La historia de Juana no es una historia más. Lo que le sucedió a esta abuela de 93 años deja en claro que la crueldad del ser humano no tiene techo y que hay personas capaces de cometer todo tipo tropelías, aun con el ser más querido.
Le hizo creer a su madre que la sacaba a cenar y la encerró en un geriátrico
Un anciana denunció a su hijo, quien tras engañarla invitandola a comer la registró en un centro para la residenica y cuidado de abuelos. El penoso hecho tuvo lugar en Mar del Plata, al tiempo que dos de sus nietos, advertidos de la situación, rescataron a la mujer. En tanto el hombre se adueño de la propiedad de su madre, 50 mil pesos y cobró tres haberes, entre otras cosas de valor.
14 de julio 2016 · 13:00hs
El detalle revela que una mujer, bajo el engaño de una invitación para ir a almorzar, fue llevada por su hijo a un geriátrico. Para eso contó con la complicidad de otros familiares y de las autoridades del hogar de ancianos. Finalmente, la abuela fue rescatada por dos de sus nietos.
Asimismo, la nonagenaria aseguró que el sujeto le hizo firmar unos papeles para quedarse con algunas propiedades. Todo comenzó el 28 de marzo, en Mar del Plata, cuando el hombre denunciado pasó a buscar a su mamá de su casa con la excusa de invitarla a almorzar. Sin embargo, la llevó a un hogar geriátrico.
La primera que notó la ausencia de Juana fue una vecina, que le preguntó al hijo qué había pasado con su mamá. Luego de varias evasivas, el hombre le confirmó que estaba internada. Algunos días después, la vecina fue a visitarla al geriátrico, donde la mujer le contó lo que había pasado.
"Temo por mi vida", le habría dicho la anciana, que además le dijo que estaba contra su voluntad, sin comer ni tomar su medicación. La vecina habló con dos de sus nietos, que intentaron ir a verla, pero en un primer momento les negaron el ingreso por expreso pedido del hijo denunciado y su esposa.
Sin embargo, fueron a la Justicia de Familia, donde les explicaron que, si no existía una orden de restricción de acercamiento, no les podían impedir la visita. Así fue que volvieron al geriátrico y allí se enteraron de lo que realmente ocurría: la mujer, presionada por su hijo, habría firmado un poder a favor del denunciado.
El despreciable personaje devolvió las llaves de la casa y algunos otros papeles, pero, según denunció la anciana, cobró tres haberes de pensión, se llevó elementos de valor de la casa y $50.000 pesos en efectivo que la mujer había ahorrado a lo largo de su vida.
Días más tarde, Juanita logró volver a su hogar pero, a pesar de que había vuelto a tomar la medicación, se encontraba muy débil de salud y fue internada en la Clínica Pueyrredón de Mar del Plata, donde todavía permanece.
Mientras tanto, un grupo de vecinos está tratando de entablar una demanda contra el hijo, que vive en las afueras de la ciudad balnearia.