaron de manera perfecta.
—¿Hay más paridad en el rugby seven respecto al convencional?
—Por la dinámica de juego y lo corto que es el partido, en el seven, cualquiera le puede ganar a cualquiera. Lo que define mucho son las conversiones, eso saca la diferencia. Obviamente, hay potencias y equipos en desarrollo. Pero la modalidad de juego no te permite relajarte y tenés que entrar a jugar concentrado. Siempre analizamos los rivales. Pero pensamos en construir desde nuestro juego.
—En tu rol de preparador físico, ¿cómo planificaste los distintos torneos obtenidos?
—Es una temporada súper exigente, con nueve torneos. Siempre tratamos de tener ocho semanas de preparación para desarrollar la condición atlética de los jugadores y después, entramos en un mes, donde nos enfocamos en mantener las cualidades necesarias para jugar.
—¿Debiste hacer hincapié en algún aspecto en particular?
—Tratamos de armar un plan que satisfaga todas las demandas del juego. Estamos trabajando con atletas de altísimo nivel. Hace poco salió una nota que publicó World Rugby, donde pone a los atletas del seven en un lugar de privilegio, comparándolo con otros deportes. Particularmente, tenemos un plan de desarrollo de la velocidad, que adaptamos del atletismo y las últimas temporadas nos enfocamos en que los jugadores tengan la habilidad de repetir esos sprints la mayor cantidad de veces en un período corto de tiempo.
—¿Qué te genera ver que tu trabajo se vea reflejado en los partidos?
—Es una satisfacción muy grande ver cómo se desenvuelven los chicos adentro de la cancha. Pasamos muchísimos días al año juntos entrenando. Creo que nos vemos unos 330 días al año y a parte, vivimos juntos 180 días. Estoy muy involucrado con el equipo y me da mucho orgullo verlos trabajar y disfrutar del juego. Sé todo el esfuerzo que hacen y personalmente, me genera mucha satisfacción acompañarlos en su proceso de deportistas.
—Cuando las cosas no salen, ¿cómo hacés para redoblar los esfuerzos?
—Siempre que las cosas no salen como se esperaban, tratamos de revisar el plan y ver que pasó. Creemos en lo que hacemos. Es un equipo muy profesional, trabajador y autocrítico. Tenemos una cultura de trabajo alucinante y enseguida nos ponemos a ver como podemos corregir y encontrarle la vuelta a lo que no nos salió.
—Dejaron la vara muy alta, ¿a qué aspiran este nuevo año?
—Sin dudas que la vara está alta. Arrancamos de muy buena manera en Dubái y Sudáfrica, con un segundo y primer puesto. Ahora nos tomamos tres semanas de receso para descansar, cargar pilas y afrontar lo que viene. Nos entusiasma y desafía ser mejores cada día, tratar de competir lo más arriba posible en todos los torneos que tengamos y llegar de la mejor manera a París 2024. Queremos seguir creciendo como equipo y si vienen resultados, bienvenidos sean. Si no, tenemos muy en claro nuestro objetivo en París.
—Teniendo en cuenta tu lazo con Entre Ríos, ¿cómo ves el crecimiento del rugby en la provincia?
—Como entrerriano y fanático del deporte estoy súper pendiente y trato de seguir todos los equipos. Los últimos dos años de Estudiantes en el Torneo del Litoral fueron alucinantes y puso a la provincia en un lugar de privilegio. Estuvimos mirando chicos de dicha institución y otros equipos. Tuvimos la oportunidad de tener a prueba varios jugadores. Además, sigo y doy una mano en el Club Salto Grande (Concordia). Tener a Marcos Kremer y a muchos jugadores de desarrollo en varios equipos de la UAR, hace que estemos presentes de alguna manera u otra en el desarrollo del deporte.